
En lo profundo de los bosques de los Cárpatos, sobre las laderas que rodean la localidad de Zărnești, en Rumania, se extiende uno de los proyectos de bienestar de animales más significativos del mundo: el Santuario de Osos Libearty.

Fundado en 2005, este santuario es el resultado de un esfuerzo sostenido por rescatar a los osos pardos víctimas de abuso y cautiverio en Rumania, y se ha convertido en el mayor santuario de osos del mundo, según la página web oficial de dicho establecimiento.
Hoy, más de 130 ejemplares habitan en libertad sobre 69 a 70 hectáreas de bosque de robles y avellanos, en un entorno que reproduce lo más fielmente posible las condiciones de vida en estado salvaje.

Según su página web, el nacimiento del proyecto está íntimamente ligado a la historia de Maya, una osa que, en 1998, fue encontrada confinada en una jaula húmeda y estrecha cerca del Castillo de Bran, en condiciones deplorables.
La activista rumana Cristina Lapis, profundamente conmovida por su situación, acompañó a Maya durante cuatro años, luchando simultáneamente por modificar las leyes de bienestar animal en el país.

Maya falleció en 2002, pero su historia encendió un movimiento nacional de protección de la fauna que culminaría en la creación del Santuario Libearty bajo la conducción de la Asociación “Millions of Friends”.
Esta organización sin fines de lucro firmó un acuerdo de concesión por 49 años con el Ayuntamiento de Zărnești para el uso de los terrenos necesarios, y recibió el respaldo de la organización internacional World Animal Protection en el marco del proyecto “Save the Captive Bear”, considerado el más ambicioso de su tipo en Europa.
En los primeros años del nuevo milenio, decenas de osos en Rumania eran mantenidos en condiciones alarmantes: jaulas oxidadas al costado de restaurantes, estaciones de servicio, hoteles y alojamientos turísticos.
Muchos habían sido arrancados de su hábitat natural cuando eran cachorros, para ser utilizados como mascotas, atractivos turísticos o artistas de circo.
Habían pasado años caminando sobre cemento, sin sombra, sin acceso a agua limpia ni atención veterinaria, alimentados con sobras y sometidos a dietas totalmente inadecuadas.

Uno de los casos más notorios es el de Betsy, una osa nacida en Texas, Estados Unidos, que fue forzada a actuar en un circo y luego sobrevivió nueve años en una jaula de cinco por ocho pies en un gallinero en Gonzales County.
Rodeada de excrementos, infestada de pulgas y con problemas digestivos graves debido a una dieta basada en restos de comida rápida, Betsy fue la primera osa en ser trasladada internacionalmente al santuario, donde hoy vive en paz con una dieta adecuada y atención médica especializada.

El Santuario de Osos Libearty no es un zoológico ni un parque temático. Es un espacio de recuperación física y emocional, donde cada oso recibe atención individualizada desde el momento de su rescate.
El entorno natural incluye piscinas profundas para bañarse, árboles altos para trepar y esconderse del calor, y extensas zonas verdes donde pueden caminar, buscar alimento y comportarse con normalidad.

Cada animal cuenta con un plan de alimentación diseñado por veterinarios que contempla tanto sus necesidades nutricionales como su historial médico. En este sentido, la filosofía del santuario se centra en proporcionar bienestar real, con una fuerte impronta ética y educativa.
Como explican desde la propia institución, el propósito principal de permitir visitas es pedagógico: que el público tome conciencia de la situación que vivieron estos animales y del compromiso que implica protegerlos.

El recorrido comienza con un documental que exhibe las condiciones en las que vivían los osos antes de ser rescatados y expone la lucha que llevó a la creación del santuario.
A lo largo del año se pueden realizar diferentes tipos de visitas guiadas, siempre en horarios matutinos y con reserva previa, dado que el acceso está restringido a grupos reducidos para garantizar el bienestar de los animales.

El tour clásico, de aproximadamente una hora, implica una caminata de dos kilómetros en compañía de un guía, con un costo de 17 dólares por adulto.
La labor del santuario ha sido reconocida a nivel internacional. Según reseñas de visitantes en el sitio TripAdvisor, el Santuario de Osos Libearty ha sido clasificado como uno de los lugares más bellos e importantes para visitar a nivel mundial.

También ha recibido el Certificado de Excelencia, distinción que confirma el impacto positivo del trabajo realizado por la Asociación Millions of Friends.
El pan con miel que reciben como recompensa, los chequeos médicos regulares y el silencio del bosque de Zărnești son testimonio de una restitución lenta, pero firme de una vida que alguna vez les fue arrebatada.
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