Las revelaciones del documental de Michael Schumacher: cómo lo afectó la muerte de Senna y su “fobia” a la fama

El film brinda detalles y testimonios de la rivalidad que tuvo con el brasileño desde su arribo a la Fórmula 1 y el impacto que le causó el accidente que le costó la vida. Además, el retrato del celoso cuidado de la intimidad que siempre pregonó el piloto alemán

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Hockenheim 1992: Senna lo fue a buscar a Schumacher a su box. Si no los separaban, el tema podría haber terminado a las piñas (Archivo CORSA)
Hockenheim 1992: Senna lo fue a buscar a Schumacher a su box. Si no los separaban, el tema podría haber terminado a las piñas (Archivo CORSA)

Tuvieron algunos encontronazos en la pista y con alta tensión abajo de los autos, pero fue el gran duelo a largo plazo que no pudo tener la Fórmula 1: Ayrton Senna vs. Michael Schumacher. El trágico accidente del brasileño en 1994 dejó en blanco las páginas de una historia que pudo haber sido única. El documental de Netflix dedicado al Kaiser y que se estrenó este miércoles, trata la rivalidad que llegaron a tener durante poco más de dos años.

Schumi llegó a la Máxima en la segunda parte de la temporada 1991, cuando debutó con Jordan en Bélgica, donde su gran irrupción hizo que el jefe del equipo Benetton, Flavio Briatore, lo incorporara a partir de la siguiente carrera. De ahí hasta el epílogo de ese campeonato que quedó en manos de Senna, no hubo problemas.

Pero los inconvenientes surgieron en 1992 y hubo motivos. El primero fue el dominio de la escudería Williams con el revolucionario auto FW14B y su suspensión activa que le dio el mejor chasis de la categoría en aquel ejercicio junto a un poderoso motor Renault, herramientas que le permitieron aplastar al inglés Nigel Mansell.

Otra razón fue el rápido crecimiento de Schumacher en la categoría donde se convirtió en animador. Como bien explicó Briatore en el documental, “cuando eres un león, todos los leones sienten cuando llega el león joven”. Senna era el rey de la selva llamada F1 y se dio cuenta que empezó a tener un duro competidor, nueve años menor.

Ayrton Senna y Michael Schumacher en el podio de Brasil 1993, cuando el paulista logró el segundo triunfo ante los suyos (Archivo CORSA)
Ayrton Senna y Michael Schumacher en el podio de Brasil 1993, cuando el paulista logró el segundo triunfo ante los suyos (Archivo CORSA)

En esa temporada Senna poco pudo hacer con su McLaren que por última vez fue motorizado por Honda en su primer ciclo juntos (luego estuvo la olvidable era de 2015-2017). El brasileño se frustró al no tener el mejor medio mecánico y en cada abandono elevó su temperatura. Un ejemplo fue en el GP de Francia corrido en el Autódromo de Magny-Cours, cuando en la primera vuelta Schumacher lo tocó en una curva y Ayrton quedó afuera.

La carrera fue neutralizada y los autos volvieron a la grilla de partida. Pasaron algunos minutos e incluso el paulista llegó a cambiarse y apareció en la recta principal vestido con unos jeans y con un buzo color salmón. Lo encaró directo al germano y retiró un micrófono que quiso recoger el testimonio. Le habló de forma un enérgica a Schumi y le puso su mano izquierda sobre el hombro derecho.

El alemán se limitó a contestar cuando el brasileño se lo permitió y asintió con su cabeza. Briatore fue testigo de esa charla que quedó registrada en las cámaras de la transmisión oficial, las que no pudo evitar Senna. En el final, Ayrton le disparó, “la cagaste bien y vine a hablar contigo”.

“En ese momento Michael era un gran piloto. Cuando se peleó con Senna, el brasileño pensó que Schumacher ya era alguien”, explicó Briatore. Dos carreras más tarde volvieron a cruzarse en los ensayos en Alemania, donde Ayrton explotó por una maniobra de Michael, al que fue a buscar a su box y tuvo que separarlos un integrante del equipo McLaren para evitar que se tomaran a los golpes.

El álgido diálogo entre Senna y Schumacher en el GP de Francia de 1992

Dos fechas más tarde, Schumacher obtuvo la primera de sus 91 victorias en la F1 y ese año terminó tercero en el campeonato, delante del brasileño. Ya en la temporada siguiente el clima se calmó, porque Senna volvió a medirse con su gran oponente histórico, Alain Prost, que tras un año sabático retornó en 1993 y a bordo de un Williams consiguió su cuarto título.

