El fútbol sudamericano trata de explicar por qué sus equipos no llegan a la final del Mundial de Clubes

Desde falta de estructura para desarrollar las inferiores al rápido éxodo hacia torneos con dineros frescos, varios son los puntos que señalan los especialistas ante un nuevo fracaso a nivel internacional

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La decepción de Patrick de Paula, de Palmeiras, tras la caída ante Tigres de México (REUTERS/Mohammed Dabbous)
La decepción de Patrick de Paula, de Palmeiras, tras la caída ante Tigres de México (REUTERS/Mohammed Dabbous)

Las abismales diferencias económicas con los clubes europeos, la emigración de una enorme cantidad de jugadores a distintas ligas de otros continentes, cambios de calendario y hasta cuestionamientos al estilo y la alteración en la identidad del juego fueron los principales argumentos esgrimidos por distintos especialistas consultados por Infobae acerca de una nueva frustración de un campeón de la Copa Libertadores por no llegar a la final del Mundial de Clubes, como ocurrió el domingo con el Palmeiras al caer ante Tigres de México en el torneo de Qatar.

Si desde 1960 hasta 2004 se determinaba el campeón mundial con la disputa de la Copa Intercontinental entre los campeones de Europa y Sudamérica, con el saldo a favor de los vencedores de la Copa Libertadores por un estrecho 22-21 (no se disputaron en 1975 y 1978 por problemas de calendario), muy distinta comenzó a ser la situación cuando desde 2005 la FIFA resolvió determinar el mejor del planeta a partir de la organización del Mundial de Clubes con los ganadores de cada torneo continental.

Desde que se juega el Mundial de Clubes, no sólo los campeones de la Copa Libertadores lo ganaron tres veces en quince ediciones (San Pablo en 2005, Inter de Porto Alegre en 2006 y Corinthians en 2012), sino que desde 2010, en cinco oportunidades ni siquiera pudieron llegar a disputar la final, a la que siempre llegaron los campeones de la UEFA Champions League.

El Inter de Porto Alegre fue derrotado en la semifinal de 2010 por el Tout Puissant Mazembe de la República democrática del Congo y no pudo jugar la final ante el Inter de Milán, en 2013m el Atlético Mineiro cayó en semifinales ante el local Rajá Casablanca de Marruecos y no llegó a jugar la final ante el Bayern Munich, en 2016 fue Atlético Nacional de Medellín el que perdió ante los japoneses de Kashima Antlers y no tuvo la chance de enfrentar al Real Madrid, en 2018 le tocó por única vez no llegar a una final a un equipo argentino cuando River cayó ante los locales de Al Ain y tampoco pudo jugar ante Real Madrid, y en el actual torneo, Pameiras cayó ante Tigres de México y no podrá jugar ante el Bayern Munich en la definición.

En 2018 River quedaba afuera en semifinal contra el desconocido Al Ain de Emiratos Arabes
En 2018 River quedaba afuera en semifinal contra el desconocido Al Ain de Emiratos Arabes

Para Javier Tabares (Fox Sports), lo que ocurre con la final de Mundial de clubes “es un eslabón más en la cadena de resultantes negativos por lo que desde hace años viene realizándose mal. La falta de elaboración de un proyecto que contemple todo lo que el fútbol requiere para potenciarlo en Sudamérica es la causa cero, el gen. Si bien hay excepciones en algunos clubes, la generalidad marca que no existe una estructura sólida que permita el adecuado desarrollo de los jóvenes, que -todavía- siguen surgiendo. Los futbolistas que se destacan a temprana edad se van a Europa, especialmente, o a Estados Unidos sin siquiera haber llegado a un nivel alto de maduración (personal y deportiva), porque los clubes que los compran eligen esa apuesta para terminan de moldear a sus futuras joyas. Además, por supuesto, de aprovechar lo que suele ser un valor bajísimo de mercado, si se compara con lo que abonan por jugadores de las propias ligas europeas.

Sin jugadores de jerarquía probada en la alta competencia, sin recursos económicos y sin un plan que sustente una proyección, ¿Cuál sería la razón para obtener otros resultados?”, se pregunta.

Ezequiel Barco, ex independiente, es uno de los jugadores que que a temprana edad decidió jugar en la liga de Estados Unidos para el Atlanta United.
Ezequiel Barco, ex independiente, es uno de los jugadores que que a temprana edad decidió jugar en la liga de Estados Unidos para el Atlanta United.

