¿Qué pasa si se le quitan tres ceros al peso?

El Banco de la República reiteró la importancia de que se tenga en cuenta la iniciativa, pero, ¿qué ocurriría?

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50 nuevos pesos. Foto: Banco de la República
50 nuevos pesos. Foto: Banco de la República

El pasado jueves, durante la presentación de pronósticos del Informe de Política Monetaria, el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, recordó una polémica propuesta que, en varias ocasiones, ha sido ventilada en el Congreso: quitarle tres ceros al peso colombiano.

“Eso depende del Congreso, ojalá se pudiera por fin quitar los tres ceros de los billetes. Eso sería una linda celebración del nuevo Banco Central y de la baja inflación que tiene Colombia”, expresó Echavarría en su intervención. El gerente del Emisor dijo que encontraría positivo que, para el aniversario 100 de Banrep, en 2023, se acogiera la medida.

Desde el 2000, diferentes ministros de Hacienda y el banco central han debatido la posibilidad de simplificar la moneda con la eliminación de tres ceros. La propuesta llegó al Congreso de la República en 2018, pero no pasó del tercer debate y varios sectores se declararon en contra de la medida. En 2019, el director de Asobancaria, Santiago Castro, recalcó que la implementación de una nueva denominación no traería beneficios a ninguna de las partes en el sector financiero y comercial.

“Nuestra opinión no ha cambiado, nosotros no le vemos ninguna utilidad a ese proyecto de eliminar los tres ceros al peso. Creemos que hay cosas más importantes en las que se puede ocupar el país que en gastarse más de 1 billón de pesos en una iniciativa que no va a cambiar la calidad de vida de los colombianos y, sobretodo, que nos fuerza a todos los actores financieros y al comercio a hacer un ajuste, cuando tenemos otras prioridades como la bancarización”, afirmó Castro.

La institución agregó que, por la nueva familia de billetes y monedas, introducidas en 2012, el país no se encuentra en un momento pertinente para realizar el costoso cambio.

La propuesta del Banco de la República

La tesis de la banca central apunta a un nuevo sistema monetario en el que mil pesos actuales ($1.000) equivaldrían a cien (100) centavos, que al actualizarlos se llamarían Nuevos Pesos. El cambio tendría como objetivo principal simplificar el manejo de cantidades en moneda nacional. De acuerdo con la versión del banco central, las condiciones macroeconómicas del país son estables y la inflación se encuentra en niveles bajos, lo cual propicia el cambio.

Según el Emisor, la eliminación de los tres ceros en las monedas y billetes contribuiría a la simplificación de los procedimientos contables y del registro de las cifras en moneda nacional. Adicionalmente, “busca mejorar la eficiencia en los sistemas de pagos, facilitando las transacciones, al tener valores con expresión numérica reducida”, además, en otra declaración, el gerente del banco central aseguró que hay un beneficio al equiparar la moneda nacional con otras divisas.

Banrep asegura que, en caso de que la iniciativa logre pasar en el legislativo, se contará con un período de transición de tres años, tiempo en el que circularán simultáneamente la moneda actual y la nueva unidad. En un informe, el Emisor dice que 2020 es el momento oportuno para iniciar esa transición, ya que es el año en el que finaliza la transición a los nuevos billetes introducidos en 2012.

El costo de la transición, según el Banco de la República, sería de $400.000 millones de pesos, lo cual equivale al 0,04% del PIB. Esta cifra es calculada teniendo en cuenta que la parte de metal de las monedas se puede recuperar.

Pros y contras

En la región se han dado varios cambios similares al que plantea Colombia. Países como Argentina, Venezuela y México han realizado cambios en su denominación monetaria por razones relacionadas a altos índices de inflación. En el caso de Colombia, que maneja una inflación controlada por debajo del 3%, se trataría de un proceso de normalización, en el que una moneda estable cambia su unidad después de un proceso de fortalecimiento.

Los expertos y el Emisor coinciden en que el principal beneficio que tendría el cambio se refleja en la contabilidad empresarial y la administración del dinero por la simplificación de la moneda. Por otro lado, argumentos apuntan a que también se podría limpiar a la economía colombiana de dineros ilícitos.

El exfiscal, Néstor Humberto Martínez, argumentó a favor de este último beneficio al asegurar que “si dejan de ser moneda, se van a quedar encaletados, con lo cual le quitamos toda la riqueza criminal a todas las organizaciones que han venido acumulando patrimonios ilícitos a lo largo de las décadas”.

Otro de los beneficios, el cual resalta el Emisor, es la equiparación de la moneda al sistema internacional, ya que a comparación de otras divisas, Colombia maneja grandes números que no son fácilmente manipulados por las personas.

Entre los argumentos en contra, resalta uno que, de una manera superficial, no se destacaría como un inconveniente. El impacto psicológico de la eliminación de tres ceros tendría repercusiones en la manera en la que los colombianos valoran su dinero.

Puede existir, en caso de cambiar, una preocupación por el valor de los bienes y riquezas e, incluso, una trivialización de los precios, debido al monto aparentemente menor que se paga.

“Esta medida deberá ir acompañada de estrategias de pedagogía financiera que le permitan a la población ir digiriendo de forma progresiva y sin traumatismo alguno los cambios asociados a esta medida, todo ello de la mano de una campaña que visibilice los enormes beneficios asociados a su implementación", expresó Jhonatan Malagón como vicepresidente de Asobancaria en 2018 al diario La República.

Según expertos, la logística tendría costos mayores por esfuerzos en pedagogía. También, se considera preocupante el tiempo de transición, el cual presenta, en algunos casos, problemas a la economía de los países. Sin embargo, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en entrevista con la revista Bocas en 2019, consideró que el país se encuentra en una condición económica en la que no habría inconveniente.

“Es un proyecto difícil y los países que lo hacen generalmente atraviesan una crisis, después de superar, por ejemplo, la hiperinflación. No es nuestro caso. Incluso tenemos varias generaciones de mantener controlada la inflación. Soy partidario de suprimir esos ceros y hay oportunidades simbólicas: vienen los cien años del Banco de la República y vivimos el contexto del Bicentenario. Un futuro con menos ceros es mejor que un futuro con tantos ceros”, expresó.

La decisión aún no está tomada y se debe pasar primero por el Congreso de la República satisfactoriamente. Sin embargo, centros de pensamiento como Fedesarrollo, apoyan que se realice la iniciativa, pero recalcan la importancia de crear un espacio para una transición paulatina a la nueva unidad monetaria. Además, en 2018, la institución recalcó que, al pretender lograr un golpe a los dineros ilícitos y lograr simplificar la contabilidad es un doble propósito complejo de manejar.

“Pretender que con una decisión como esta se logren simultáneamente varios objetivos puede conducir a graves errores de política”, explicó el centro de estudios.

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