La “rebeldía” de Gallardo cuando lo quisieron despedir y su virtud en los entretiempos: Pablo Rodríguez, el primer ayudante del Muñeco en Nacional

El ex mediocampista, ídolo del Niza francés, rememoró su paso como asistente del Muñeco en el Bolso. También contó detalles de su relación con Juan Román Riquelme y el campeonato del mundo Sub 20 en Malasia 1997

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Pablo Rodríguez, de 43 años, es ídolo del Niza, club con el que ascendió a la Ligue 1 (@pablito22officiel)
Pablo Rodríguez, de 43 años, es ídolo del Niza, club con el que ascendió a la Ligue 1 (@pablito22officiel)

Marcelo Gallardo es considerado como uno de los mejores entrenadores del planeta gracias a su exitoso paso por River Plate, donde ganó prácticamente todos los torneos que se le cruzaron en el camino e hizo historia al derrotar a Boca en la final de la Copa Libertadores 2018 en la cancha del Real Madrid. El Muñeco armó una verdadera revolución e hizo aún más grande a la institución de Núñez, al agregar a sus vitrinas tres Copa Argentina, una Supercopa Argentina (se impuso a su clásico rival en Mendoza), dos Copas Libertadores (en ambas eliminó al Xeneize), una Copa Sudamericana (también dejó en el camino a los de La Ribera), tres Recopas Sudamericanas y una Suruga Bank.

Pero sus primeras batallas como entrenador Napoleón las libró con el buzo de Nacional de Uruguay. En la antesala al partido de ida por los cuartos de final de la Copa Libertadores entre el Bolso y el Millonario, Pablo Rodríguez, su ayudante en esa travesía por tierra de caudillos, habló con Infobae y explicó las claves de su éxito. El ídolo del Niza de Francia (logró el ascenso a la Ligue 1 en 2002) también brindó detalles de su amistad con Juan Román Riquelme y rememoró la obtención del campeonato mundial Sub 20 de Malasia en 1997 junto a Lionel Scaloni, Pablo Aimar, Diego Placente y Walter Samuel, quienes hoy tomaron las riendas de la selección argentina.

¿Cómo es tu presente en Francia?

Actualmente estoy sin equipo. Estoy evaluando dos propuestas de trabajo que no son en esta ciudad (reside en Niza, ciudad ubicada en la denominada Costa Azul). Después, dos entrenadores que son viejos amigos de mi generación, me dijeron que están cerca de agarrar como técnicos en un equipo y que les gustaría tenerme como parte de su cuerpo técnico. Eso también me sedujo mucho. No quiero tomar decisiones apresuradas. Fue un año atípico a raíz de la pandemia, es algo que cambió el mundo. Estoy en una ciudad que quiero mucho, en la que me fue bien siempre. Ahora no es momento de estar en el Niza, por eso tomé esta decisión. Pero sé que en un tiempo no muy lejano volveré para cumplir mi sueño y lograr algo importante en este club que quiero tanto. También a esta ciudad, que es, independientemente de ser la Costa Azul y ser reconocida en el mundo entero, un lugar que quiero mucho. Acá viví momentos muy buenos en lo deportivo y en lo personal. Viví cosas que me marcaron para siempre. No sólo el ascenso con Niza o el cariño de los hinchas y quedar identificado con el equipo. Acá me enteré hace 20 años de la muerte de mi papá. Cuando volví, después de ir a Argentina al velatorio, la gente de Niza me recibió con muchísimo cariño, y eso es algo que nunca me voy a olvidar.

Comentó que evaluaba algunas opciones. ¿Son en Francia o también hay opciones de volver a Sudamérica?

Estoy hablando acá en Francia, por dos opciones que ya me han adelantado algo, pero todavía ellos no tomaron la decisión. Y luego yo debería ponerme de acuerdo con ellos o estar de acuerdo con el proyecto. En Sudamérica, la verdad, tuve contacto hasta hace poco con dos equipos peruanos, pero se enfrió un poco.