Francisco “Chiqui” Arce, DT de Cerro Porteño, apunta a la jerarquía y la continuidad del funcionamiento de los equipos: “Creo que fundamentalmente se ha perdido, jerarquía, calidad en el desarrollo del juego. En el último tiempo, muy pocos equipos de Sudamérica, a excepción del River de Gallardo, han marcado una época, una tendencia y han mantenido su funcionamiento y su nivel de juego. Décadas atrás había entre seis y nueve equipos con esas características. Y se ha perdido jerarquía en el sentido de los jugadores”

Arce coincide con Tabares en su diagnóstico: “Me parece que los mejores jugadores están en los equipos europeos. Hubo un tiempo en la primera década de 2000 que se competía en igualdad de condiciones porque había grandes jugadores asalariados casi al mismo nivel de Europa o que habían vuelto de Europa todavía con gran nivel y los principales equipos se nutrían de ellos para tener ese plus de jerarquía, para saber jugar partidos importantes, para controlar el tiempo, para disputar esos partidos difíciles que se disputaban antes a un solo encuentro y que ahora se complica más porque los equipos sudamericanos tienen un rival y como pasó ahora con el Palmeiras, se ha metido un equipo mexicano de grandísimo nivel como Tigres”.

Francisco Arce, DT de Cerro Porteño de Paraguay
Francisco Arce, DT de Cerro Porteño de Paraguay

Hernán Odonnell (Canal Metro) va en la misma línea que Tabares y Arce: “Yo creo que esta decadencia de los equipos sudamericanos y este desnivel con respecto a los europeos o a otros de la región como los mexicanos o de la MLS, o africanos e incluso asiáticos (River ha perdido contra uno asiático en 2018) tiene que ver con muchos factores pero el fundamental es que los principales futbolistas de esta región (Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Perú o Paraguay) se han ido a otros mercados y ya no sólo a Europa sino a México, MLS, países árabes donde hay dinero fresco”, y traza una dura comparación con el pasado: “Ha quedado un fútbol de menor jerarquía. El campeonato argentino, hace 30 ó 40 años sería de Primera B en comparación a lo que había porque las principales figuras estaban en nuestro fútbol. Recién en los noventa empezó el gran éxodo, pero la principal razón es que los equipos sudamericanos están nutridos de futbolistas que no son del primer nivel. Cuando aparece un equipo o un jugador muy destacado, duran muy poco. El Gremio campeón de la Copa de 2017 tenía a Arthur que ni bien terminó el torneo se fue al Barcelona y ahora está en la Juventus. La diferencia entre Tigres y Palmeiras fue bastante notable y fue en los partidos previos del Mundial y no en la final. Vos lo ves a (André) Grignac y es una especie de Zlatan Ibrahimovic para los mexicanos. A partir de ahí hay una cantidad de factores que se van desencadenando como menos desarrollo de los equipos, pero el principal es este, la pérdida de jerarquía”.

Andres Gignac festejando el gol con el que Tigres eliminó a Palmeiras en la semifinal del mundial de clubes
Andres Gignac festejando el gol con el que Tigres eliminó a Palmeiras en la semifinal del mundial de clubes

Federico Villalba (Radio La Unión, Paraguay) considera que el fútbol sudamericano “bajó de nivel hace años con respecto al europeo y esto se refleja en competencias de clubes y selecciones” y apunta a la dirigencia sudamericana: “De parte de Conmebol, se magnifican los aumentos de premios para los clubes y el supuesto desarrollo de éstos, pero todo es económico. No existen mejorías en lo deportivo. Tener más torneos, hacer jugar a más clubes o aumentar ingresos permiten crecimientos personales o institucionales, no deportivos a nivel mundial. La realidad sudamericana nos muestra que los dirigentes más importantes viajan, inauguran obras, se pasean por el mundo y los equipos son derrotados por las grandes potencias europeas o de otros continentes inclusive. Conmebol debería invertir en una mejor planificación que derive en volver a tiempos gloriosos del fútbol sudamericano”.

Hernán Puertas (Preparador físico de Central Córdoba de Santiago del Estero), coincide con el punto de vista de la mayoría. “No creo que sea un tema físico porque Tigres de Monterrey, otro equipo latinoamericano, va a jugar la final contra el Bayern Munich y Argentina y Uruguay , que son lo que conozco más, tienen excelentes profesionales en este aspecto. Creo que pasa más que nada porque los mejores jugadores argentinos están afuera. Emigran muy jóvenes, está la necesidad de los clubes de vender, la diferencia de ganancia del jugador, lo que es un dólar, lo que pueden ganar en el exterior respecto a la pesificación. Entonces que un equipo argentino hace mucho tiempo no llega a la final es porque prima lo que se llama la jerarquía y hay muchos jugadores sudamericanos de mucha jerarquía que están en las grandes ligas europeas.

También Puertas compara con un pasado no tan lejano: “Es diferente a cuando sólo era un partido de Copa Intercontinental y en el caso de Vélez o Boca, que tenían muy buenos jugadores en tiempos de Carlos Bianchi y los jugadores no emigraban tan rápido como ahora a otras ligas que son competitivas, sin duda, aunque por ejemplo en España hay tres equipos al más alto nivel, y los demás equilibran más hacia abajo”.

