Ser migrante y vivir con VIH es tener una doble condición de vulnerabilidad. Es por esto que tras la crisis migratoria de Venezuela, se hizo necesario establecer en Colombia múltiples mecanismos para brindar atención a las personas que buscan mejores condiciones de vida y garantía de salud.
Aunque no hay un número determinado de las personas que han migrado bajo esta condición, se sabe que se han visto volcadas a salir de su país, no solo por la situación socioeconómica, sino para buscar acceso al tratamiento retroviral escaso en Venezuela y que les permite llevar una vida saludable, incluso con una esperanza de sobrevivencia que cualquier otra persona.
Pero en la búsqueda de una opción laboral, muchos migrantes se han visto llevados a la práctica del sexo por supervivencia, según AID FOR AIDS Colombia, un programa que busca facilitar el acceso al medicamento de personas que viven con VIH así como la atención y tratamiento de quienes llegan al estadio Sida.
“Estamos trabajando con una población, que por la urgencia de sus circunstancias, no tiene conocimiento de sus derechos, no tiene un soporte, y las ayudas que existen no saben cómo encontrarlas”, asegura Jaime Valencia, director de AID FOR AIDS Colombia.
La ayuda parte del empoderamiento, afirma Valencia, para que la población pueda conocer sus derechos como refugiados venezolanos, principalmente enfocados en mujeres y personas LGBTIQ+ que han ejercido el sexo por supervivencia en Colombia.
“Es notable el incremento de establecimientos como locales webcam que se unen a sitios como plazas, parques, calles y vías públicas, donde se practica el sexo por supervivencia sin ningún acceso a medidas preventivas del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual”, agrega Valencia.
A través del programa brindan promoción de la prevención integral a través del acceso a tratamiento, defensa, educación y capacitación con el fin de mejorar la calidad de vida y luchar contra la estigmatización y discriminación. Un programa que incluye varias ayudas.
“Desde 2018 se ha atendido a cerca de 3.000 migrantes venezolanos con VIH prestándoles servicio de atención médica especializada, entrega de tratamiento gratuito y realización de exámenes de laboratorio. También les ha prestado servicios psicosociales como entrega de fórmulas lácteas a bebés nacidos de madres migrantes con VIH por un año, mercados y aportes económicos. Además AID FOR AIDS Colombia, ha estado pendiente de la crisis económica que ha hecho que muchos colombianos con VIH hayan dejado de pagar sus servicios médicos por falta de trabajo y les ha abastecido de sus medicamentos”, señala AFA.
Además, a través de este programa han ayudado a cerca de 120 mujeres y personas LGBTIQ+ refugiadas venezolanas con talleres sobre derechos humanos, incidencia pública, que tiene como objetivo formar líderes en derechos humanos que puedan replicar la información a otras personas que lo necesiten.
Desde el 2017 se han registrado refugiados que requieren acceso a tratamiento antirretroviral a raíz de la crisis migratoria. Sin embargo, solo hasta el 2020 una sentencia de la Corte Constitucional estableció que debía garantizarse su acceso al medicamento independientemente de su estatus migratorio, así como en otra decisión de ese año se exhortó al Ministerio de Salud a implementar una política de atención.
Como lo destaca AFA, es clave brindar acceso al tratamiento a todas las personas, tanto como forma de prevención, como respuesta al VIH y lucha contra el Sida. Los objetivos de ONUSIDA buscan que el 95 % de las personas conozcan su diagnóstico, el 95 % de las personas diagnosticadas accedan al tratamiento y el 95 % alcance la carga viral indetectable.
Esto último es una supresión del virus en el cuerpo que permite llevar una vida completamente normal, con la respectiva dosis diaria de medicamento, que incluso impide que se pueda transmitir. Llegar a ese control del VIH impide que la persona llegue al estadio Sida. Por eso, en la lucha contra esta enfermedad, es clave garantizar el acceso sin barreras al tratamiento.
“El fin de AID FOR AIDS Colombia es beneficiar a una población que se encuentra en una situación de vulnerabilidad social, que además está marginalizada de los procesos actuales en favor de población refugiada y migrante en el país. Esta población es víctima doble de discriminación, ya que no solo son víctimas por su condición de refugiados o migrantes, sino por su orientación sexual e identidad de género, además del riesgo que corren frente al ejercicio de actividades sexuales sin ningún mecanismo de protección”, señala el director de AFA.
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