La falsa broma que casi le impide viajar, su particular apodo y los cruces contra Shaquille O´Neal: se cumplen 20 años del primer argentino en la NBA

Rubén Wolkowyski se convirtió, por minutos, en el primer basquetbolista de Argentina que jugó de manera oficial en la liga estadounidense. En un mano a mano con Infobae desde España, el Colo contó el detrás de escena de su llegada a Estados Unidos y cómo vivió la experiencia

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Se cumplen 20 años del debut del primer argentino en la NBA: Rubén Wolkowyski (Martín Rosenzveig-Infobae)
Se cumplen 20 años del debut del primer argentino en la NBA: Rubén Wolkowyski (Martín Rosenzveig-Infobae)

Es una buena oportunidad para hacer el siguiente ejercicio: cerrar los ojos y viajar en el tiempo. El mundo estaba a punto de sufrir un cambio drástico con el comienzo del nuevo milenio. El pasaje del 99 al 00 generó incertidumbre a nivel global. Algunos pensaron que los relojes iban a detener su marcha. Otros creyeron que el planeta iba a sufrir un gran apagón. Los más aventurados presagiaron que el mundo iba a implosionar.

Después de atravesar ese contexto, hubo un argentino que vivió una situación aún más inesperada que cualquiera de esas. Sentado en un bote en pleno río Paraná, el basquetbolista argentino Rubén Wolkowyski recibió un llamado. A los segundos, su teléfono volvió a sonar. Él no quiso atender. Hasta que un protagonista central del comienzo de esta historia le avisó que no podía dejar de atender esa comunicación que provenía de los Estados Unidos.

"Estaba en Corrientes pescando y me dijeron ‘Te llamamos de…’ Fue todo en español encima. ‘Te llamamos en representación de los Sonics porque tenemos dos pasajes para que te puedas..’ y yo hice trac, apague el teléfono jeje. Quién está haciendo la joda, pensé. Pasó un rato, vuelve a sonar el teléfono otra vez y volví a cortar. Porque estaba en ese momento la joda, en esa época, de los chicos de la selección de hacerte una nota. Se hacían pasar por periodistas y te hacían una nota. Entonces alguno me quería hacer entrar para después joderte, hacerte una broma porque después nos juntábamos en la Selección… Bueno, pasó. No llamó más el teléfono hasta media hora después. Atiendo, y es mi suegro. Y me dice ‘Colo, atendé el teléfono. Me acaban de llamar a mí y es verdad’ y le digo ‘Bueno, deciles que me llamen’. Claro, cuando pasó eso dije: ‘es verdad’.

Ahí sentado, disfrutando de un ritual psicológico que usaba para abstraerse de ser la figura de Estudiantes de Olavarría, el último campeón de la liga de básquet argentina, Wolkowyski tuvo su primer contacto formal con la NBA. Era julio del 2000. El Colo estaba disfrutando de su pasión por la pesca cuando un representante de los Seattle Sonics llamó a uno de esos viejos teléfonos celulares.

Rubén Wolkowyski cuenta cómo fue el llamado que recibió para jugar en la NBA - #Entrevista

“Y bueno, de ahí rajé para Buenos Aires, dejé todo. Salimos con mi familia, la dejé en Mar del Plata, me fui a Buenos Aires, preparé todo porque todo era muy rápido. Tenía los pasajes en una semana, un poco menos, y me subí al avión y me fui”, le contó el chaqueño a Infobae desde Málaga, España.

Así comenzó la travesía de Wolkowyski por el mundo NBA. Todavía sin saberlo, el oriundo de Castelli, provincia del Chaco, estaba iniciando un camino que había comenzado un año antes. Porque sin saberlo, viajar a Europa para jugar un torneo amistoso con su equipo fue la llave que le abrió la puerta al paraíso del básquet estadounidense.

“Con Estudiantes de Olavarría vamos a jugar un torneo a los Países Bajos para las Navidades de 1999. Yo no quería viajar. Le dije a Oveja (Hernández, actual DT de la Selección) y a un dirigente que me quería quedar porque estaba mi señora embarazada, las fiestas. Era el cambio del milenio, que pasaba del 99 al 2000, que decían que los aviones se podían caer jeje. Y dije ‘No lo quiero probar’. Encima nosotros íbamos a volar en esos momentos críticos”, recordó Rubén.

¿Y qué sucedió? “Al final mi señora se puso del lado de Sergio y subí al avión. Así fue que jugué el torneo, que tal vez fue el mejor torneo que jugué en mi vida porque lo jugué sin presiones y me salieron todas. Sin saber que estaban los ojeadores de los equipos. Gracias a ese torneo terminé en la NBA”.