Entonces, si le llega una oferta desde algún país de Sudamérica, lo pensaría

Estoy acostumbrado y me gusta esta vida de nómade. Nací en Isidro Casanova, me crié en San Justo y mi familia sigue viviendo allí. El fútbol después me llevó a dar vueltas por el mundo. Estuve en Francia, España, Portugal, un período corto en Inglaterra y también viví en Uruguay. Nunca cierro las puertas. Conocer nuevas culturas y tener nuevas experiencias son cosas que me seducen muchísimo. Después dependerá del proyecto y de la idea de cada uno.

En el pasado también fue comentarista. ¿Es algo que le gustaría retomar o prefiere que su carrera continúe por la dirección técnica?

Todo nos ayuda a seguir creciendo. Eso fue algo que me ilustró mucho, la pasé bien. Le agradezco a toda la gente que se puso a disposición y me ayudó, porque era un trabajo que no conocía. Sí sé hablar de fútbol y entiendo, porque jugué 16 años de manera profesional y he dirigido. Fui ayudante y entrenador principal, creo que tengo el derecho de tener opiniones de fútbol. Le agradezco a los que estuvieron en cámara conmigo, como el Negro Bulos y Juan Furlanich. También a toda la producción. Fue un grupo humano bárbaro. Me sirvió para aprender, ver las cosas de otro lado. Me siento más cómodo en la cancha, pero no descarto nunca nada.

Pablo Rodríguez fue uno de los ayudantes de Marcelo Gallardo en Nacional. En la imagen también aparecen el entrenador de arqueros Tabaré Alonso, el preparador físico Marcelo Tulbovitz, Pablo Rodríguez, Hernán Buján y Matías Biscay (nacional.uy)
Pablo Rodríguez fue uno de los ayudantes de Marcelo Gallardo en Nacional. En la imagen también aparecen el entrenador de arqueros Tabaré Alonso, el preparador físico Marcelo Tulbovitz, Pablo Rodríguez, Hernán Buján y Matías Biscay (nacional.uy)

Sus primeros pasos en la conducción técnica como el principal ladero de Marcelo Gallardo:

¿Cómo se conocieron con Marcelo Gallardo?

Nos conocimos en Francia. Yo había llegado a Niza el 16 de enero del 99 y él llegó 6 meses después, pero al Mónaco. Nos conocíamos de Argentina, nos habíamos cruzado en el predio de Ezeiza, cuando él estaba en la Selección Mayor y yo en las juveniles. También nos cruzamos en algunos partidos, pero no teníamos una amistad o vínculo en ese momento. Un día me invitó a comer, y yo lo invité otro día. Ahí arrancó. Nos hicimos muy amigos.

¿Cómo fue el momento en el que le dijo que quería que lo acompañe en su aventura por Nacional?

Estábamos mucho tiempo juntos en Buenos Aires. Hicimos el curso de entrenador juntos y después del primer año me dijo que quería dejar River y que quería retirarse jugando un año más y se iba a Nacional. Lamentablemente se lesionó al poco tiempo. Durante la recuperación venía mucho a Buenos Aires y casi terminado el año me dijo que le habían propuesto agarrar el equipo. También estaba (Matías) Biscay cursando con nosotros. Nos preguntó qué pensábamos y le dimos nuestra opinión. Yo en ese momento no pensé que me iba a decir de trabajar con él. No por nada en especial, pero por toda la gente que él conoce pensé que iba a buscar gente de más nombre. Cuando le confirmaron la propuesta nos dijo a Matías y a mí que quería que lo ayudáramos. Fue una sorpresa, pero algo muy lindo. Más allá de la amistad, Marcelo es muy exigente, y si no ve que tenés capacidad no te lo propone. Así que cuando nos invitó la satisfacción era doble: trabajar con un amigo y que confiara en uno a nivel profesional. Realmente tuvimos la suerte de hacer un trabajo muy, muy bueno. No sólo por ser campeones, sino porque se dejó una huella importante. Yo trabajaba con la Reserva, bajo su supervisión, y muchos jugadores que tuvimos, te diría el 80 por ciento, debutaron en Primera y después fueron vendidos. Me han llamado para felicitarme y agradecerme. Eso me permitió seguir trabajando en Uruguay después (fue entrenador de Cerro y Danubio).

