Durante el martes, 1ro de noviembre, se desarrolló un encuentro entre el presidente Gustavo Petro y su homónimo, Nicolás Maduro, una reunión que no se había concertado entre ambas naciones desde hace más de seis años. Al finalizar el encuentro, que se llevó en privado, ambos mandatarios firmaron una declaración conjunta en la que se expresan intenciones claras de reanudar relaciones políticas.

Uno de los puntos que llama la atención de esta declaración conjunta es el número 10, en este se indica de manera directa que el jefe de Estado colombiano se pone a disposición del gobierno venezolano para fungir como mediador en sus diálogos con el sector opositor de Nicolas Maduro.

De manera recíproca a este ofrecimiento, el mandatario de Venezuela, le deseó al Gobierno Nacional colombiano que se logren sus objetivos propuestos en torno a la “paz total”. Así lo contempla el último punto de esta declaración conjunta firmada por los dos dirigentes.

“Así mismo, el presidente Nicolás Maduro Moros eleva sus votos para que se logre el objetivo central de la paz total en Colombia”, señala el punto número 11.

¿Cuál sería el panorama que encontraría el presidente Petro en caso de ser mediador de este diálogo?

Durante el aña pasado se estableció en México una mesa de negociación entre representantes del gobierno de Nicolás Madura y el sector político opositor de Venezuela. Sin embargo, los diálogos no prosperaron, pues los representantes del oficialismo venezolano se levantaron de la mesa, luego de que Alex Saab fuera extraditado a Estados Unidos, país en el que es acusado de ser el testaferro de Nicolás Maduro.

Esta fue una postura que se interpretó coma una forma de presionar al gobierno estadounidense para que dejara en libertad al acusado, intenciones que no funcionaron, pues las negociaciones se mantienen suspendidas hasta este momento.

No obstante, según el diario español El País, las delegaciones de ambos sectores se estarían preparando para reanudar el proceso de diálogo en México. Al momento de suspenderse, la delegación oficialista estaba liderada por el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, mientras que, por su parte, la delegación opositora era liderada por Gerardo Blyde.

El proceso de negociación entre ambos sectores inició con un ponderado de siete puntos que condensan las necesidades urgentes de ambos sectores. Como primer punto, se encuentra el levantamiento de sanciones internacionales que ha sufrido el gobierno de Nicolás Maduro. Esto se hace con la intención de superar la difícil situación económica que atraviesa el país vecino, llevándolo a índices de hiperinflación jamás antes vistos.

Por su parte, el sector opositor requiere la celebración de elecciones democráticas que tengan plenas garantías, punto para el que piden la veeduría y participación activa de la comunidad internacional, dado que la oposición no percibe con confianza el sistema electoral venezolano.

Además, para atender a la población que se encuentra en situación de pobreza y pobreza extrema, se contempla como uno de los puntos a tratar, la ayuda humanitaria internacional. De igual forma, esta asistencia también jugaría un papel importante en el bajo poder adquisitivo que tienen los venezolanos, al no poder suplir sus necesidades básicas con el salario que devengan.

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