La historia cuenta que cuando Wolkowyski aterrizó en Seattle se encontró con Dave Pendercraft, el hombre que lo vio jugar en la gira europea, analizó su juego y el encargado de mostrarle un video con las mejores acciones del Colo al entrenador de los Sonics, Paul Westphal. El mismo que en 1993 enfrentó a Michael Jordan y sus Chicago Bulls en las finales dirigiendo a los Phoenix Suns de Charles Barkley.

El primer paso del Colo fue en las famosas ligas de verano que usan los equipos para foguear a sus jugadores novatos. A pesar que para esa altura el chaqueño era ya un experimentado jugador y parte esencial del seleccionado, el staff técnico quiso verlo competir. Y vaya que lo vieron. Se sorprendieron con los números que produjo la torre de 2 metros con 8 centímetros: en los torneos de Los Ángeles y Boston, el ex pivot de Boca promedió más de 10 puntos y 6 rebotes en 22 minutos de juego por partido.

“Como terminé la liga y viajé, estaba en ritmo. Recuerdo que le ganamos un juego a San Antonio muy importante. Ellos tenían un buen equipo en ese torneo. Definí con dos pelotas en el cierre del partido”, explicó Wolkowyski sobre el rendimiento que, todavía sin saberlo, le había garantizado un contrato para jugar en la mejor liga de básquet del mundo.

“Termina el juego, hay una reunión con el Gerente General de la franquicia y Paul (el entrenador), y me junté a hablar con ellos. Me dijeron que me podía volver a casa, pero que me esperaban para el torneo de veteranos en octubre. Y me invitan a viajar con mi familia. Y yo pensé ‘Qué bueno, me invitan a viajar con mi familia’”, recordó el Colo entre risas.

Entonces, ¿ya era parte del roster de los Sonics? ¿Esa invitación era una más o tenía algún significado especial? Tal vez, esas fueron algunas de las preguntas que recorrieron la cabeza de Wolkowyski. En realidad, la decisión estaba tomada para la franquicia, pero no quisieron darla a conocer para que ningún otro equipo lo tentara o le ofreciera un mejor contrato.

Ruben Wolkowyski y su recuerdo de su primer partido en la NBA - #Entrevista

Pasaron las semanas y el día finalmente llegó. El primer partido de la temporada regular para Seattle era en Vancouver contra los Grizzlies, una de las nuevas franquicias de expansión de Canadá que habían llegado a la NBA dos años antes. Junto a su esposa Mariana, su pequeño hijo Tomy y el resto del plantel, Wolkowyski viajó a tierra desconocida. Aquel 31 de octubre, hace 20 años, ese chico que había comenzando a jugar a este deporte a los 15 años se convirtió en el primer jugador argentino junto a Pepe Sánchez en disputar la misma competición de la que nombres como Hernán Montenegro, Jorge “el Gigante” González, Héctor “el Pichi” Campana y hasta un campeón del mundo en 1950 como Oscar Furlong se habían quedado en la puerta.

Una vez que el chaqueño llegó al estadio se despidió de su familia de una forma particular. “Yo le digo a mi señora ‘Sabés que no tengo nervios’... Mentira, yo para que ella no se sienta mal. Estaba re cagado en las patas de los nervios que tenía. Porque vos ves algo inalcanzable, y de un día para el otro estás ahí adentro… Más allá de que jugué varios partidos de preparación, eso ya era diferente. Era estar en el baile. Lo otro era preparación, esto era estar en el baile y entrar…”.

Así fue que Wolkowyski salió a pisar el parquet del Rogers Arena. “Me acuerdo cuando entramos corriendo a la cancha, la gente, el estadio. Trataba de disfrutar al máximo cada momento que pasaba, pero se ve que de los nervios que tenía, terminó el partido y me olvidé todo. Casi todo, sólo cuando (el entrenador) me llamó para entrar, después de algún minuto y ahí es como que me quedo… Me acuerdo haberla mirado a mi señora que estaba con Tomy. Y cuando me llamó para entrar al partido, super emocionado, recontra emocionado. Decí que tenía a Patrick que me decía ‘Dale Ru, dale Ru, vamos’. El flaco me veía que yo estaba como un papel, seguro”, recordó el Colo, que en su estreno en la NBA jugó casi 12 minutos, no sumó puntos -terminó con 0 de 4 de cancha-, pero si 2 rebotes y 1 bloqueo en la derrota 88-94 para los Sonics.