Para 1994 Ayrton ocupó el lugar del Profesor en Williams y se perfiló para igualar los laureles de Prost, que ya se había retirado de forma definitiva. Sin embargo, los cambios reglamentarios en los coches (les quitaron facilidades electrónicas y se volvieron más difíciles de manejar) para ese campeonato afectó el rendimiento de los autos ingleses.

Schumacher comenzó ganando las dos primeras carreras y en la apertura disputada en Brasil, Senna abandonó por un trompo donde luego el motor de su coche no respondió. Un toque en el GP del Pacífico corrido en Okayama, Japón, promovió otra deserción para el brasileño, que en Imola buscó reivindicarse. “Senna: victoria obligatoria”, titularon los diarios italianos en un fin de semana donde el sábado se mató el austriaco Roland Ratzenberger.

Ayrton lideró la carrera hasta su trágico accidente y el testigo privilegiado fue Schumacher, que era segundo. Heredó la punta y plasmó su tercer triunfo al hilo. Horas más tarde se enteró de la muerte de Senna, algo que lo impactó y quedó registrado en el documental.

En el inicio del GP de San Marino Senna lideró la carrera seguido de Schumacher (Archivo CORSA)
En el inicio del GP de San Marino Senna lideró la carrera seguido de Schumacher (Archivo CORSA)

Minutos después de la carrera, en un marco de desconcierto por el estado de Senna, pero temiendo lo peor, en el podio Briatore le dijo “nada de champán ni festejos. Me preguntó ‘cómo estaba Ayrton’ y le dije ‘no está bien’. Fue la primera vez que vi un Michael diferente”. El brasileño había sido trasladado en helicóptero al Hospital Maggiore de Bologna, donde fue declarado muerto a las 18.40 hora local.

A Schumi lo marcó la pérdida de Senna. “Subimos al podio y nos dijeron ‘está en coma’. Pero un coma puede ser muchas cosas. Puede ser algo que va a pasar al día siguiente. O muy mal, pero no lo juzgas. Y como aún no lo crees que hay algo particular, muy peligroso o muy duro, no lo crees”, recordó.

“Creo que dos horas después de la carrera el señor Walkinshaw (jefe de ingenieros de Benetton) se me acercó y me dijo: ‘Se ve muy mal’. Y pensé: ‘¡No! Está en coma, pero no significa nada malo. Dijo: ‘No, no se ve nada bien’. Y luego alguien vino y me dijo: ‘Está muerto’. Y un minuto después, el siguiente vino y me dijo ‘No, está en coma. Pero había tan poca información que no sabías qué pensar. Y yo aún no creía que estuviera muerto. No sabia qué pensar en ese momento. Solo pensaba: ‘Él va a ser el campeón’. Tal vez se pierda una o dos carreras y luego regresa’”, reveló.

Luego de la tragedia de Senna se toma la cabeza Nicola Larini, que en esa carrera reemplazó a Jean Alesi en Ferrari y la decepción de Michael Schumacher. A su lado, Flavio Briatore (Archivo CORSA).
Luego de la tragedia de Senna se toma la cabeza Nicola Larini, que en esa carrera reemplazó a Jean Alesi en Ferrari y la decepción de Michael Schumacher. A su lado, Flavio Briatore (Archivo CORSA).

(Se tomó un segundo antes de seguir). “Lo peor fueron las dos semanas siguientes. Una vez que tuve que aceptar que estaba muerto. Eso fue una locura...”, reconoció el alemán.

A partir de ese momento el germano supo que pudo encontrar la muerte en cualquier circuito, por conocido que fuese: “En una de las carreras siguientes fuimos a Silverstone donde giré con un coche de calle. Pasé por una curva y pensé: ‘Este es el punto en el que podrías morir’. Pensaba: ‘Qué loco, siempre probabas aquí. Siempre corrías aquí. Pero hay tantos puntos donde puedes chocar y morir de inmediato. Eso es lo único que pensaba”.

“Y no sabía cuál sería la situación en un auto de carrera. No estaba seguro. ¿Puedo conducir sin pensar, o voy a conducir pensando: Puedes morir aquí. Si te sales aquí, será malo y... Era algo muy extraño. Me despierto durante la noche y duermo tres horas por noche o algo así”, concluyó sobre un tema que fue un trauma durante varios años.

