Óscar Villamizar, congresista del Centro Democrático, obligado a devolver un finca en Santander

El predio le pertenecía a una familia campesina que asegura haber sido desplazada de su hogar, de manera violenta, por parte de hombres armados. El dirigente político pidió aclaración de fallo judicial.

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Óscar Villamizar, congresista del Centro Democrático
Óscar Villamizar, congresista del Centro Democrático

Luego de verse envuelto en un lío por unas tierras en Santander, el congresista del Centro Democrático, Óscar Villamizar, le solicitó a la Sala Civil Especializada de Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Cúcuta una aclaración del fallo que lo obliga, junto a sus dos hermanos, a devolver una finca que compraron en el 2008. Aquella finca, de acuerdo con lo que se presume en la investigación, le fue arrebatada a una familia por parte de un grupo armado en el año 1997. De acuerdo con lo que conoció Blu Radio, en exclusiva, Villamizar, en el recurso de aclaración del fallo, presentado el pasado mes de junio, aseguró que la sentencia ‘no está ejecutoriada’.

Lo que explica la Secretaría Distrital de Planeación es que una sentencia ejecutoriada “ya no admite recurso judicial alguno, y se puede exigir el cumplimiento incidental o iniciar demanda ejecutiva en su caso. Se dice que la causa está “ejecutoriada”, cuando ya han terminado todos los trámites legales y produce además el efecto jurídico de cosa juzgada”.

Sin embargo, el Tribunal de Restitución de Tierras, quien falló en contra de Villamizar y sus hermanos, ya le devolvió judicialmente la finca ‘Puerto Rico’ a la familia Durán Capacho. El predio está ubicado en cercanías al río Sogamoso y tiene casi 1,73 kilómetros cuadrados. Información que reveló El Espectador, medio que reconstruyó la historia de la familia cuya vivienda les fue arrebatada, explicó que los hermanos Villamizar compraron la finca en el año 2008 a una mujer identificada Nancy Mantilla quien, en 2002, la adquirió luego de negociar con la familia Castellanos Rodríguez.

A la casa de Martha Capacho, una campesina de Girón, Santander, propietaria original de la vivienda, llegaron hombres armados amenazándola, “agarraron las puertas a pata, preguntaron quién era mi esposo, nos dijeron que teníamos que desocupar la finca, que la vida de nosotros corría peligro, que estábamos mal informados por los vecinos por tener un radioteléfono en la finca. Que, según ellos, nosotros le dábamos al Ejército información de ellos. Inmediatamente dejamos la finca botada. En ese momento operaban las Farc, pero también estaban empezando a entrar los paramilitares”, le contó aquella mujer a la justicia colombiana.

De acuerdo con lo que reportó la emisora, se supo que la Procuraduría General de la Nación se opuso al fallo de restitución de la finca de los hermanos Villamizar a la señora Marta Capacho, y los argumentos que entregó para justificar su negativa fue que, “no existía en el certificado de tradición y libertad del predio e indicación alguna del supuesto desplazamiento de la solicitante y su núcleo familiar, ni sobre algún otro hecho victimizante que indicara un posible despojo o aprovechamiento de adquirir el predio Puerto Rico”.

La Sala de Restitución de Tierras del Tribunal de Cúcuta, anuló los contratos y registros que llevaron a que, desde 2008, Óscar, Indrid y Dany, los hermanos Villamizar, sean los dueños de aquellas tierras. Por el momento, la Fiscalía General de la Nación investiga el caso porque, comentó El Espectador, todavía quedan muchos ‘cabos sueltos’ respecto a los negocios que se hicieron con aquella finca tras ser arrebatada de sus dueños originales.

Ese mismo medio de comunicación reveló que los Villamizar intentaron, de varias maneras, argumentar que Martha no fue víctima de conflicto armado y que el negocio por el cual se convirtieron en los nuevos dueños del inmueble era totalmente legal y transparente.

El historial de compra sobre esa finca, reveló ese diario, se remite a los días en que la familia Durán Capacho se refugió en otra casa luego de ser sacados de su propio hogar. Un hombre identificado como Jairo Mantilla llamó a la familia para ofrecerle un negocio de permuta, es decir, les intercambiaba su casa por otra hipotecada. “La casa estaba embargada, pero como dice el dicho: ‘del ahogado el sombrero’. Dije: ‘vendemos la casa, pagamos lo que deben al banco y nos quedamos con una parte”, explicó Capacho en su testimonio.

Aquel Jairo Mantilla, al parecer, no estaría identificado aún pues, aunque por la noticia de El Espectador se pensó que se trataba del empresario Jairo Alfonso Mantilla Serrano, fue él mismo, en una carta, quien aclaró que aunque conoce a la familia Villamizar, no fue él quien hizo aquel negocio, al parecer, de acuerdo con las explicaciones de Mantilla Serrano, se trataría de un homónimo.

Explicación de Jairo Mantilla
Explicación de Jairo Mantilla

El 17 de junio de 1999, finalmente, se hizo el acuerdo con la familia Durán Capacho, sin embargo, en los papeles del negocio no figuró el nombre de Jairo Mantilla, sino que se leía el nombre de su cuñada, Luisa Castellanos Rodríguez. En aquel documentó quedó evidenciado que la finca quedó en la permuta por un valor de $49 millones, aún y cuando un peritaje del Instituto Agustín Codazzi le demostró al Tribunal de Cúcuta que, para ese momento, el predio podría haber costado hasta $226 millones. Hoy está valorada en más de $3.500 millones, explicó Vanguardia.

Luisa Castellanos, quien aparece en los documentos del negocio como la supuesta propietaria de la casa hipotecada, era la misma profesional de la Gobernación de Santander que el 21 de abril de 1998, en Bucaramanga, le recibió a Capacho y su familia la denuncia sobre el desplazamiento forzado que los había sacado de Puerto Rico, según informó el periódico El Espectador. “Nosotros sí queríamos venderla (...) porque nosotros no queríamos volver allá. Apareció un señor en la casa, Jairo Mantilla, ofreciéndonos que si la queríamos vender, pues que él tenía un posible comprador. No sé cómo se enteraría él de que nosotros teníamos una finca en venta”, dijo la mujer.

La tragedia de aquella familia campesina no terminaba aún y, en 2001, el esposo de Martha fue asesinado en el corregimiento de San Rafael de Lebrija, en Santander, al parecer, por grupos paramilitares. El 4 de octubre de 2002, la finca Puerto Rico ya no estaba bajo el nombre de Luisa Castellanos, sino que, su nueva dueña, era la hermana de Jairo, Nancy Mantilla. El 22 de febrero de 2008, Nancy le vendió la finca a los hermanos Villamizar.

Actualmente, aquella finca funciona como una plantación de caucho que, se presume, dejaba millonarias ganancias para los tres hermanos. La restitución del predio, comentó El Espectador, afecta directamente a la multinacional Exxon Mobil, pues, dice el expediente, aquella compañía tiene un 18,8 % de la finca en el que están autorizados para buscar yacimientos de hidrocarburos.

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