"La Niña Marisa", la pequeña que descansa en un cementerio de Heredia y podría convertirse en santa

Es un símbolo de Costa Rica y podría convertirse en la primera santa del país

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El mausoleo de la Niña Marisa en Heredia, Costa Rica, estuvo abandonado durante muchos años
El mausoleo de la Niña Marisa en Heredia, Costa Rica, estuvo abandonado durante muchos años

Los costarricenses podrían tener su primera santa. Se trata de María Isabel Acuña Arias una niña de tan solo 13 años quien fue considerada santa desde antes de morir por quienes vivieron en la Costa Rica del siglo pasado, y aunque en varias ocasiones en el país se hicieron intentos por llevarla a los altares, nunca pudo avanzarse.

Sin embargo, en esta ocasión el arzobispo costarricense José Rafael Quirós Quirós está comprometido con impulsar el proceso formalmente y así lo afirmó durante su visita al Vaticano el año anterior, cuando planteó la consulta sobre lo que correspondía para realizar el trámite, y los pasos a seguir para el proceso al cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de Los Santos.

El siguiente paso era el decreto para abrir la investigación en el país sobre la vida, obras y milagro de la Niña Marisa, lo cual hizo el obispo el 19 de marzo, aprovechando la celebración del Día de San José, solemnidad católica de gran importancia en el país, y desde ese momento se le conoce cómo Sierva de Dios.

María Isabel Acuña Arias, conocida popularmente en Costa Rica como la “Niña Marisa”. Las autoridades eclesiásticas del país quieren que sea proclamada “Santa”
María Isabel Acuña Arias, conocida popularmente en Costa Rica como la “Niña Marisa”. Las autoridades eclesiásticas del país quieren que sea proclamada “Santa”

Y hace pocos días el obispo cumplió con su visita al mausoleo donde reposan los restos mortales de la niña santa, ubicado en el cementerio municipal de Heredia.

El proceso para llevar a la Niña Marisa, a los altares es largo y complicado, primero se realiza la investigación detallada de la vida y milagros de la pequeña para probar la virtud de quien sería declara santa, esto incluye corroborar un milagro realizado después de su muerte, según explicó el presbítero Fernando Alberto Vílchez, párroco de Heredia, donde vivió la niña y quien es parte de la Comisión que investiga su historia.

El Tribunal es presidido por el padre Alejandro Jiménez, vicario judicial, y el padre Vílchez será parte del tribunal que evaluará el caso, por ser historiador de profesión, con más de 20 años de impartir clases de historia en el Seminario.

El tribunal analizará los escritos y testimonios existentes en torno a los aspectos de la vida, su obra y testimonios y una vez que esté listo será presentado a la Santa Sede, en la Congregación de los Santos y ellos revisan sí puede continuar el proceso.

"Lo que se toma en cuenta son los milagros después de la muerte, los que haya hecho en vida, que parece que los hubo no se incluyen. Ya después de muerta es lo que se toma. Murió en el año 1954, hay gente que dio testimonio en su momento porque hubo un padre dominico que estuvo dando seguimiento, pero ya murió también. Ahora nos toca buscar personas que hayan recibido una gracia o la intercesión en este tiempo o si se le sigue invocando actualmente también, y habrá que documentarlo", explicó el sacerdote.

Quién era la Niña Marisa

María Isabel Acuña Arias es recordada como una niña caritativa, que con gran fe ofreció los dolores de su corta vida para pedirle a Dios que su padre dejara el alcohol, y se le concedió, poco antes que ella falleciera, el mismo día que había predicho a su confesor, quien llevó en forma detallada la historia de la pequeña santa, pero gran parte de esa información se perdió con el paso de los años.

Marisa vivía en el barrio Los Ángeles, en Heredia, se recuerda como la niña, que abrazaba a los indigentes y compartía con ellos el pan y una moneda, mientras el resto de las personas se alejaba de ellos por su mal olor.

Nació el 5 de marzo de 1941 en San José, pero su familia se trasladó a vivir a Heredia, una provincia cercana al centro del país, porque tenían una panadería en los alrededores del Mercado. Fue así que Marisa se convirtió en herediana. Se formó primero en la Escuela Rafael Moya, e inició la secundaria en el Colegio María Auxiliadora, aunque murió antes de completarla: el 15 de agosto de 1954, con apenas 13 años.

