De Manson y BTK al hijo de Sam: las historias de los 7 asesinos seriales más espeluznantes que se retratan en "Mindhunter"

A mediados de agosto, la serie de Netflix lanzó su segunda temporada. En esta nota, un recorrido por algunos de los homicidas que estremecieron a los EE.UU. y la serie llevó a la pantalla. Alerta spoilers

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¿Existe algún temor más tenebroso a ser asesinado simplemente porque sí? Alguien podría decir que se trataría de paranoia, de miedo infundado, irracional. Sin embargo, ahí están las dos temporadas de Mindhunter (la segunda estrenada en Netflix a mediados de agosto), serie que permite explorar, a prudencial distancia televisiva, los casos más siniestros de homicidas que reiteran sus crímenes con un método y, casi siempre, con víctimas elegidas al azar. La serie da cuenta del nacimiento de la Unidad de Análisis de la Conducta del FB, que estudió en los años setenta las reiteraciones que podían brindar un perfil del asesino serial. 

Los asesinos seriales (en su mayoría hombres, caucásicos, de personalidad narcisista, con un elevado coeficiente intelectual, ansia de poder y participación en sus comunidades que no perciben frente a quién están, y un trastorno de la personalidad antisocial que no los equipara con los así llamados "enfermos mentales", ya que pueden distinguir el mal del bien, y eligen hacer el mal) pueden cometer una serie de delitos fatales en un periodo de tiempo para luego "desactivarse" y volver a "activarse", incluso varios años después. Según el FBI, en 2013 había en Estados Unidos alrededor de trescientos asesinos seriales libres. Alguno podría haberse mudado, por qué no, al barrio o a la cuadra de la casa del lector. 

Infobae Cultura recopiló los 7 casos más escalofriantes de la serie Mindhunter para reseñar uno a uno los crímenes de estos asesinos seriales, todos basados en hechos de la vida real.

BTK

Diseminados a lo largo de cada capítulo de las dos temporadas y con una estética y estilo que diferencian a los "cortos" acerca de BTK de la trama central de la serie, la historia de este homicida serial se brinda al espectador a cuentagotas, de tal modo que se pueda ser testigo íntimo de la preparación del asesino.

Denis Rader, alias BTK
Denis Rader, alias BTK

Dennis Rader, un diácono luterano muy respetado en la iglesia donde ejercía su rol religioso, mató a diez personas entre 1974 y 1991 mediante un método que él mismo bautizó Bind, Torture, Kill (atar, torturar, matar), cuyas siglas darían lugar a su "nombre de guerra", con el que firmaba notas que enviaba a la policía misma, burlándose de las fuerzas que buscaban atraparlo en la seguridad de que no lo harían. Casi lo logra. En 2004, antes de archivar el caso, se logró extraer muestras de ADN del asesino y la investigación se reflotó. BTK volvió a enviar cartas a la policía y desafió a encontrarlo mediante un CD que envió. Había algunas marcas detectables. Así, el FBI lo encontró. 

Sus crímenes habían sido horrendos. Su debut como BTK fue realizado matando a los cuatro miembros de una familia: Joseph Otero, de 38 años, Julie Otero, de 34, Josephine Otero, de 11 años, y Joseph Otero II, de 9. Todos maniatados, asfixiados, estrangulados.

El diácono Rader, alias BTK, cumple diez condenas a cadena perpetua en el estado de Kansas.

Edmund Kamper

Conocido como "El asesino de las colegialas", la aparición de Ed Kamper en la primera temporada de Mindhunter, y la relación que establece con el investigador del FBI Holden Ford (Jonathan Groff) se convierte en uno de los núcleos narrativos de la primera parte de la serie. Kamper había tenido una niñez muy disfuncional, con una madre abusadora que lo mandaba a dormir al sótano y que disfrutaba unos juegos que no se comparaban a la forma de divertirse de los niños de su edad: le gustaba jugar a la silla eléctrica y la cámara de gas, desollaba a las muñecas de sus hermanas y hasta había enterrado vivo a un gato simplemente por el hecho de presumir su muerte. En la pubertad se mudó con su padre, que a su vez lo mandó a vivir con sus abuelos. 

