Yeison Jiménez fue estafado en $4.800 millones y las autoridades no han podido darle respuesta

El cantante caldense dio detalles de las inversiones que le han salido mal en su vida como empresario, después de alcanzar el éxito en la música

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Yeison Jiménez (Colprensa - Álvaro Tavera)
Yeison Jiménez (Colprensa - Álvaro Tavera)

Nadie se salva de la delincuencia. Así lo prueba el cantante de música popular Yeison Jiménez, quien en el podcast de Inversionistas al Desnudo contó un lamentable episodio ocurrido recientemente en el que perdió una alta suma de dinero, por personas inescrupulosas. Aunque tiene las pruebas y contactos con las autoridades no ha podido recibir respuesta.

Jiménez, después de alcanzar el éxito en la música, empezó una paralela carrera de empresario con el objetivo de aumentar su capital para vivir cómodamente. En los últimos negocios, se ha interesado en el sector inmobiliario y por esa razón fue invitado al programa Vivamos de Los Bienes Raíces, en el trató de advertir a todas las personas interesadas en invertir, ser precavidos para evitar a quienes los quieren robar.

A parte de contar varios detalles de su vida íntima, algunos incluso inéditos, el cantante de Por qué la envidia recordó que desde su trabajo en Corabastos empezó a ahorrar los mil pesos que le quedaban del diario. Los guardaba debajo del colchón para, al tener un millón, ir a un estudio de grabación y dar inicio a su carrera musical.

Dijo que estaba solo, su mamá lo recriminaba por gastar la plata de esa forma y su hermana mayor se burlaba, según dijo. Allí, cuando ganaba 25.000 pesos diarios como cotero, sufrió el primer robo, contó. “Las primeras tres canciones que grabó no sirvieron para nada, sonaban horrible porque eran un estudio que me robaba”, señaló Jiménez.

Cuando logró algunas canciones mejores, imprimió CD a los que les diseñaba él mismo una carátula y los llevaba a los bares de Bogotá para que lo dejaran cantar y le pagaran. Tenía la meta de que si no alcanzaba el éxito a los 23 años, se iba para el Ejército, pero a los 21 pegó su primera canción.

Con la plata que empezó a ganar como cantante, visionario, decidió invertir, pero no sabía hacerlo. “Tuve marraneras, finca lechera, fábrica de papas fritas para perros calientes. En los primeros diez negocios que hice, me robaron; en todos. Tuve discotecas, restaurantes. El error es creer que es ya, a los hombres les empieza a ir bien y empiezan a beber”, sostuvo el cantante.

Contó que invirtió en un bar, en el que resultó una estafa. Después de entregar el dinero para comprar la mitad, no recibió las ganancias y cuando fue a reclamar, quien había simulado la venta del establecimiento era el administrador, no la dueña. Perdió casi 150 millones en esa inversión.

Ahora, pese a algunas malas experiencias, Jiménez decidió entrar al sector inmobiliario con sus empresas. Pero en el 2020, en plena pandemia, perdió una millonaria cifra a raíz de una sofisticada estafa que ni con poderosos contactos ha podido desenmascarar.

“Cuando te metes al sector inmobiliario te metes a un mar de tiburones. Nosotros en un mal negocio nos hicieron tanta inteligencia para robarnos, nos pusieron tan bien tendida la red que no solamente caí yo, sino que cayeron muchas personas que había debajo de mí. Yo no hice el negocio, una persona de mi extrema confianza que lo enredan, la persona se deja embaucar y fue un negocio que en 15 días se perdieron 4.800 millones de pesos. ¿Por qué? Por confiar”, señaló.

Según dijo al podcast, los presuntos estafadores habían confeccionado una inteligencia criminal para vigilar a sus colaboradores y sabían que trabajaban para él, quien a su vez estaba asociado con personas poderosas y adineradas. “A mí no me llegaron personas armadas, me llegó un viejito de 60 años y un señor de 45 años y detrás de ellos estaba una red de estafa de este país muy grande”, contó el cantante.

“Moví todas las entidades, senté los cuatro generales que manejan la Policía de Colombia. Hoy nunca me ha llamado la Fiscalía, con dos cajas de evidencia de estafas. Me metí a las oficinas porque eran mías, se las había alquilado, cogí las cajas y se las llevé a la Policía y no ha pasado nada”, señaló Jiménez, quien dijo que todo lo había hecho con órdenes judiciales.

Aunque el hecho continuaría en investigación porque lo denunció penalmente, se ha sentido inconforme con el actuar de la justicia en ese tipo de situaciones. “En este país si llega alguien y lo enreda, con papeles chimbos, no va a haber poder humano que te devuelva ese dinero y vas a tener que meterte en muchos problemas para recuperarlos”, asegura. Por eso, su consejo a los inversores es que siempre debe firmar el titular de las propiedades o negocios y no delegados o representantes.

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