Régimen venezolano aseguró no estar involucrado en el atentado ocurrido en Cúcuta

El ministro de Defensa colombiano denunció que el ataque con explosivos en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza de Cúcuta se organizó desde Venezuela

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El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López (c), en una imagen de archivo. EFE/MIGUEL GUTIERREZ
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López (c), en una imagen de archivo. EFE/MIGUEL GUTIERREZ

La dictadura de Venezuela contraatacó al Gobierno colombiano este 14 de diciembre, después de que ser acusada de estar involucrada en los actos terroristas ocurridos en Cúcuta (Norte de Santander). El encargado de defender al régimen fue Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, quien señaló que declaraciones como esas acentúan la xenofobia contra los migrantes.

“Al tiempo que la xenofobia acentúa los crímenes contra migrantes venezolanos bajo la mirada cómplice de Duque, su desgobierno acude al viejo truco de responsabilizar al vecino. La estabilidad de Colombia no la van a conseguir aquí mientras sus narices estén blanqueadas de polvo”, escribió Padrino López en su cuenta en Twitter.

Este mensaje fue en respuesta directa a las declaraciones que el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, entregó esta mañana después del ataque. El funcionario aseguró que el ELN y las disidencias serían las posibles responsables del hecho, sin embargo, en ese momento no había sustento de esto.

Molano dijo que serían la Policía, el Ejército Nacional y la Fiscalía General de la Nación quienes se encargarán de investigar lo sucedido. Lo que sí aseguro es que los subversivos están refugiándose en Venezuela y el régimen los está financiando.

“Esto nos hace un llamado a seguir en la ofensiva con estos grupos criminales, como las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), que desde la frontera siempre buscan activar acciones terroristas que planean y financian desde Venezuela y operan y desarrollan en Colombia”, dijo Molano.

Hay que recordar que las autoridades colombianas llevan años asegurando que Venezuela refugia guerrilleros. Incluso, este 13 de diciembre se conoció que el cuerpo de inteligencia colombiana tiene pruebas que darían cuenta de que Luciano Marín Arango, más conocido como Iván Márquez, cabecilla de la Segunda Marquetalia seguiría escondido en Venezuela. Se presumía que el subversivo había huido a Cuba después de la muerte de Henry Castellanos Garzón, alias Romaña, y Hernán Darío Velázquez, alias el Paisa, pero esto fue desmentido.

Las investigaciones señalan que Márquez sigue en el país vecino dando órdenes a los miembros de la Segunda Marquetalia, así como se evidenció hace un par de semanas. En ese entonces, el guerrillero dijo que las disidencias de las Farc estaban dispuestas a buscar una paz “completa”, pero con las armas como garantía de cumplimiento de futuros acuerdos.

El régimen venezolano niega tener algún nexo con los grupos armados del país. Además, afirmó que no tienen intención de desestabilizar al Gobierno colombiano, y menos con ataques terroristas como el ocurrido este martes.

La situación violenta fue rechazada, sobre todo teniendo en cuenta que en esta murieron dos policías identificados como William Bareño y David Reyes.

En Cúcuta, tanto las autoridades como los civiles están alerta por los ataques. A estos últimos les resulta más preocupante que se presentaran varias detonaciones en solo dos puntos de la ciudad.

La primera detonación ocurrió alrededor de las 5:45 a. m. en el aeropuerto local y posteriormente, se presentó otra explosión a las 6:15 a. m. De acuerdo con las primeras informaciones, hubo un estruendo al interior de la terminal aérea que obligó al Ejército y a la Policía a hacer presencia en el lugar de los hechos. Tras la explosión, la mesa directiva del aeropuerto suspendió sus operaciones y evacuó tanto a viajeros como a funcionarios.

El otro atentado ocurrió en cercanías al aeropuerto alrededor de las 6:15 a.m. y fue la que cobró la vida de dos uniformados. Se conoció que las víctimas eran técnicos antiexplosivos del departamento de Policía en tierras nortesantandereanas y recientemente habían sido condecorados por su trabajo contra las minas antipersona implantadas por estructuras criminales en el departamento.

Por su trabajo, Bareño y Reyes se disponían a desarmar un artefacto explosivo que estaba tirado en el suelo y al acercarse este les explotó en las manos, quitándoles la vida inmediatamente.

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