En esta pequeña mesita en el mausoleo de la “Niña Marisa”, las personas que se acercan le dejan sus ofrendas y cuentan sus historias milagrosas
En esta pequeña mesita en el mausoleo de la “Niña Marisa”, las personas que se acercan le dejan sus ofrendas y cuentan sus historias milagrosas

A los 12 años María Isabel comenzó a sufrir fuertes e inexplicables dolores de cabeza, que la hacían retorcerse del dolor, luego se supo que se trataba de un tumor, pero nunca aceptó tomar ningún medicamento. Tampoco se quejaba, aunque el sufrimiento era evidente.

Según su biografía, la niña ofrecía esos padecimientos a Dios para que su padre cambiara y fue escuchada, ya que antes de que ella falleciera, él volvió a la iglesia, se confesó y hasta comulgaron juntos. Además dejó el alcohol para siempre.

Su confesor, el sacerdote salesiano Ángel Menéndez, comprendió que ella tenía un don especial, y empezó a recabar su historia, pero cuando él murió sus archivos quedaron en el olvido.

No así la devoción a la Niña Marisa, quien está sepultada en el cementerio municipal de Heredia y su tumba es visitada por decenas de devotos, para pedir su intercesión.

Es que personas creyentes en sus milagros no han dejado morir esa fe, incluso en algunas ocasiones se han realizado campañas entregando estampitas y medallas para que los fieles no olviden sus "milagros".

Entre los que se enumeran y que sus visitantes dejan plasmados en los mensajes en un baúl en su tumba, figuran la sanación de un hombre a quien habría salvado de una muerte segura, tras recibir un impacto de bala en el pecho; su intercesión para obtener un trabajo, o lograr escapar de Cuba, dado que su fama ha trascendido las fronteras.

La máxima autoridad de la Iglesia Católica del país, el arzobispo Quirós Quirós, presentó una ofrenda floral e hizo una oración, dentro del mausoleo, un espacio pequeño al que se ingresa por la parte de atrás del mausoleo que destaca en el camposanto.

El arzobispo Rafael Quirós Quirós de pie junto a la tumba de María Isabel Acuña Arias, la “Niña Marisa”
El arzobispo Rafael Quirós Quirós de pie junto a la tumba de María Isabel Acuña Arias, la “Niña Marisa”

En él se encuentra una pequeña mesa con un libro, tarjetas y mensajes en papeles doblados, donde los devotos de la Niña Marisa han anotado los favores concedidos por intercesión de la pequeña, a quien desde hace décadas en Heredia se le conoce como santa.

"Esta es la primera vez que la visito y con gran alegría, ciertamente, porque estamos pidiéndole al Señor la beatificación de la Niña Marisa y que sea el mismo Señor quien nos vaya guiando en todo este proceso y sobre todo nos sintamos estimulados para lograrlo", explicó el arzobispo tras rendir tributo en el mausoleo de la pequeña santa herediana.

Quirós Quirós afirmó que hay mucha esperanza en que se logre la beatificación, primer paso en el camino para declarar santo a una persona.

"Siempre debemos estar deseosos de que un ejemplo como el que ella nos dio siga fortaleciendo en nuestro caminar, y especialmente para el caminar de los jóvenes", agregó.

A la consulta del significado que podría tener especialmente para la juventud que una persona tan joven pueda alcanzar la santidad, el obispo respondió: "Es muy significativo, puesto que es una demostración de que en medio de la dificultad se puede responder a los llamados del Señor y con la ayuda de Dios todo se puede alcanzar y que los jóvenes vean que, en medio de tanta dificultad, de tanta propuesta falsa, la única propuesta que se debe seguir es la de Dios".

Favores y milagros

José Alberto Gamboa, quien se casó con la hermana de la Niña Marisa 40 años atrás, es la persona que más conoce de ella, no porque la conociera en vida, sino porque tanto su esposa, como su suegra, le contaban las historias de María Isabel.

"No la conocí físicamente, pero creo que soy el que se más de Marisa, por mi esposa y por mi suegra. Me contaban que era una niña muy virtuosa, muy caritativa. Ella hacía favores y aquí hay un libro de favores, porque el favor es muy circunstancial el milagro es diferente se de favores y de milagros que ha hecho", comentó don José.

