El día que Jorge Valdano debutó de casualidad en la selección argentina, metió dos goles a Uruguay y rompió 20 años de sequía

En 1975, jugaban Uruguay vs. Argentina, pero Boca y River se negaron a entregar a sus jugadores. Menotti renunció, pero lo respaldó a la AFA. Convocó a último momento al joven delantero que viajó desde Rosario en tren para cruzar luego a Montevideo. Y quedó en la historia del clásico rioplatense

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Titulares de Argentina aquella tarde. Parados: Mario Killer, Ricardo La Volpe, Juan Rocchia, Julio Asad, Jorge Carrascosa. Agachados: René Houseman, Rubén Galván, Ricardo Bochini, Norberto Alonso, Oscar Ortiz y Jorge Troncoso
Titulares de Argentina aquella tarde. Parados: Mario Killer, Ricardo La Volpe, Juan Rocchia, Julio Asad, Jorge Carrascosa. Agachados: René Houseman, Rubén Galván, Ricardo Bochini, Norberto Alonso, Oscar Ortiz y Jorge Troncoso

Eran tiempos convulsionados los que se vivían en Argentina, allá por mediados de julio de 1975. Y no solamente en el fútbol. El endeble gobierno de Isabel Perón trataba de mantener el poder, tras el desastre que produjo el Rodrigazo y la partida de José López Rega, el ministro todo terreno y mano derecha de la presidente. Alrededor de la número 5 eran momentos de incertidumbre con respecto a la selección nacional, por un hecho puntual, tras el auspicioso comienzo del ciclo de César Menotti en octubre del año anterior.

Uno de los puntos fundamentales del reglamento que todos los dirigentes habían firmado en el mes de enero, marcaba que los clubes debían ceder a sus futbolistas cuando eran convocados al elenco nacional. Para el viernes 18 estaba pautado un partido contra Uruguay en el estadio Centenario, por la añeja Copa Newton, que amabas selecciones disputaba desde comienzos de siglo, ya que su primera edición data de 1906.

Tras 18 años de frustraciones y no poder gritar campeón, River estaba ante la inminencia de cortar con esa increíble racha, siendo el holgado líder del Metropolitano. Detrás suyo, a varios puntos y como a lo largo de buena parte de la competencia, se mantenía Unión de Santa Fe y detrás asomaba Boca, de espectacular remontada en la segunda rueda.

La AFA programó para el miércoles 16 el desarrollo de la 31° fecha, en donde los futbolistas elegidos por Menotti para viajar a Uruguay, no podía dar el presente en sus equipos, tal como lo había dejado en claro el entrenador: “Cuando regresamos a Buenos Aires tras ganar el título Esperanzas de Toulón, ya casi estaba encima el compromiso con Uruguay en Montevideo. Por eso, en los primeros días de junio, reunimos al plantel y empezamos a trabajar. Tal como lo había anticipado en un reglamento que habían firmado todos los presidentes de clubes a principios de año, decidí que los futbolistas seleccionados no jugaran en sus equipos en la fecha previa al compromiso con Uruguay. Ya había explicado a que se debía esta medida: era para evitar que los jugadores viajaran cansados o sufrieran lesiones de último momento. Era lo más razonable teniendo en cuenta la trascendencia internacional del partido”.

Valdano a punto de marca su primer gol con el Centenario repleto
Valdano a punto de marca su primer gol con el Centenario repleto

Aquella semana comenzó sin problemas y todos los convocados se presentaron el lunes 14 en el campo de deportes de la Unión obreros y empleados municipales, ya que a la AFA aún le faltaban 15 años para tener su propio predio. Al día siguiente se confirmaron los rumores que decían que River y Boca no cederían a sus jugadores, porque los querían utilizar en la fecha del miércoles. Menotti se mantuvo firme, pidiendo sanciones para las instituciones que no cumplían con lo firmado, e incluso se analizó la posibilidad de suspender la jornada del torneo local, que rápidamente fue desechada.

Boca dejó en claro que iba a utilizar a los cuatro convocados (Alberto Tarantini, Carlos García Cambón, Marcelo Trobbiani y Enzo Ferrero) en el choque ante Colón en la Bombonera, aduciendo que el reglamento de AFA sostenía que el trabajo de la selección no podía interferir en el de los clubes. River se plegó a esa medida y citó a Ubaldo Fillol y a Juan José López para visitar a Ferro en Caballito. El caso de Alonso era distinto, porque estaba cumpliendo una suspensión tras una expulsión. Ante la situación, Menotti le planteó al presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, David Bracuto, que era quien lo había llevado, una sanción ejemplar para los clubes, porque si no, él no tenía más nada que hacer allí.