El inicio de Gallardo como entrenador de Nacional no fue bueno y Daniel Enriquez develó que varios dirigentes solicitaron su salida de la institución. ¿Cómo vivieron ese momento?

Era algo nuevo para nosotros. Iniciamos con convicción, mucho trabajo y humildad. Empatamos los primeros 4 partidos y perdiendo el quinto con Bella Vista. Sinceramente muchos dirigentes querían que diéramos un paso al costado para traer a otro. La única persona que confío a muerte con nosotros, más allá del apoyo del presidente y dos dirigentes más, fue Daniel Enriquez. Fue una pieza fundamental. Nos dio una charla en la que pidió que le dijéramos la verdad. Conmigo habló una hora y media, y aprendí mucho. Terminé siendo su amigo. Habló con profesionalismo, muy sincero. Quería saber cómo estábamos, qué sentíamos. Nos vio enteros y dijo que debíamos seguir. A partir de ahí empezamos a ganar. Creo que fue un factor fundamental. Marcelo sacó su rebeldía para revertir esa situación. Los jugadores estaban convencidos, pero las cosas no se daban. Uno que nos brindó su apoyo, y diciendo que estaba a muerte con nosotros, fue Recoba. Al partido siguiente, con River de Montevideo, el Chino hizo un gol y fue a abrazar a Marcelo, dejando en claro que estaba a muerte con él. Fue un gesto inolvidable. Es un fenómeno dentro y fuera de la cancha.

Muchos de los integrantes de ese plantel fueron compañeros de Marcelo Gallardo. ¿Eso fue un plus para ustedes?

Es un plus importante si lo sabés gestionar, si no se te puede venir en contra. Marcelo ya tenía la experiencia en River cuando lo dirigió Astrada. Estoy convencido de que juega a favor si lo sabés usar, si tenés la capacidad de gestionarlo. De lo contrario, se te viene en contra, peor que si fuera gente que no conocieras.

Pablo Rodríguez tuvo un paso como comentarista en el fútbol argentino (@pablito22officiel)
Pablo Rodríguez tuvo un paso como comentarista en el fútbol argentino (@pablito22officiel)

¿Te gustaría volver a trabajar con él o tu idea es ser cabeza de grupo?

No por ser cabeza o no, la vida a veces te va llevando a diferentes lugares y van apareciendo cosas. Uno va tomando decisiones sobre la marcha, pero en esta vida todo puede pasar. Es una persona que quiero mucho, pero no quiero decir algo para que quede que quiero volver o que no quiero. Hay que dejar fluir las cosas.

¿Cuál es la clave del éxito de Marcelo Gallardo?

Es un conjunto de cosas. A uno, para que le vaya así de bien, debe estar capacitado, ser intuitivo, ser profesional y tener una cuota de suerte, que también se necesita. Son muchos factores. Por eso no todos los entrenadores logran tantas cosas. Hace una lectura de juego muy buena cuando plantea el partido. También tiene una capacidad de resolución en los entretiempos de las mejores que he visto.

¿Qué es lo que hace en los entretiempos?

Resuelve muy bien. Acomoda muy bien las piezas para los 45 minutos que restan. Ha ganado muchos partidos en el segundo tiempo. Lo ve muy bien, lo ve muy claro. Hay otra cosa fundamental. Porque hay muchos que lo ven bien, pero expresarlo y transmitirlo es muy difícil, porque no tenés tanto tiempo. Son sólo 4 ó 5 minutos de charla. Porque entre que llegás al vestuario y mirás si alguno está lesionado o toman agua y se cambian, te quedan pocos minutos. Y si salís tarde te suspenden. Está todo cronometrado. Cada uno cumple su función en el entretiempo y nada puede fallar. Poder resolver eso, adelantarse y transmitirlo, para que el receptor lo pueda ejecutar, es una virtud.

