Supersalud ordenó intervención del hospital de Ocaña, Norte de Santander

La medida también ordenó la separación del actual gerente del hospital y de los miembros de la Junta Directiva y la designación de un agente especial interventor.

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Hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña, en Norte de Santander.
Hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña, en Norte de Santander.

Tras identificar cerca de 87 irregularidades administrativas, financieras y asistenciales, las cuales ponen en riesgo la prestación adecuada y oportuna de los servicios, la Superintendencia Nacional de Salud ordenó, por seis meses, la intervención del centro hospitalario.

Según la entidad, dicha intervención tomará posesión inmediata de los bienes, haberes y negocios de la Entidad Social del Estado ESE, que cuenta con 12 sedes, 80 consultorios, 149 camas, 2 salas de parto, 5 salas de cirugía. El hospital tiene habilitados 234 servicios de baja y mediana complejidad para la atención en varios municipios del departamento.

De acuerdo con el diario La Opinión de Cúcuta, la SuperSalud ratificó en la resolución N° 12773 del 09 de noviembre, que dispondrán de un agente especial interventor, quien tendrá un mes para presentar un plan de acción que contenga las actividades a realizar con miras a subsanar los hallazgos identificados.

Las irregularidades halladas

La Superintendencia Nacional de Salud indicó que durante una auditoría que se realizó en junio de 2020, se hallaron 44 contratos celebrados entre 2019 y los primeros cinco meses del 2020 en los que se vulneraron los principios de transparencia, buena fe, objetividad, imparcialidad, economía, eficiencia, debido proceso, igualdad, moralidad y eficacia, entre otros.

De acuerdo con la entidad, el hospital pagó anticipos sin tener en cuenta argumentos técnicos en los que vinculó personal misional a través de cooperativas, configurando una tercerización laboral, además, suscribió contratos sin estudios de costos. Así mismo, desarrolló procesos de contratación donde se les pedían cotizaciones a proveedores inexistentes o donde cotizaban, al parecer, al mismo tiempo empresas de cónyuges.

“En este sentido, se pudo detectar que al parecer más de 17.000 millones de pesos contratados en un periodo de 14 meses se concentraron en ocho proveedores que en la práctica resultaban siendo cuatro, dado los vínculos de consanguinidad y afinidad que existían entre ellos”, reveló la Superintendencia.

En cuanto a las irregularidades administrativas, la entidad evidenció que, los traslados terrestres de usuarios no tenían un seguimiento adecuado y dichos registros estaban en un cuaderno con información inconsistente. De la misma manera, indicó que “algunos especialistas, al parecer, realizaron en las instalaciones del hospital procedimientos quirúrgicos a particulares, percibiendo honorarios por parte de los pacientes sin que medie un acuerdo de voluntades, asociación o alianza estratégica.”

En materia financiera, el organismo encontró confusiones y manifestó que consideró poco creíble la labor realizada por la Revisoría Fiscal del hospital. “El informe destacó el hallazgo del aumento de riesgo en el equilibrio financiero del hospital, pues su déficit presupuestal pasó de 7.38% en 2019 a 61.4% en los 5 primeros meses de 2020”.

“En cuanto a los pasivos del hospital, el cierre de la vigencia de 2019, fue de $16.209 millones, en el cual, las cuentas por cobrar brutas de la institución médica, durante ese año, ascendieron al valor a $94.183.150 miles, lo que indica la deficiente gestión de recaudo”, detalló el organismo.

Además, la institución destacó que el hospital en su contabilidad encontró inconsistencia en facturas y presuntos dobles cobros al sistema de salud por medicamentos y material médico quirúrgico, que en un primer momento no eran administrados a los pacientes, pero luego el servicio farmacéutico del hospital los despacha y facturaba, nuevamente, para ser aplicados a otros pacientes.

En el aspecto asistencial, logró evidenciar incumplimientos frente a los estándares de habilitación en lo relacionado con infraestructura, dotación, medicamentos, dispositivos médicos e insumos y Plan de Gestión Integral de Residuos Hospitalarios, entre otros. A la par, encontró incumplimiento de las normativas de bioseguridad ante la pandemia de COVID-19, en cuanto a: atención segura, manejo de residuos hospitalarios, proceso de esterilización, protocolos de limpieza y desinfección de áreas y superficies.

Finalmente, la Supersalud observó incumplimiento en las agendas de especialistas, como dermatología y ortopedia con 697 y 1.169 usuarios en lista de espera, respectivamente.