Bochini y Valdano estuvieron en ese partido donde Menotti tuvo que convocar a seis jóvenes a último momento. Once años después, ambos jugadores serían campeones mundiales en México 86 (@Independiente)
Bochini y Valdano estuvieron en ese partido donde Menotti tuvo que convocar a seis jóvenes a último momento. Once años después, ambos jugadores serían campeones mundiales en México 86 (@Independiente)

Así lo narraba el Flaco: “Los jugadores quedaron en el medio y fueron presionados para actuar en sus equipos y entonces yo exigí un castigo que fuera doloroso, pero como eso no estaba contemplado en ninguno de los reglamentos de la AFA, solo se les podía aplicar una multa, que parecía una broma. Entonces redacté la renuncia, porque no quería saber más nada con la selección, por la actitud baja y traicionera de los directivos, que firmaban algo para luego desconocerlo. Estaba decidido y solo me logró convencer el doctor Bracuto, pero con la condición de que fuera aprobado un reglamento que fijara nuevas leyes con respecto al trabajo del elenco nacional”.

En la tarde del miércoles 16, River Plate salió a la cancha de Ferro con Fillol y López entre sus titulares. Con dos goles de Carlos Morete, se impuso por 2-0 en el día más frío del año, donde en ese momento, el termómetro apenas llegaba a los dos grados. A esa misma hora, estaban citados los elegidos por Menotti en el predio de entrenamiento, a donde tampoco concurrieron los 4 boquenses, que fueron de la partida en horas de la noche, en la victoria ante Colón por 2-1, ya con temperaturas bajo cero.

Menotti convocó a cuatro futbolistas a último momento para suplir a los seis desertantes: Héctor Baley de Colón, Mario Killer y Jorge Solari de Rosario Central y al joven Jorge Valdano de Newell´s Old Boys, debutante absoluto, quien vivió una historia digna de ciencia ficción, tal como lo recuerda.

Valdano define y convierte su segundo gol, luego de ese partido su carrera tomó un impulso mayor y recaló en Europa
Valdano define y convierte su segundo gol, luego de ese partido su carrera tomó un impulso mayor y recaló en Europa

“Ese 1975 lo había arrancado bien, con algunos impactos que me ayudaron a hacerme conocido, como el gol del título ante Francia en el torneo de Toulón, la destacada actuación contra River en el Monumental cuando goleamos 4-1 y le sacamos el invicto, o los dos tantos contra Olimpia por la Copa Libertadores. En el mes de junio, hubo incidentes en un partido que disputamos contra Ferro en nuestra cancha y por ello Newell´s debió hacer de local en los encuentros subsiguientes fuera de Rosario. Ese miércoles 16 de julio, enfrentamos a Chacarita en cancha de Sarmiento de Junín. Disputé los 90 minutos y al finalizar, el entrenador Juan Carlos Montes me dijo: “Te tenés que ir a Buenos Aires porque te convocó el Flaco Menotti para la Selección”. Me puse contento por la noticia, pero estaba preocupado porque tenía que solucionar el problema logístico, ya que no había nadie dispuesto a llevarme hasta allá. Se me acercó un directivo que había ido en su coche: “A la Capital no, pero hasta Rosario te llevo de vuelta y llegamos antes que la delegación en el micro”. Me duché rápido y fui con este señor. Me dejó en la estación de Rosario para que me tomara un tren. Me subí al primero que salía y resultó ser de esos a los que se les dice lecheros, porque paraba en todos lados. Fue imposible dormir por los asientos de madera. Arribé a Retiro a las siete de la mañana y de ahí, corriendo en un taxi para llegar a aeroparque y tomarme el avión con el plantel”.

Con los 16 elementos disponibles, Menotti hizo una práctica ese jueves en el estadio Centenario y allí delineó a los titulares: Ricardo La Volpe; Jorge Carrascosa, Jorge Troncoso, Juan Rocchia, Mario Killer; Julio Asad, Rubén Galván, Norberto Alonso, Ricardo Bochini; René Houseman y Oscar Ortíz. En el banco quedaban Héctor Baley, Daniel Passarella, Jorge Paolino, Jorge Solari y Jorge Valdano.

Allí pueden apreciarse apellidos que serían históricos en el largo ciclo de César Menotti al frente del cuadro nacional, otros que efímero paso con la celeste y blanca y dos genios indiscutidos que nunca lograron sellar con esa camiseta todo lo que le dieron a River Plate e Independiente: Norberto Alonso y Ricardo Bochini, respectivamente.

