Joven denuncia que fue agredida por un taxista solo por ser lesbiana

La mujer dice que no ha sido fácil encontrar al agresor.

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La decisión revierte la negativa frente a este tema de la pasada administración del expresidente Donald Trump, que prohibió ondear la bandera arcoíris en las embajadas estadounidenses en otros países. EFE/Porter Binks/Archivo
La decisión revierte la negativa frente a este tema de la pasada administración del expresidente Donald Trump, que prohibió ondear la bandera arcoíris en las embajadas estadounidenses en otros países. EFE/Porter Binks/Archivo

Este 1 de junio se conoció un nuevo caso de intolerancia en Bogotá. Según el relato de la joven, el pasado 29 de mayo tomó un taxi en Chapinero y se dirigía al barrio Las Brisas, en la localidad de San Cristóbal.

De acuerdo con su relato para W Radio, cuando llegaron a su destino el taxista le cobró $40.000 por la carrera, un precio que para ella fue exagerado.

Aseguró que luego de reclamar al conductor por el cobro, el taxista cerró la puerta, la miró y le preguntó si era lesbiana, a lo que la mujer le contestó que sí, pero “que no tiene nada que ver”.

Al escuchar estas palabras, según el relato de Yeimy Paola Triana, el hombre tomó una cruceta y empezó a golpearla hasta reventarle la cabeza y romperle la nariz.

“El taxista me dice ‘esta lesbiana hijue...’, encierra el carro y empieza a pegarme con la cruceta (…) Estoy esperando la cirugía, pero más que el dolor físico es más el dolor que no podamos caminar en la calle. Me parece injusta esta golpiza que no sé de dónde salió”, contó en el espacio radial la joven.

Narró lo difícil que ha sido poder identificar al agresor, pues dijo que no han querido dar los datos y los compañeros lo cubren.

Cuando estaba en el hospital, varias amigas fueron a Taxis Libres a preguntar por los datos del taxista y no daban ninguna información. Ayer fui directamente con un policía y la respuesta es que si no es con una orden de Fiscalía no me entregan el nombre del dueño del carro. Hoy recibí una llamada de servicio al cliente y me dijeron que me iban a ayudar.

Estefanía Hernández, gerente General de Taxis Libres habló también con la emisora y sostuvo que se vetó al conductor de su empresa.

Llamamos al señor y le dijimos que ya estaba vetado en la empresa. El conductor no tenía la tarjeta de control al día (…) por parte de la compañía expedimos la tarjeta revisando los datos de la persona y que esté autorizado por el dueño del vehículo.

Aseguró además que, “para que quede formal la denuncia se necesita la solicitud de Yeimi para que la Fiscalía tenga el radicado. Además, nos comunicamos con la Secretaría de la Mujer y expresaron que ya estaban dando el acompañamiento”.

Los ataques contra la comunidad LGBTI son comunes en Colombia y se han convertido en una problemática, tanto así que la Corte Constitucional se pronunció al respecto.

El pasado 10 de abril, el alto tribunal encendió las alertas sobre la discriminación LGBTI en el país al advertir que hay un patrón de exclusión a las personas de esta comunidad al realizar manifestaciones de afecto en espacios públicos y semipúblicos.

Estas situaciones evidencia la invisibilizarían que sufren las personas LGBTI en dichos lugares.

Esto se dio tras la concesión de una tutela impuesta por dos mujeres lesbianas que denunciaron discriminación por parte de una guarda de seguridad en un centro comercial en Barranquilla, todo esto por realizar manifestaciones públicas, como besos o abrazos, al interior del lugar. A pesar de que tanto la empresa de seguridad como los dueños del centro comercial negaron los hechos apoyándose en que no había ningún reporte o queja de lo ocurrido, la Sala Primera de Revisión de la Corte determinó que sí se cometió la falta.

Con ponencia de la magistrada Diana Fajardo Rivera, quien analizó el caso, se concluyó que sí se presentó discriminación, vulnerando sus derechos, “teniendo en cuenta que se les recriminó y prohibió expresar públicamente su afecto, sin existir evidencia que su comportamiento transgredió las normas que garantizan la convivencia pacífica”, explicó la Corte.

“Estas situaciones muestran la forma de discriminación más esencial: la invisibilización. De esta manera se pretende que estas personas pasen desapercibidas ante la sociedad y se vean obligadas a ocultar sus sentimientos y limitarlos exclusivamente a la esfera privada donde no puedan ser vistos, camuflando, en ocasiones, el desprecio y los prejuicios bajo la aparente preocupación por la tranquilad de las demás personas o la protección de los niños”, aseveró el fallo a favor de la pareja de mujeres.

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