Luis Ferrer contó que Marcelo estaba muy bien catalogado en Francia y que lo veía en un futuro. Usted es un buen conocedor del mercado francés: ¿Cree que es un posible destino para Gallardo?

Está muy bien catalogado porque jugó en Mónaco y PSG. Es una persona que ha dejado una imagen muy buena en lo humano y en lo profesional. Creo que podría volver, pero con lo que hizo en River también podría ir a cualquier país del mundo, no sólo a Francia porque lo conocen.

Pablo Rodríguez surgió de Argentinos Juniors y fue ídolo del Niza. También pasó por Leganés, Beira Mar, Montevideo Wanderers, Olimpo y Colón, entre otros (@pablito22officiel)
Pablo Rodríguez surgió de Argentinos Juniors y fue ídolo del Niza. También pasó por Leganés, Beira Mar, Montevideo Wanderers, Olimpo y Colón, entre otros (@pablito22officiel)

El recuerdo del Mundial Sub 20 de Malasia 1997 y el presente de la selección argentina:

¿Qué recuerda de ese torneo?

Sinceramente, todo. Es un grupo humano bárbaro, al igual que con el que debuté en Argentinos. Tengo muchos amigos de ese grupo. Esa Selección Sub 20 fue algo realmente maravilloso, y cuando pasan los años lo valoro aún más. Tuvimos la suerte de tener a José (Pekerman) como entrenador, que nos educaba dentro y fuera de la cancha. También el cuerpo técnico, con Gerardo Salorio y Hugo Tocalli, gente que nos enseñó muchas cosas. Fuimos un grupo muy unido, que realmente nos queríamos mucho. No había celos ni envidia, lo único que había eran ganas de que nos fuera bien, soñábamos con ser campeones. Hoy seguimos con una gran relación. Hay un grupo bastante grande que nos vemos muy seguido. Nos queremos mucho.

José Pekerman revolucionó a las juveniles de Argentina. ¿Cuál fue su secreto?

Él nos educó dentro y fuera de la cancha. Él formó jugadores y personas. Es algo que hoy en día no se suele ver mucho. El mundo cambió, y lo entiendo. Uno no puede vivir del recuerdo y pensar como se pensaba 20 años atrás. El mundo va evolucionando. Nosotros hacíamos llamadas que valían 10 dólares el minuto y hablábamos cada 3 ó 4 días porque no teníamos la plata. Pero creo que había hambre de gloria. José nos explicó muy bien lo que era estar en la selección argentina. Sabíamos que en cada partido, como en el Sudamericano, que también tuvimos la oportunidad de ganarlo, o el Mundial de Malasia, representábamos a Argentina y mirábamos para arriba y teníamos un camino, un ejemplo a seguir. Buscábamos la gloria, el prestigio. Con el paso de los años uno se da cuenta que es muy difícil salir campeón del mundo, y hay gente que no lo logra nunca. Cada vez que nos encontramos, y hablo de todos los que están hoy en la Selección, como Lionel (Scaloni), Diego (Placente), Pablito (Aimar), Bernardo (Romeo), que yo dormía con él en la habitación, o Walter Samuel, que me vino a visitar hace tres meses (uno de los temas que se tocó es el gran presente del arquero Walter Benítez, de gran presente en la Ligue 1), hablamos del grupo, de cómo nos defendíamos y cómo nos exigimos. Llegamos a la conclusión que es algo que no es casualidad que casi todo el grupo hizo una gran carrera. Algunos fueron estrellas a nivel mundial. Ninguno tuvo escándalos, tuvieron una vida ordenada, respetando al deporte.