El 27 de agosto de 1964, a los quince años, discutió con su abuela, tomó una escopeta, disparó y la mató. Cuando su abuelo llegó de la calle, se cobró su segunda víctima. Llamó a su madre para confesar lo que había hecho y llamó a la policía. "Sólo quería ver qué se sentía matar a la abuela", se justificó ante los oficiales. Ingresó en una clínica psiquiátrica de la que salió a los 21 años. Allí los estudios señalaron que su inteligencia era superior a la común y su coeficiente intelectual medía 140. 

Edmund Kamper
Edmund Kamper

Entre 1972 y 1973 asesinó a 6 jóvenes a las que ofrecía acercar a sus destinos en la ruta, para desviar el trayecto a campos solitarios donde las ahorcaba o achuchillaba, para luego llevarlas a su casa, donde practicaba necrofilia. Siempre cometía sus crímenes luego de discutir con su madre.

En abril de 1972, mientras su madre Clarnell Strandberg dormía, la mató a golpes de martillo, la decapitó, arrancó sus cuerdas vocales y las llevó al triturador de la cocina, violó la cabeza de su progenitora y durmió cuatro noches junto al cadáver. Llamó a la mejor amiga de su madre y también la mató. Salió en auto, puso el noticiero. No había informes sobre sus crímenes. Decepcionado, se entregó a la policía y confesó. En la actualidad, cumple prisión perpetua en la cárcel de Vacaville, California.

Charles Manson

Si bien no es un "asesino serial" según la acepción que los designa, la aparición de Manson en la segunda temporada de la serie había sido anunciada y era uno de los personajes más esperados por los espectadores. Charles Manson, nacido en 1934, había sido el líder del grupo-comunidad La Familia. Hijo de una madre alcohólica que, según Manson, una vez lo intercambió por una caja de cervezas, a los 13 años intentó un robo a mano armada en una tienda y fue arrestado y enviado a un reformatorio. Fugado, arrestado, de vuelta al robo, estuvo en prisión hasta que en 1954 fue liberado por buen comportamiento. De vuelta en la cárcel hasta 1961, tomó interés por el esoterismo y las filosofías orientales. 

A fines de los sesenta forma un grupo comunitario llamado La Familia, que respondía a los parámetros del movimiento hippie que se extendía en la costa este de los Estados Unidos: vida comunitaria, libertad sexual, experimientación con sustancias y un fuerte sentido de pertenencia al grupo entre sus miembros. Manson era su líder e ideólogo. Elaboró así la teoría de Helter Skelter (nombre tomado de una canción de Los Beatles) según la cual se avecinaba una guerra entre blancos y negros y La Familia debía acelerar los tiempos de ese enfrentamiento. 

Charles Manson
Charles Manson

Por eso, de acuerdo a las instrucciones de Manson, un grupo de miembros de La Familia se introdujo en la mansión de Roman Polanski y Sharon Tate, en Beverly Hills, y asesinaron a Tate, que estaba embarazada, y a cuatro personas más, mientras pintaban en las paredes de la mansión: "Cerdos", "Helter Skelter" y otras consignas. Manson fue condenado por conspiración y asesinato por estos crímenes, a los que se sumaron otros homicidios. Fue condenado a muerte, pero su pena fue cambiada a prisión perpetua. Murió en la cárcel de Corcoran, en California, en 2017.

Paul Bateson

La segunda temporada de Mindhunter lo muestra en una investigación que realiza la doctora Carr y el agente Smith, quienes lo interrogan en prisión en una larga escena. En la vida real, Bateson, que había nacido en 1940, había conocido las cámaras cinematográficas ya que participó de la película El exorcista. En 1973, el director William Friedkin visitó el Centro Médico Nueva York, donde Bateson trabajaba, y al verlo le ofreció que participara de la escena en la que se realizaba una angioplastia a la púber Linda Blair. Bateson aceptó. Luego su vida continuó entre el alcohol y su participación en la noche gay neoyorquina, donde asistía a clubes leather (sadomasoquistas) y otros bares. En uno de ellos conoció en 1977 al crítico de cine Addison Verrill, a quien apuñaló luego de pasar una noche erótica juntos.