El plantel de Boca, previo a la final del mundo contra Real Madrid, repleto de figuras.
El plantel de Boca, previo a la final del mundo contra Real Madrid, repleto de figuras.

Pablo Karslián (ex relator de TyC Uruguay y actual panelista de “La Noche del Fútbol TV”): Cree que la situación de las ligas locales en Sudamérica, “en su gran mayoría salvo Brasil, que es muy poderoso, un poco Argentina, pero nada más, están muy devaluadas por el altísimo nivel de exportación de futbolistas. Hay países como Uruguay que tienen un nivel de exportación impresionante, otros no tanto pero claro, los que no tienen un alto nivel de exportación, de todos modos venden a los mejores que tienen. Y en ese sentido, Europa está sacando una ventaja atroz por poderío económico, por desarrollo, por capacidad. Simplemente con mirar el famoso G-14 europeo, que ahora se amplió a 16 ó 18 equipos, y ver lo que significa la magnitud de esos clubes que forman parte de la élite y compararlos con el resto, hay diferencias abismales porque tienen el dinero, tienen el poder, tienen la posibilidad de armar verdaderos dream teams y se llevan todo lo que se les ocurre y desde ese punto de vista es muy difícil competir. Desde Corinthians en 2012 que no hay un campeón mundial de origen sudamericano y antes de ese título también pasaron muchos europeos. Ahora la sensación es que va a ganar el Bayern Munich. Los europeos vienen sacando también una ventaja muy importante y a nivel de clubes eso se acentúa mucho más todavía porque las ligas locales están totalmente melladas por la exportación absolutamente necesaria para la subsistencia de los clubes y entonces es muy difícil competir contra Europa en este momento porque concentra el dinero y el poder y la capacidad de hacer todo lo que se les ocurra hacer”.

Hernán BolilloGómez , ex DT selecciones de Colombia. Ecuador, Guatemala y Panamá apunta también al juego y a todos los niveles. “Yo ampliaría un poquito, ya no al nivel de clubes sino también a nivel de selecciones. ¿Qué pasa? Que hemos cambiado el estilo, que la idea ya es otra. La idea es que tenemos que ser europeos, jugar con la intensidad del europeo, y jugar muy frontal y perder el estilo de la época de los grandes jugadores argentinos, brasileños, colombianos, peruanos, uruguayos, que era un estilo de triangulaciones, de jugar bien al fútbol y entonces ya queremos correr como ellos y ahí perdemos. Nosotros somos un fútbol más talentoso, de más elaboración, y ya no lo tenemos. Y a nivel de selecciones, igual. Es correr mucho y correr mucho y nosotros no estamos para eso. Nosotros estamos para jugar un fútbol elaborado, bien jugado, como en otras épocas. Yo diría que la idea nuestra no se puede cambiar. Hay que volver a esa idea”.

Si bien Gilmar Ferreira, periodista del Diario “Extra” de Río de Janeiro, Brasil (Grupo Globo) sostiene que “No tengo una respuesta precisa”, parece apuntar hacia otro tema interesante, el de las fechas de disputa del torneo. “Creo que hay distintos factores pero me gustaría separar esto en dos temas. El primero, en función del calendario. Hasta 2016 teníamos tres eliminaciones antes de la final en Mundiales de Clubes: Inter, Atlético Mineiro y Atlético Nacional contra africanos, árabes y asiáticos. En estas ediciones, los calendarios que teníamos de la Libertadores, que terminaba en julio, abría un hiato hasta el Mundial de Clubes en diciembre que hacía que los equipos sudamericanos perdiesen con muchos cambios, disputaran los torneos locales de otra forma, no tenían una capacidad anímica buena para medir fuerzas contra equipos de los otros continentes y entraron a esos partidos de semifinales con la cabeza en la final y por eso no lograron tener éxito. Y los últimos dos Mundiales perdidos, el de River en 2018 y el de ahora de Palmeiras, ya con el nuevo calendario, con la Copa Libertadores terminando en noviembre y por la pandemia, entre enero y febrero, son momentos distintos.

Ferreira destaca que “De los cinco duelos perdidos por los sudamericanos en semifinales, el que más me sorprendió fue la eliminación de River contra Al Ain porque tenía un equipo ya rodado, ya armado, muy fuerte, que justificaba el rótulo de campeón continental. No era un equipo que ganó por casualidad. Salvo problemas contra Gremio en un partido muy discutido hasta hoy en Porto Alegre, pero era un equipo que expresaba el fútbol del continente sudamericano. Hubiera sido una gran final ante Real Madrid. En cambio, Palmeiras ahora no era el mejor equipo de la Libertadores. Acá en Brasil, tenemos claro que Flamengo es mejor pero son así los play off y una noche mala te puede sacar. Palmeiras acertó en la recta final con un DT como Abel Ferreira y sorprendió a todos especialmente con el 3-0 como visitante.