No quiso detallar más sobre los milagros que podría haber hecho la niña para no entorpecer la investigación que realiza la Iglesia. Precisamente durante la visita del obispo al cementerio, varias personas se acercaron para acompañarlo y contarle los milagros y favores de la niña santa en sus familias.

Carolina Marín, una vecina de Santa Bárbara de Heredia, aseguró que su hija nació con hidrocefalia y ella la puso en manos de la Niña Marisa para que la sanara, y hoy su hija es una prueba viviente de cómo su fe la sano.

"A mí me han enseñado en el Hospital chiquitos que tienen hidrocefalia y yo iba a estar como ellos, pero no es así, yo estoy bien, solo tengo una válvula aquí en la cabeza se puede tocar, y es porque mi mamá se lo pidió a Marisa, por eso me pusieron ese nombre a mí también", comentó la joven, quien estaba en el Hospital San Vicente de Paúl la mañana que el obispo visitaba Heredia y al enterarse que irían a la tumba de la niña santa, decidió con su madre acompañarlo.

Su caso, al igual que muchos otros, han sido presentados a la Comisión que investiga las obras de la Niña Marisa, donde se espera confirmar al menos un milagro hecho después de la muerte de la niña santa, que permita llevarla junto con todas las pruebas y testimonios al Vaticano.

Don José tiene 82 años. Estuvo casado con la hermana de la “Niña Marisa”. Es quien más sabe sobre ella en todo Costa rica
Don José tiene 82 años. Estuvo casado con la hermana de la “Niña Marisa”. Es quien más sabe sobre ella en todo Costa rica

Otro de los casos que suenan con más fuerza como posible de corroborar, es el de una reconocida familia del centro del cantón, cuya hija estuvo postrada en coma por largo tiempo y gracias a la fe de la familia que pidió la intercesión de la herediana, se sanó.

Ambos casos se mantienen bajo una exhaustiva investigación, reservando al máximo las identidades de los involucrados, y una vez que hayan cumplido con la rigurosidad que exige la Iglesia para darlos por verdad, serán dados a conocer por la Comisión, pero pareciera, que son muchas las posibilidades que sea precisamente un milagro hecho en Heredia, el que permita respaldar la petición para que la Niña Marisa inicie el camino a los altares.

La bóveda olvidada

Los restos de la Niña Marisa descansan en una bóveda en el cementerio municipal de Heredia, la cual se encontraba, como muchas otras tumbas antiguas, sin mantenimiento, lo que había hecho que perdiera su belleza original.

Pero la bóveda recuperó su belleza luego del anuncio del arzobispo de iniciar el proceso para que sea declarada santa.

"Lamentablemente se descuidó muchísimo, todos cometemos errores, y los mismos familiares no le dieron el mantenimiento adecuado, como ocurre en muchos casos en las familias, pero ahora, la Municipalidad asumirá la restauración de la tumba", explicó el alcalde de Heredia, José Manuel Ulate.

La razón para hacer la inversión municipal es sencilla, no se trata de una bóveda cualquiera, sino del lugar que podría llegar a convertirse en sitio de peregrinación para los fieles católicos, de lograrse la beatificación y posterior canonización de la Niña Marisa.

Sería la única santa cuyos restos descansen en Heredia.

"Ya me reuní con Fernando Sánchez, que fue embajador en el Vaticano, y ahora dirige la Universidad Católica, y estamos coordinando diferentes actividades, porque el gobierno local va a dar todo el apoyo para lograrlo", aseveró el alcalde.

El mausoleo de la “Niña Marisa” en el cementerio de Heredia fue restaurado recientemente por las autoridades de la alcaldía
El mausoleo de la “Niña Marisa” en el cementerio de Heredia fue restaurado recientemente por las autoridades de la alcaldía

No se trata de defender un credo religioso por encima de otros, sino de resaltar y apoyar un proceso para reconocer a una de las hijas del cantón, de manera que el gobierno local apoya la causa no por un tema religioso solamente, sino por el impacto que tendría para el cantón, al colocarlo en el mapa de lugares santos.

"Ojalá tengamos una santa nuestra, es un orgullo para el país y para los heredianos más, sería un hecho histórico, hermoso, casi una visita obligada de muchos católicos del mundo", aseveró.

Se estará colocando además un sistema de cámaras de vigilancia en el cementerio, y se estaría capacitando a un funcionario para orientar a las personas que lleguen al cementerio a visitar la tumba de la niña santa.