Fueron 40.000 los espectadores que concurrieron al estadio en aquella soleada pero fría tarde del Centenario, sitio donde Argentina no vencía a Uruguay desde hacía 20 años. Y el inicio fue como para derribar las estadísticas, porque a los 10 minutos llegó la apertura del marcador gracias a un desborde de Houseman y un centro perfecto que aterrizó en el área chica, por donde ingresó Alonso, que la mandó al fondo del arco con una palomita.

Los dos jugadores de River que no fueron a Uruguay con la selección, Juan José López y Filliol, y los cuatro de Boca, Ferrero, Trobbiani, García Cambón y Tarantini
Los dos jugadores de River que no fueron a Uruguay con la selección, Juan José López y Filliol, y los cuatro de Boca, Ferrero, Trobbiani, García Cambón y Tarantini

Argentina fue muy superior individual y colectivamente, pero no lo podía plasmar en el marcador, que a los 62 quedó igualado en uno por la astucia goleadora del inefable Fernando Morena, el gran artillero oriental. Cinco minutos más tarde, llegó el momento que cambió la tarde, como lo recuerda el propio Valdano

“El Flaco me señaló para que entrara, pero yo estaba seguro que la orden era para Passarella, que estaba sentado al lado mío, pero era para mí. Ingresé por Houseman y no podía creer lo que estaba viviendo. Recibía la pelota y lo único que quería era sacármela de encima, con tanta mala suerte que se la daba a Bochini, que me la devolvía siempre bien. A la tercera vez que le di un pase, me dejó solo adelante del arquero. Le pegué fortísimo y puse el 2-1. Cinco minutos más tarde, cuando faltaba poco para terminar, el Beto Alonso tiró un centro muy pasado al segundo palo, por donde entraba yo. Salté, cabeceé, el balón se elevó bastante y entró. Fue algo tan inexplicable que pensaba: esto no me está sucediendo a mí. Con el paso del tiempo, me doy cuenta que fue la misma sensación que tuve cuando hice el gol en la final de México ‘86″.

Quedaban un puñado de minutos, pero los suficientes para dos momentos importantes más: el descuento de Morena a los 85 y la expulsión de Alonso a los 86 por una agresión a un rival. El pitazo final desató la alegría contenida por ese grupo que había viajado en medio de un gran desconcierto y que daba el golpe, ganando donde hacía dos décadas que la selección no lo lograba.

En otra ocasión, hubiese sido apenas un nuevo capítulo del antiguo duelo rioplatense, pero este dejó muchas cosas para analizar, como por ejemplo que dos campeones del mundo de 1978 debutaron esa tarde (La Volpe y Ortiz), mientras que para otros tres fue su despedida del cuadro nacional (Troncoso, Rocchia y Solari). También hay espacio para el ejercicio contra fáctico, enlazado con la gloria impar que vivió el fútbol argentino en 1978 y 1986.

¿Qué ocurría si Bracuto no era el presidente de AFA y hombre de confianza de Menotti? Seguramente la renuncia redactada se efectivizaba y aquel proyecto de darle seriedad a la selección, que hasta aquellos que no le tienen demasiado aprecio le reconocen como mérito indiscutido al Flaco, quedaba en la nada. El cuadro nacional hubiese retrocedido varios casilleros rumbo al desconcierto sistemático previo al ‘74 y el sueño de ser campeón en casa 3 años más tarde quedaba simplemente en eso.

¿Qué pasaba si Boca y River cedían sus futbolistas con relación directa a la carrera de Valdano? Es posible que su convocatoria a la selección hubiese llegado más tarde y quizás no se concretaba su pase al fútbol español (fue transferido apenas un mes más tarde en 100.000 dólares al Alavés) donde deslumbró por más de una década, hecho que lo llevó a ser pieza clave de la selección campeona del mundo en 1986, con su recordado gol a Alemania en la final.

En el ámbito local, una semana más tarde, Boca venció a River en el Monumental y se le acercó a tres puntos, pero luego los Millonarios se dieron el gusto de la ansiada vuelta olímpica, iniciando el brillante ciclo de títulos con Ángel Labruna como entrenador. Menotti se sintió fortalecido y trabajó confiado, con un objetivo claro. Debía armar el mejor equipo para afrontar el Mundial ‘78, hecho que concretó, para la primera gran alegría del pueblo futbolero argentino.