Restos de un dinosaurio fueron descubiertos en el departamento del Cesar

A través de la revisión de un fósil descubierto hace más de 60 años, se logró identificar una especie que habitó hace más de 175 millones de años en el departamento del Cesar

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Descubrimiento de un dinosaurio en Colombia, Foto: Universidad del Norte
Descubrimiento de un dinosaurio en Colombia, Foto: Universidad del Norte

Perijasaurus lapaz fue el nombre que un grupo de investigadores colombianos, argentinos y estadounidenses le dieron a una nueva especie de dinosaurio descrita a partir de un fósil encontrado en Colombia. Su nombre responde varias características del país, primero por la ubicación geográfica en la que fue hallado, la Serranía del Perijá, segundo por la población La Paz que queda cerca, pero también porque la investigación en ese lugar solo fue posible gracias al Acuerdo de Paz y en honor a este se adoptó el nombre específico de la denominación binomial.

El estudio fue publicado en la Revista de Paleontología de Vertebrados (Journal of Vertebrate Paleontology) este 10 de agosto y se encuentra con acceso libre. El equipo investigador fue dirigido por Aldo Rincón, docente del Departamento de Física y Geociencias de la Universidad del Norte; junto a Jeffrey Wilson Mantilla, paleontólogo en la Universidad de Michigan y curador de su museo; Martín Ezcurra, paleontólogo del Conicet y jefe y curador de Paleovertebrados en el Museo Argentino de Ciencias Naturales; Harold Jiménez Velandia, geólogo egresado de la Universidad EAFIT y maestrante en Ciencias de la Tierra en la Universidad de Caldas; y Daniel Raad Pájaro, geólogo junior de exploración y egresado del programa de Geología de la Universidad del Norte.

Ellos encontraron que un fósil recogido en sedimentos del Jurásico temprano a medio de la Formación Quinta del noreste de Colombia, en el departamento del Cesar, y que corresponde a la única localidad en la que se encuentran fósiles de cuerpos saurópodos anteriores al Jurásico tardío en América del Sur.

Lo que hicieron los investigadores fue una re descripción de fósiles hallados en esa zona del país en 1943 por la Tropical Oil Company, una vértebra dorsal que mide alrededor de medio metro de alto y ancho. Ese análisis permitió identificar que corresponde a una nueva especie de dinosaurio que vivió hace 175 millones de años en la Serranía del Perijá. Se trata de un animal de tamaño mediano, es decir unos 12 metros de largo, de cuello y cola largas, cabeza pequeña y herbívoro, que habitó áreas boscosas en tierras bajas tropicales.

Así se identificó que “la forma y el desarrollo de un complejo sistema de láminas en el arco neural (región de la vértebra que rodea al orificio para el pasaje de la médula espinal)”, aseguró la Universidad del Norte, corresponde a un nuevo género y especie de saurópodo.

Calificamos el espécimen por los atributos morfológicos que permiten su ubicación dentro de un contexto filogenético entre los primeros saurópodos divergentes. Varias características relacionadas con las proporciones y el desarrollo neumático de esta vértebra dorsal están presentes en formas contemporáneas de la India, el norte de África, Europa y el sur de América del Sur e indican una fase temprana en la evolución de la neumática entre los saurópodos”, señala el estudio.

Las condiciones climáticas como altas temperaturas y niveles de precipitación impiden la conservación de los fósiles dorsales. Además, existe poca información de ese tipo de especie en la actualidad, por lo que los hallazgos en este pedazo óseo permite comprender más acerca de la evolución de la fauna.

Mapa satelital del descubrimiento. Wilson Mantilla
Mapa satelital del descubrimiento. Wilson Mantilla

“No hay muchos fósiles en Colombia y nos dimos cuenta que este no estaba preparado adecuadamente. A medida que se preparó nuevamente, empezaron a aparecer morfologías que desconocíamos. La importancia de este nuevo género y especie en el trópico es que nos permite entender un poco mejor el origen de los saurópodos, así como la raíz de los ancestros de aquellos saurópodos encontrados en rocas del Cretácico”, explicó el profesor Aldo Rincón, doctor en Paleontología, que dirigió el estudio.

Tras el hallazgo del fósil, se le agregaron pegamento y yesos que fue necesario retirar con un proceso dirigido por William Sandres. Así se logró identificar unas características anatómicas y el peso real. Luego se realizaron modelos 3D de la pieza con la University of Michigan Online Repository of Fossils (UMORF).

“Después de volver a preparar el fósil, pudimos visualizar mejor las delicadas láminas óseas que interconectan las partes salientes de la vértebra: la espina neural, las articulaciones intervertebrales, las articulaciones de las costillas. La arquitectura de esas conexiones proporciona información morfológica crítica que identifica a ese individuo como una nueva especie y lo ubica dentro del árbol genealógico de los saurópodos”, dijo Wilson Mantilla.

Además, también se habría logrado encontrar después de casi 70 años un fragmento de matriz que permitió ubicar el sitio original, se sobrepuso una imagen satelital actual al mapa hecho a mano en 1955 cuando se realizó la primera descripción del fósil sobre su localización para lograr describir el contexto geológico del holotipo.

Su ubicación y las características filogenéticas que fueron posibles descubrir en este nuevo análisis, permitió conocer la diversificación y dispersión de estos animales después del evento anóxico en el que amplias zonas del mundo quedaron sin oxígeno. Así, se encuentra una estrecha relación con los centro-norte de África, Europa y Asia, así como con los hallados en Argentina.

“Entonces lo que vemos en el Jurásico Temprano, tanto en lo que son altas latitudes como en las zonas más tropicales, es que estaban evolucionando formas de saurópodos bastante emparentadas entre sí, que es algo que también se venían viendo con otros grupos de dinosaurios carnívoros y herbívoros”, señaló el investigador Martín Ezcurra.

Este hallazgo significa una clave para el estudio de la evolución de los saurópodos y la riqueza con que cuenta la Serranía del Perijá, como uno de los únicos puntos al norte del continente en el que se han hallado evidencias, para comprender ese periodo y la paleontología del continente y del mundo. Así como los aportes de la paz a la ciencia.

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