Una tercera dosis de Pfizer reduce el riesgo de infección ante la variante Delta, según científicos israelíes

Un análisis realizado por Maccabi Healthcare Service mostró que los booster reducen gradualmente la posibilidad de contagio aún con esa mutación. Los especialistas mostraron en cuánto tiempo se generan anticuerpos

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El ministerio de Salud israelí dijo que la inmunidad ha disminuido con el paso del tiempo para los mayores y también los más jóvenes (EFE/EPA/ABIR SULTAN)
El ministerio de Salud israelí dijo que la inmunidad ha disminuido con el paso del tiempo para los mayores y también los más jóvenes (EFE/EPA/ABIR SULTAN)

Israel fue líder en la aplicación de las vacunas contra el COVID-19 en su población en 2020 y lo sigue siendo en emplear las terceras dosis. En ese marco no ha dejado de realizar estudios sobre la eficacia de las vacunas que se utilizan en el país, como es el caso de la fabricada por Pfizer BioNTech. El último de los análisis conocidos, desarrollado en momentos en que la variante Delta es prevalente en el país, tuvo resultados preliminares alentadores, ya que mostró que una tercera inyección de esa vacuna de ARN mensajero brinda protección adicional incluso contra esa contagiosa mutación del nuevo coronavirus.

Israel comenzó a fines de julio a aplicar terceras dosis en su población de manera escalonada, primero a personas inmunodeprimidas y mayores de 60 años y luego fue ampliando gradualmente el rango de edad.

Finalmente, anunció el último domingo que extendía la aplicación de la tercera dosis a toda la población apta para la vacuna, que en el país es para los mayores de 12 años. “A partir de hoy, la tercera dosis está disponible para todos”, anunció ese día en rueda de prensa el director general del Ministerio de Salud, Nachman Ash, que lidera la estrategia de Israel frente a la COVID-19.

En semanas recientes, el ministerio de Salud israelí dijo que la inmunidad ha disminuido con el paso del tiempo para los mayores y también los más jóvenes.

Un análisis preliminar de datos del Maccabi Healthcare Services mostró que en personas que recibieron un booster la protección aumentó con el tiempo. Quienes se inyectaron con una dosis suplementaria tenían entre un 48% y un 68% menos de riesgo de infección entre 1 semana y 13 días después, en comparación con las que recibieron el régimen estándar de dos dosis. Luego, entre los 14 y los 20 días posteriores se redujo entre un 70% y el 84% el riesgo de dar positivo.

El paper científico, que aún no fue revisado por pares, fue publicado ayer en Medrxiv. La investigación tuvo por objetivo evaluar la efectividad adicional que puede aportar la tercera dosis respecto de la variante Delta, que es la de circulación mayoritaria en ese país.

Los hallazgos indican que la disminución de la protección inducida por la vacuna contra la infección por SARS-CoV-2 puede contrarrestarse a corto plazo con una tercera dosis , dijeron los autores. Se necesita más monitoreo para determinar cuánto tiempo dura la inmunidad del refuerzo, agregaron los investigadores.

SARS-CoV-2 puede contrarrestarse a corto plazo con una tercera dosis  (EFE/ Pablo Duer/Archivo)
SARS-CoV-2 puede contrarrestarse a corto plazo con una tercera dosis (EFE/ Pablo Duer/Archivo)

Esto significa que, 12 días o más después de recibir una dosis de refuerzo de la vacuna elaborada por Pfizer y su socio BioNTech el riesgo de un contagio confirmado por SARS-CoV-2 disminuyó en 11,4 veces frente a las personas que recibieron solo dos dosis, dijeron investigadores. Una tercera dosis se asoció con una reducción de al menos 10 veces en el riesgo de que la enfermedad se agrave, según el estudio.

El análisis se basa en hallazgos médicos de la base de datos del Ministerio de Salud extraídos el 24 de agosto. Los investigadores se refirieron a 12 días como el tiempo que tomó el refuerzo para frenar las infecciones confirmadas.

