Secuestros y otros horrores que vivieron las víctimas de cautiverio por las Farc

Más de 20 mil secuestrados han sido identificados por la JEP, tras cruzar información de fuentes oficiales y testimonios de los plagiados.

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Entre el años 1998 y 2000 se dieron la mayor cantidad de secuestros por la guerrilla de las Farc. Foto: Colprensa
Entre el años 1998 y 2000 se dieron la mayor cantidad de secuestros por la guerrilla de las Farc. Foto: Colprensa

Este 28 de enero, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) imputó a ocho miembros del secretariado de las Farc cargos por crímenes de lesa humanidad, privaciones graves de la libertad y el crimen de guerra de toma de rehenes. La responsabilidad sobre estos hechos se dio durante el marco del proceso 01, que tiene relación con los secuestros que ejecutó las Farc en el marco del conflicto armado interno, que azotó al país por más de cinco décadas.

Con esta decisión de la JEP las víctimas de la otrora guerrilla, tanto quienes estuvieron secuestrados como quienes no volvieron a saber de sus familiares, reabrieron viejas heridas por los malos tratos que sufrieron las más de 20 mil personas que estuvieron en cautiverio en los campamentos de las Farc. Así como de los otros horrores que debieron soportar durante el tiempo que estuvieron secuestrados.

Después del cruce de fuentes oficiales y los testimonios de víctimas, la JEP indicó que 21.396 personas que estuvieron privadas de la libertad por los guerrilleros fueron identificadas con nombre y cédula en el periodo 1990 a 2016, siendo los años 98, 99 y 2000, en los que se dieron la gran parte de los plagios. Sin embargo, la Sala Penal sabe que esta información está sujeta a errores, pues la guerrilla no llevaba un registro.

Las Farc-Ep encadenaron y amarraron a los cautivos como forma de castigo y humillación. JEP

Los imputados son Rodrigo Londoño Echeverry, Pablo Catatumbo Victoria, Pastor Lisandro Alape Lascarro, Milton de Jesús Toncel, Juan Hermilo Cabrera, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo Cubillos y Rodrigo Granda Escobar y, aunque la responsabilidad de cada uno es diferente ante cada caso, las víctimas se han unido en la petición de verdad sobre todos aquellos secuestrados de los que no se sabe ni dónde enterraron sus cuerpos.

Según informó El Nuevo Siglo, aproximadamente, el 79% de las víctimas fueron hombres y el 21% mujeres, y 5% tenían 17 años o menos. Agregaron que la mayor parte víctimas de secuestro estaban eran mayores de 35 años y menores de 44, mientras un 19% eran mayores de 55 años.

La Sala Penal, además, ha resaltado la vulnerabilidad de las mujeres y niñas que fueron plagiadas por los guerrilleros, varias de ellas, las que lograron sobrevivir, han contado a la JEP los vejámenes a los que fueron sometidas durante sus secuestros. “Recuerdo que estaba en pijama y me dieron ganas de orinar y fue en ese momento que abusaron sexualmente de mí, al otro día me sacaron de ahí, me senté en una piedra y al observar el lugar me di cuenta que estaba cerca de mi finca (...) yo me sentía destrozada, no me dejaron bañar, citó el diario El Comercio, a una de las mujeres que declaró ante la JEP sobre los hechos de los que fue víctima en 1997, cuando fue secuestrada en Granada, Meta.

Ingrid Betancourt y Clara Rojas son, tal vez, las mujeres plagiadas por las Farc más reconocidas a nivel nacional e internacional. En febrero 2002, poco después del fracaso del proceso de paz entre el gobierno colombiano de Andrés Pastrana y las FARC, la entonces candidata presidencial Ingrid Betancourt y su fórmula vicepresidencial Clara Rojas viajaron a San Vicente del Caguán, en el centro del conflicto armado, para un acto de campaña en un momento difícil en cl cual el el retorno de la violencia se hacía inminente.

Las Farc-Ep privaron a los cautivos de condiciones de sanidad e higiene necesarias para el cuidado de su integridad. JEP

En un hecho que recorrió el mundo y marcó una época en Colombia, ambas fueron secuestradas por las FARC y pasaron más de seis años en cautiverio.

Clara Rojas y la entonces candidata a la presidencia, Ingrid Betancourt Foto: archivo particular.
Clara Rojas y la entonces candidata a la presidencia, Ingrid Betancourt Foto: archivo particular.

Esta es una de las imágenes que más recorrió los medios de comunicación durante los años de cautiverio de la excandidata presidencial, aunque era una prueba de supervivencia, sus familiares se preocuparon al verla “demacrada”.

Ingrid Betancourt estuvo secuestrada durante siete años, los fallidos intentos de fuga generaron que su relación con Clara Rojas empeorara durante el cautiverio. Foto: Colprensa
Ingrid Betancourt estuvo secuestrada durante siete años, los fallidos intentos de fuga generaron que su relación con Clara Rojas empeorara durante el cautiverio. Foto: Colprensa

Betancourt es otra de las víctimas de plagio que se ha pronunciado ante su cautiverio. El pasado mes de septiembre, ante la Comisión de la Verdad, la mujer dijo que “el secuestro no tiene fecha de vencimiento, no termina el día de la liberación. Es un asesinato porque quien lo padece, incluso si tiene la suerte de ser liberado, cuando sale del cautiverio ya es otra persona. En el secuestro hay un descuartizamiento de la dignidad, una anulación del ser humano” y agregó que, para ella, los guerrilleros maquillaban la verdad en sus declaraciones de los hechos.

Las Farc-Ep agredían a los cautivos con golpes, gritos, burlas y otros malos tratos físicos y sicológicos como forma de castigo, intimidación y coacción. JEP

La ex rehén de las Farc también hizo referencia a los malos tratos, en los que los asemejaban con “animales” al encadenarlos desde el cuello, privándolos de necesidades básicas de cuidado personal y alimentación, así como del maltrato psicológico que las palabras de los guerrilleros tenían sobre sus víctimas.

Por otro lado están los daños indirectos que la otrora guerrilla causó a los familiares de las víctimas al no informar sobre el estado de los secuestrados, la venta de los cadáveres, el doble pago de liberación, que intensificaban todo el daño emocional que el plagio causaba. Según El Nuevo Siglo, en el 72% y 81% de las denuncias- dependiendo de si se realizaron antes o después del año 2000- nunca se lograron identificar autores individuales de los delitos.

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