Tras la muerte de Senna hubo varios homenajes, entre ellos este minuto de silencio en Mónaco 1995, cuando los pilotos mostraron la icónica bandera del rostro de Ayrton dentro del circuito de Imola (REUTERS)
Tras la muerte de Senna hubo varios homenajes, entre ellos este minuto de silencio en Mónaco 1995, cuando los pilotos mostraron la icónica bandera del rostro de Ayrton dentro del circuito de Imola (REUTERS)

El especial de Netflix recogió otro momento donde el Kaiser manifestó su pesar sobre la pérdida de Senna: fue el día que igualó las 41 victorias del brasileño. Fue en el GP de Italia de 2000 cuando empezó a liquidar su primer cetro con Ferrari. En la conferencia de prensa le preguntaron si corría para batir récords y se quebró delante de todos. Incluso Mika Hakkinen pidió que le preguntaran, pero el finlandés también se conmovió por el llanto del germano.

Sobre la muerte de Senna, también habló Corinna, la mujer de Schumi: “Claro que nos sorprendió. Nos preguntamos cómo pudo haber pasado. Y Michael se preguntó si todos actuaban correctamente. Fue muy difícil. Fue una gran lucha para él, pero era un maestro bloqueando cosas. Se concentraba en lo que estaba haciendo y bloqueaba todo lo demás. Mentalmente es muy fuerte. Es algo que tiene. Es muy fuerte. Todavía me muestra todos los días lo fuerte que es”.

Michael Schumacher se volvió el piloto más popular de la F1 en su época de Ferrari, donde logró 5 títulos al hilo. En la imagen, en Imola 2000, sede del GP de San Marino (REUTERS/Paolo Cocco/File Photo)
Michael Schumacher se volvió el piloto más popular de la F1 en su época de Ferrari, donde logró 5 títulos al hilo. En la imagen, en Imola 2000, sede del GP de San Marino (REUTERS/Paolo Cocco/File Photo)

Otro aspecto de la vida del siete veces campeón mundial que fue analizado en el documental es su fobia a la fama, algo que le costó manejar porque siempre fue muy respetuoso y cálido con el público. Pero de su llegada a la F1, Schumi debió convivir con un aluvión de fanáticos que lo persiguió.

Rápido ganó popularidad, pero la celebridad explotó con sus dos primeros títulos conseguidos con Benetton (1994 y 1995) y la fiebre con la gente llegó a picos ilimitados con su llegada a Ferrari en 1996. Desde ese momento Schumacher empezó a perder su vida privada e hizo malabares para poder cuidar su intimidad.

La única noche en la F1 en la que pudo comer tranquilo, como uno más, fue en la previa a su debut. “Esa noche comimos una pizza en un lugar donde había 400 personas y nadie nos molestó. Pero fue la última vez que alguien no nos molestó”, contó su ex manager, Wily Weber.

Corinna habló sobre el tema y reveló que “él quería una vida normal y no podía entender por qué no podía tener esa vida normal. Es cierto que a veces podía parecer poco amigable porque había muchas exigencias que lo superaban, lo irritaban. Porque es extremadamente reservado, tímido, entonces esa era su forma de lidiar con su timidez”.

Sobre su forma de ser y vincularse, agregó que “siempre ha sido cerrado durante el período inicial con una persona. Hasta que cree que conoce a alguien y puede confiar en él, entonces se abre completamente”.

Schumacher y Corinna, ya en su época de Mercedes, cuando volvió a la F1 en 2010 (HOCH ZWEI / Juergen Tap)
Schumacher y Corinna, ya en su época de Mercedes, cuando volvió a la F1 en 2010 (HOCH ZWEI / Juergen Tap)

Además, sobre la intimidad, destacó que “en casa Michael era muy silencioso y si tenía que irse temprano yo nunca lo oía. Siempre iba a la cama antes de irse, me daba un beso y me decía ‘ya me voy’. Siempre fue muy considerado conmigo”.

Llegó un momento que su mujer lo acompañó por todos los circuitos y ella recordó que “viaje con él por todo el mundo. Cambiamos nuestros husos horarios. Me aseguraba de que durmiera bien. Una noche en Suzuka (Japón), para no despertarlo me fui al baño y me quedé sentada sobre el inodoro la mitad de la noche. Leí mi libro ahí dentro”.

“En sus años en Ferrari siempre tenía reuniones hasta las 10 de la noche. Nunca salimos a cenar a un restaurante fino. Nos sentábamos en un mismo lugar y comíamos pasta. Luego él se iba y yo agradecía cada minuto que pasábamos juntos”, aseguró.

Ella también se emocionó en el documental cuando se refirió a la situación de su marido, que sigue peleando por su vida. Desde que comenzaron su relación, Corinna lo acompañó a Michael en toda su carrera deportiva. Es su compañera incondicional y mucho más desde aquel accidente de esquí en 2013, cuando empezó a hacerse cargo de todo.

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