Mientras Israel avanza con la aplicación de dosis de refuerzo, otros gobiernos como EEUU y el Reino Unido analizan esa posibilidad, teniendo en cuenta que la variante Delta, más infecciosa que las anteriores, es la de circulación comunitaria y la que presentan la mayoría de los casos en esos países. Además, lo mismo que Israel, se trata de los países que comenzaron a vacunar más temprano y, según varios análisis científicos, los anticuerpos pueden disminuir con el paso del tiempo.

En Argentina, donde aún esa mutación se encuentra controlada, la ministra de Salud Carla Vizzotti, dijo ayer que “a partir de noviembre” se va a “evaluar si estamos en condiciones de pensar en un refuerzo para poblaciones muy específicas como personal de salud, que tienen una exposición muy importante y se vacunaron a principio de año, y también las personas inmunocomprometidas que tienen menos respuesta y un refuerzo los beneficiaría”.

“Los resultados de tal política (de refuerzo de vacunas) son importantes para países que están interesados en estrategias para mitigar la pandemia”, dijeron Yinon M. Bar-On, del Instituto de Ciencia Weizmann, y sus colegas en el informe. “Nuestros hallazgos dan señales claras de la eficacia de una dosis de refuerzo incluso contra la variante delta, actualmente dominante”.

La investigación israelí evaluó la efectividad adicional de una vacuna de refuerzo contra la infección debido a esa variante, pero no la enfermedad grave, dijo Daniel M. Weinberger, profesor asociado de epidemiología. en la Escuela de Salud Pública de Yale.

“A medida que pase más tiempo, será posible evaluar los efectos sobre resultados más raros pero graves, como la hospitalización y la muerte”, dijeron los investigadores.

Otro estudio presentado por el Israel el pasado 19 de agosto, ya había determinado que una tercera dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 mejoraba significativamente la protección frente a la infección y enfermedades serias entre personas de 60 años de edad y mayores, comparado con quienes recibieron dos dosis, informó entonces el Ministerio de Salud israelí.

“A medida que pase más tiempo, será posible evaluar los efectos sobre resultados más raros pero graves, como la hospitalización y la muerte” (EFE/ José Jácome/Archivo)
“A medida que pase más tiempo, será posible evaluar los efectos sobre resultados más raros pero graves, como la hospitalización y la muerte” (EFE/ José Jácome/Archivo)

Las conclusiones estuvieron en línea con unas estadísticas que habían sido reportadas por separado una semana antes por Maccabi, un proveedor de servicios de salud israelí que forma parte de varias organizaciones que están suministrando vacunas de refuerzo para tratar de frenar la variante Delta del coronavirus.

Desglosando estadísticas del Instituto Gertner de Israel y el Instituto KI, funcionarios del ministerio dijeron entonces que entre las personas de 60 años y más, la protección de la infección ofrecida a partir de 10 días después de una tercera dosis era cuatro veces más alta que después de dos dosis.

Una tercera dosis para los mayores de 60 años ofrecía una protección de cinco a 6 veces mayor, después de 10 días con respecto a enfermedades serias y hospitalización.

Ese grupo etario es particularmente vulnerable al COVID-19 y en Israel fue el primero en ser inoculado cuando comenzó el impulso de la vacunación a fines de diciembre.

Israel adoptó la medida de aplicar los booster con dosis de Pfizer en julio último, a raíz del alto número de contagios que viene registrando. Según datos oficiales del gobierno, este lunes se identificaron al menos 10.947 nuevos portadores del virus, y el 7,65% de las personas que recibieron la prueba dieron positivo. Solo en otra ocasión desde el comienzo de la pandemia, el país registró más de 10.000 casos. Hubo 10.118 el 18 de enero, durante el pico de la tercera ola, la más virulenta y mortal que experimentó Israel.

Hay unos 83.000 casos activos, frente a los 88.000 de la tercera ola, pero el número de pacientes en estado grave y los que han fallecido en agosto ha sido menor. Según el último recuento, 520 personas habían muerto en agosto, con un máximo de 756 pacientes en estado grave, en comparación con más de 1.400 muertes en enero y un récord de unos 1.200 pacientes en estado grave.

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