Ese Patrick que mencionó el jugador argentino era ni más ni menos que Patrick Ewing, elegido como uno de los mejores 50 jugadores de la historia de la NBA. Jamaiquino pero nacionalizado estadounidense, el gigante de 2.13 metros fue elegido en el primer puesto del Draft 1985 por los New York Knicks, franquicia en la que jugó 15 temporadas hasta que se mudó a los Sonics en la etapa final de su grandiosa carrera.

¿Cómo fue para Wolkowyski compartir equipo con uno de los grandes de todos los tiempos en su posición? “Fue tremenda persona, tremenda. Increíble persona Pat Ewing. Tuve relación con todos muy bien pero él me ayudó en todo. Me enseñaba lo que era la NBA. Que él estuviera me ayudó a jugar. Yo ya sabía que después de los primeros 6, 7 minutos de juego, iba para la cancha. Y él, cuando entraba, siempre me alentaba para que des lo mejor posible”.

Aquella versión de Seattle no fue la mejor que se recuerde. Cuatro años después de caer en las finales ante los Bulls de Michael Jordan, era un equipo en construcción que había incorporado a Ewing con la gran estrella del equipo, el base Gary Payton. Más allá de las figuras, el plantel estaba plagado de jugadores jóvenes. Y dos de ellos fueron los grandes amigos de Wolkowyski en su primera experiencia en Estados Unidos. “Estaba Desmond Mason y Rashard Lewis. Ellos eran los dos novatos. Me preguntaron mucho de Argentina. Tuve buena relación con todos. Con Mason teníamos una relación muy cercana porque nos conocimos en la liga de verano. Nos conectamos desde el juego. Nunca nadie me destrató. Todo muy cortés”, explicó el argentino que era llamado “Big Ru” por sus compañeros en relación a las primeras letras de su nombre y por su gran tamaño.

Ruben Wolkowyski recuerda cómo era defender a Shaquille O'Neal - #Entrevista

Admirador de Jordan por ser el jugador que lo cautivó y lo introdujo en el mundo NBA, a Wolkowyski le gustaba ver a los San Antonio Spurs que todavía no tenían a Manu Ginóbili. Con las dos torres Tim Duncan y David Robinson como protagonistas, al Colo le gustaba seguir los pasos de dos jugadores de su posición. Jugó contra ellos en su primer año. También lo hizo contra otro histórico como Karl Malone al que definió como que “corría bastante, pero era una roca”. Pero los duelos que más recuerda son en los que se paró frente a frente con Shaq O’Neal.

Shaquille era rápido, durísimo, saltaba… Todo. Mucho más grande. Te juro que era imposible defender a ese animal. Uno de los jugadores que yo nunca pude contener. Bueno, nadie lo podía contener, estaba en un momento donde agarraba la pelota y le hacían falta y a tirarte dos tiros libres. Y después cambiaron las reglas porque era intencional para que no pase eso. Pero la única forma de pararlo, y el flaco cuando le hacían eso se enojaba y sacaba los codos. Y te sacaba la cabeza, olvidate. Yo trataba de jugar fuerte, pero… El flaco no era mal intencionado, él jugaba con su fuerza y con su habilidad, y le sobraba. Le sobraba mal”, advirtió Rubén, que aprovechó la charla con Infobae para revivir un cruce con la versión de Superman que tuvieron Los Ángeles Lakers de inicios del siglo XXI.

“En un momento me dice Nate McMillan, el asistente que fue un ex jugador, me dice ‘defendelo, chocalo, sacalo fuera’. Y bueno, yo lo sacaba y lo trataba de sacar. Y cuando lo sacaba, él recibía. Entonces digo ‘lo voy a defender por delante’ y cuando me peleo por delante vi la pelota pasar por arriba…. jejeje, sabés cómo la agarró. La agarró e hizo trac (la volcó) y dije ‘Qué pintado quedé’. Era por atrás, por lo menos voy a hacer que pegue un pique y le hago falta”.

Los Lakers de Shaquille y Kobe Bryant dominaron la NBA esa temporada 2000-2001. Pero los Sonics fueron el único equipo que le ganó los cuatro partidos de fase regular a los dirigidos por Phil Jackson que terminarían siendo los campeones. Más allá de ese particular récord a favor, los Sonics no alcanzaron los playoffs: con marca de 44-38, acabaron en el puesto 10 de la Conferencia Oeste.

En lo estrictamente individual, Wolkowyski jugó en 34 partidos y sólo en uno fue titular. Tuvo 9 minutos de promedio por encuentro en los que sumó un total de 75 puntos con una media de poco más de 2 tantos por juego. Además, terminó con 1.4 rebotes por duelo. Sin lugar en el equipo por decisión del nuevo entrenador McMillan, se mudó a los Dallas Mavericks.