Paul Bateson
Paul Bateson

Un periodista llamó "psicópata" al asesino de Verrill, lo que provocó la indignación de Bateson, que llamó al periodista Arthur Bell, que había escrito la nota, y de forma anónima le dijo que había cometido el asesinato, pero que no era un psicópata, que necesitaba dinero y alcohol. Y narró la última noche con vida de Verrill. El periodista acudió a la policía, Bateson volvió a llamar y le dijo al periodista el nombre del homicida. Así, fue detenido. En 1979 fue condenado a 20 años de prisión. En la cárcel se mofaba de haber asesinado a seis hombres gays más, de haberlos mutilado y tirado al río. Sin embargo, nunca confesó oficialmente estos crímenes. El director de cine Friedkin lo visitó en su celda para que le narre esos homicidios y en base a ellos realizó la película Cruising, protagonizada por Al Pacino. En 2003 fue liberado. En la actualidad se desconoce su paradero.

El asesino de los zapatos

Jerry Brudos, que nació en 1939, era un fetichista de pies y zapatos y un asesino serial de renombre y necrófilo que falleció tras las rejas en 2006. De niño, su madre -que sólo había tenido hijos varones- lo vestía de mujer, a la vez que maltrataba y hostigaba. Muy temprano nació su fetiche por los zapatos: en primer grado intentó robar los zapatos de su maestra. Luego, robaría zapatos y ropa femenina que colgaba para secarse del lavado en las casas vecinas. Pasó su adolescencia en psiquiátricos y cuando salió retomó los estudios secundarios, a la vez que comenzó a perseguir chicas y sofocarlas hasta el desmayo para robarles sus zapatos.

Se casó con una joven de 17 años, a la que le pedía que hiciera las tareas del hogar desnuda y sobre zapatos de tacones altos, mientras él sacaba fotografías. Entre 1968 y 1969 estranguló y mató a cuatro mujeres, a las que mutilaba. Testigos que pasaban por los lugares de los crímenes describían que los había sorprendido ver a un hombre grande vestido con ropas femeninas. Brudos tenía un garage en su hogar al que su esposa sólo podía ingresar con autorización luego de tocar el timbre y que su esposo asintiera mediante el intercomunicador. Allí llevaba los zapatos y las ropas de mujer que robaba, a la vez que algunos de los cuerpos de sus víctimas. O peor: parte de sus cuerpos. Usaba dos pares de pechos de sus víctimas como pisapapeles y el pie izquierdo de otra como modelo para los zapatos que él mismo hacía para sí. 

Jerry Brudos
Jerry Brudos

La policía lo encontró y fue condenado a tres cadenas perpetuas. Su celda estaba adornada por catálogos de zapatos que pedía a varias compañías del rubro. Murió en 2006 en Oregon en prisión debido a un cáncer de hígado.

El hijo de Sam

David Bercowitz nació en 1953 en Nueva York, lugar donde cometería sus crímenes dos décadas después. Entre 1976 y 1977, Bercowitz asesinó a seis personas e hirió a otras siete con su pistola calibre 44 y provocó una ola de temor social que, debido al modus operandi repetido, provocó que miles y miles decidieran no salir de sus casas por las noches. Es que había comenzado una serie de ataques con arma de fuego a parejas que estuvieran dentro de un auto estacionado. El asesino dejaba notas para la policía. "Soy el hijo de Sam. Adoro la caza".

Todo había comenzado por los ladridos insistentes de un perro. Bercowitz estaba en su departamento cuando la mascota de su vecino empezó a ladrar sin parar, acto que lo enfureció. Disparó para matarlo, pero no dio en el blanco. Por el contrario, vio cómo un demonio se introducía en el perro, que comenzó a hablar directamente a su cabeza, instándolo a matar. Provocó seis muertes y siete heridos en sus autos. Las mujeres tenían, como norma, pelo castaño hasta los hombros. Había inventado un logo que acompañaba a la firma: "Son of Sam". Empezó a escribir a la prensa: "Sam es un tipo sediento. No me dejará parar de matar hasta que esté saciado de sangre". Era el perro que ladraba. Bercowitz trabajaba como cartero y no tenía vida social ni relaciones sexuales de ningún tipo. Se la pasaba en su departamento, cuyas ventanas había cubierto para preservar su intimidad. En las paredes había escritos mensajes que, según Bercowitz, lo incitaban al asesinato. Más tarde declaró que durante un año no había podido dormir una noche entera y que la pulsión de matar se apoderaba de él cuando escuchaba voces y gritos dentro de su cabeza. Ante la paranoia generalizada, Bercowitz se movilizaba en su auto Ford por distintos puntos de la ciudad para cometer sus crímenes. 