Pablo Rodríguez junto a Pablo Aimar (@pablito22officiel)
Pablo Rodríguez junto a Pablo Aimar (@pablito22officiel)

Recién me nombró a Placente, Amar, Scaloni, Samuel y Romero. Ellos, en distintos roles, están al frente de la Selección. ¿Cómo los ve?

Dejando de lado la amistad y si tengo que ser objetivo, los veo bien. Argentina, más allá de las críticas que se hicieron en su momento, que forman parte de este juego, que siempre alguien tira algo para generar polémica, está en un proceso es de los más ordenados en el último tiempo en juveniles. Han logrado reestructurar todo. Creo que se está jugando bastante bien. De la la Mayor no podemos decir nada. Están varias de las figuras que estuvieron siempre, de las cuales se dudaba si las iban a poder manejar. Ojalá este sea el comienzo de un camino interminable. Como argentino creo que merecemos algún título del mundo más y ganar más cosas.

Recién destacó el manejo de las figuras de la Selección, pero también es para destacar la renovación que inició Scaloni.

Aunque la prensa siempre trata de meter o sacar a alguno, ellos tuvieron la hombría y profesionalismo de tomar decisiones sanas. Ellos creyeron que fue un proceso terminado para algunos jugadores, que dejaron de ser citados, y les dieron la posibilidad a otros, como sucede en todas las selecciones. Entender eso es bueno. Estoy muy contento que una generación como la nuestra esté al frente de la selección argentina. Ellos jugaron en juveniles, en la Mayor, ganaron cosas, jugaron en Europa durante mucho tiempo y saben lo que es competir. Me pone muy contento. En juveniles hay una identidad de juego y una educación. Y en la Mayor, donde hay menos tiempo y las exigencias son mayores, se están haciendo bien las cosas.

Pablo Rodríguez junto a Juan Román Riquelme y Diego Placente (@pablito22officiel)
Pablo Rodríguez junto a Juan Román Riquelme y Diego Placente (@pablito22officiel)

Su amistad con Juan Román Riquelme:

Durante la charla nombró la frase “lectura de juego”. Alguien que tenía esta habilidad es Juan Román Riquelme, hoy vicepresidente de Boca. ¿Cómo lo ve en esa función?

Román es una persona muy capaz. Es mi amigo y lo quiero mucho. Trato de ser objetivo, pero creo que cualquier cosa que se proponga lo va a poder lograr. Román hacía una lectura de juego tan rápida y fácil que mientras leía el juego ejecutaba todo a la perfección. Es muy difícil de hacer eso. En una época, en Argentina, decían que Román era lento. A mí me causaba gracia porque no sé quién era el más lento, capaz que fui yo, pero para mí él era el más rápido, sin dudas. Veía las cosas 10 segundos antes de que pasaran. Veía cosas que los demás no veían ni siquiera sentados en la tribuna.

Teniendo en cuenta esta habilidad, ¿en algún momento pensó que el futuro de Riquelme podría ser como entrenador?

No, la verdad que no. Igualmente, lo que se proponga le iría bien. Cuando estaba en la cancha era más fácil para él. Estaba a nivel del piso, donde es difícil leer el partido, porque no es lo mismo verlo desde la tribuna, donde te cambia el ángulo y es más fácil. Él lo hacía y lo ejecutaba. Era un actor principal, donde sabía lo que quería y buscaba. Ahora se puso esta meta, y no tengo duda que lo va a lograr. Puso un pie en Boca y ya lo sacó campeón. Es una persona muy capaz e inteligente

Román se rodeó de gente de su confianza, como el Chelo Delgado, Raúl Cascini o el Patrón Bermúdez. Usted tiene un gran vínculo con él, ¿le ofreció sumarse en Boca?

No. Hemos hablado por mensaje y teléfono, pero no sobre esto. Me preguntó si estaba bien acá, pero los dos sabemos que si uno de los dos necesita algo del otro lo puede llamar, pero no fue un tema que ni siquiera se tocó.

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