Ruben Wolkowyski y una postal de su primera temporada en la NBA con los Seattle Sonics
Ruben Wolkowyski y una postal de su primera temporada en la NBA con los Seattle Sonics

Pero el Colo no estuvo solo en su desembarco en la NBA. Otro argentino también lo acompañó del otro lado del país. Pepe Sánchez, que fue contratado por los Philadelphia 76ers después de jugar cuatro años en el básquet universitario, debutó la misma jornada. Juntos, cada uno con su equipo, levantaron la bandera celeste y blanca en un cielo de estrellas. Ellos fueron los pioneros, los que dieron el primer paso para el aterrizaje de gran parte de la Generación Dorada en el máximo escenario de su deporte.

A Pepe lo vi desde chico porque yo soy un poco mayor que él. Ahora tenemos una amistad increíble. Que bueno que nos haya pasado esto juntos a los dos. Porque disfrutarlo solo no es igual. Estar los dos en esa época en la NBA estuvo genial. Siempre seguía cómo le iba a su equipo. Es más, yo me enteré que él también había jugado porque los periodistas argentinos que estuvieron en mi debut me contaron. Es una alegría que hayamos sido los dos primeros”, dijo el chaqueño campeón olímpico con Argentina en Atenas 2004.

Dos décadas después, el Colo está intacto. Casi como si tuviera la número 45 de Seattle puesta. Hoy en Málaga donde vive junto a su esposa y su hijo, disfruta de poder acompañar a Tomy en su objetivo de ser jugador profesional de baloncesto como su papá. “Lo admiro mucho porque tomó la decisión de dejar Argentina y venirse para acá porque sentía que en el club donde jugaba lo miraban como ‘el hijo de’. Allá jugaba de pivot, pero acá mejoró mucho su tiro exterior y lo utilizan de alero. El pudo cambiar su juego, tiene 2 metros y es un jugador con tremendo tiro de tres puntos, le encanta penetrar y puede defender todas las posiciones”, analizó Wolkowyski a su heredero que está en las juveniles del Unicaja.

Además, junto a otros deportistas históricos de Argentina como los basquetbolistas Alejandro Montecchia y Walter Hermann, medallistas dorados en los Juegos Olímpicos, las leyenda del voleibol Marcos Milinkovic y Javier Weber, y hasta el renombrado entrenador de handball Dady Gallardo, Rubén encabeza un equipo que comenzó a dar campus virtuales durante la pandemia con el objetivo de traspasar su amor y conocimientos del juego a las nuevas generaciones.

“Buscamos como poder estar cerca de los chicos, que no se olviden del deporte. Poder orientarlos. Así surgió la idea de hacer charlas virtuales gratuitas para clubes y colegios durante este época y que la cuarentena sea más llevadera. Contarles nuestra historia. A mí me encantó porque los jóvenes le nombran la Generación Dorada y te dicen todos los nombres de los equipos. La verdad, me encanta porque es introducirlos en la historia de nuestro deporte. Queríamos poner nuestro granito de arena y estar cerca de la gente”, explicó el subcampeón del mundo que espera llevar ese mensaje de manera presencial a los lugares cuando mejora la situación sanitaria.

Este sábado no será una jornada más en la vida de Wolkowyski. Como sucede cada 28 de agosto, fecha aniversario de la gesta olímpica para la selección argentina que participó, el 31 de octubre es otro de los días inolvidable para la carrera de Rubén. Y este, 20 años después de su estreno en la NBA, sin dudas que será especial. Tal vez tan grande como ese martes frío que vivió en Canadá.

Para mí fue una experiencia personal increíble. Creo que fue la mejor experiencia personal que tuve en mi vida. Porque todos los demás hechos que se dieron como el oro olímpico, Mundial… Eso es grupal y de un equipo, pero personal, haber ido en el año 2000 a la NBA era impensado para cualquier jugador argentino. Y más desde Argentina. Yo no tenía ese objetivo. Mi objetivo era poder llegar a Europa y jugar acá. Porque ver la NBA la veía un poco lejos, de un nivel muy superior al que nosotros estamos acostumbrados. Cuando llegué allá me di cuenta que es otro mundo. Me sorprendió todo lo que vi diariamente. Desde la organización, hasta el juego, lo que se te ocurra. Una diferencia muy grande saltar de Argentina a la NBA. Imaginate, un chaqueño en lo máximo del deporte mundial”.

Claro que lo imaginamos, Colo. Lo disfrutamos porque fue histórico. También porque fue puntal para la llegada de los Ginóbili, Nocioni, Oberto, Delfino y tantos otros. Fue un día que el deporte argentino recordará por siempre.

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