David Bercowitz
David Bercowitz

Mientras salía de caza en un barrio ajeno a su hogar, un policía le dejó una multa por estacionar al lado de una toma de agua para los bomberos. Una vecina del lugar vio cómo tomaba la papeleta de la multa y la tiraba a una alcantarilla. Días después, vio nuevamente al hombre y sintió que la estaba siguiendo. Cuando se dio vuelta, Bercowitz se escondió detrás de un árbol. La mujer corrió a su casa y dio aviso a la policía. La comisaría de la localidad de Yonkers buscó multas realizadas durante las fechas narradas por la mujer y encontró una hecha a un Ford a nombre de un tal David Bercovitz. Se dirigieron a su edificio de departamentos. Estaba el auto y, dentro, un rifle. Bercovitz salió: "Me tienen. Soy el hijo de Sam", dijo al entregarse. Tenía 24 años. Cumple una condena a 365 años de prisión.

El asesino de niños de Atlanta

Un eje narrativo que ocupará los cuatro trepidantes últimos capítulos de la segunda temporada de Mindhunter retrata la cacería del "Asesino de niños de Atlanta", que se cobró la vida de 28 niños y púberes negros entre 1979 y 1981. La primera víctima tenía 14 años y fue encontrada en julio de 1979 muerta por un disparo. Ese mismo día Alfred Evans, de 13, fue encontrado a trescientos metros del primer asesinado, pero había muerto por estrangulamiento. Había desaparecido tres días atrás. Así comenzó un raid de muerte que duraría dos años. 

Las víctimas pertenecían a los estratos sociales más bajos de Atlanta y la recurrencia al color de piel de las víctimas hizo pensar que se trataba de un regreso sanguinario del Ku Kux Klan, que había dominado la región décadas atrás y al que una parte importante de la policía local había pertenecido. A fines de 1981 se contabilizaban ya 28 muertos, todos muertos por estrangulamiento salvo tres niños, muertos a golpes. Todos negros.

Desde Quantico se trasladó el Equipo de Análisis del Comportamiento para tratar de establecer un perfil del homicida. Fue elaborado: debía ser un hombre de color, de entre 20 y 30 años, de gran inteligencia y que trabajase por su propia cuenta. El perfil detonaba una norma establecida entre los asesinos seriales o se convertía en una excepción a la regla: en lugar de un hombre blanco, debía ser negro. Los investigadores llegaron a esa conclusión ya que sólo una persona de esas características habría podido adentrarse en los barrios bajos de Atlanta. Un hombre blanco hubiera llamado mucho la atención.

Wayne Williams
Wayne Williams

Wayne Williams tenía 21 años cuando comenzaron los asesinatos. Había instalado una radio en el sótano de la vivienda familiar, donde vivía con sus padres, que había sido popular pero no lo suficiente como para evitar la quiebra. Se dedicó a ser fotógrafo free lance para varios medios locales. Hasta que cayó.

Un grupo de policías escuchó un chapoteo en un puente sobre el río que estaba vigilando. Pronto apareció Williams en su auto. Fue detenido. Dio datos falsos. Dos días después el cadáver de Nathaniel Cater, de 27 años, fue encontrado en las aguas. Había muerto por asfixia. Se detuvo a Williams. En su casa se encontraron fibras y pelos de perro que correspondían a otro asesinato sin resolver, el de Jimmy Payne, de 21 años. Los dos eran adultos. Por estos crímenes Wayne Williams fue juzgado y condenado a dos sentencias de por vida. La policía siempre creyó que había detenido al Asesino de Niños de Atlanta, pero nunca lo pudo probar. Williams siempre negó todas las acusaciones. Este año, a instancias de la alcaldesa de Atlanta Keisha Lance Bottoms, se reabrió la causa. Quizás se concluya que el asesino de niños jamás fue arrestado. 

 

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