Cuáles son las posibilidades de que se produzca un desastre nuclear en Ucrania

El argentino Rafael Grossi, director general de la agencia nuclear de la ONU, negocia un acuerdo con los dos países enfrentados para reducir los riesgos

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Rafael Grossi, director general de la agencia nuclear de la ONU
Rafael Grossi, director general de la agencia nuclear de la ONU

Rafael Grossi es argentino, porteño. Tiene 61 años, 8 hijos y una carrera muy extensa como diplomático. Pero nunca había enfrentado un desafío como el que encara ahora: lograr desde su rol como director de la agencia nuclear de la ONU un acuerdo entre Rusia y Ucrania para evitar un desastre que provoque consecuencias inimaginables para gran parte de Europa.

En una entrevista concedida a Eduardo Feinmann en radio Mitre, el especialista explicó que el riesgo atómico está asociado a dos eventualidades posibles. La primera es que uno de los 15 reactores nucleares que hay en Ucrania sea bombardeado con una magnitud tal que provoque un daño irreparable. La segunda. menos probable para él, es que Vladimir Putin utilice su arsenal nuclear.

- ¿Estamos bajo un riesgo atómico?

- Yo diría que hay que diferenciar dos cosas. Por un lado existen los riesgos que emanan del hecho de que hay un conflicto armado en un país con muchos reactores  nucleares. En Ucrania hay 15 reactores nucleares, es un país que depende totalmente de la energía nuclear para su vida. Todas esas instalaciones tienen material nuclear y de ser impactadas, podría haber una accidente nuclear, entendiendo por esto la liberación de radioactividad en la atmósfera.

- ¿Es lo que sucedió en Zaporiyia (la central nuclear bombardeada por Rusia recientemente)?

- Ahí no hubo nada de eso. Un proyectil impactó en un edificio administrativo a 300 metros de la central. El otro tema que está presente es el que usted evocaba sobre una guerra nuclear, que es el uso de armas nucleares en la guerra.

El problema inmediato que tenemos ahora es el de un accidente nuclear derivado de que una instalación accidentalmente o deliberadamente sea objeto de un ataque y se produzca un accidente de esta naturaleza. Para evitar esto, estamos trabajando mucho en la agencia.

Imagen recogida por una cámara de seguridad del momento en que una llamarada se eleva de la central nuclear de Zaporiyia durante un bombardeo en Enerhodar, óblast de Zaporiyia, Ucrania, el 4 de marzo de 2022
Imagen recogida por una cámara de seguridad del momento en que una llamarada se eleva de la central nuclear de Zaporiyia durante un bombardeo en Enerhodar, óblast de Zaporiyia, Ucrania, el 4 de marzo de 2022
Imagen de un edificio administrativo dañado de la central nuclear de Zaporiyia, en Energodar, Ucrania.
Imagen de un edificio administrativo dañado de la central nuclear de Zaporiyia, en Energodar, Ucrania.

- ¿Cuál es el trabajo que está haciendo usted?

Yo estoy en consultas paralelas con Rusia y Ucrania para tener un acuerdo marco para proteger instalaciones nucleares en cuanto a su seguridad.

- ¿Para evitar algo similar a lo que sucedió en Chernobyl?

- En Chernobyl lo que tuvimos fue un manejo incorrecto que provocó un accidente. Acá se trataría de otra cosa. Y estamos muy atentos siguiendo esto y haciendo lo que se pueda para evitarlo.

- ¿Se pueden comparar las centrales de Zaporiyia y la de Chernobyl?

No tienen nada que ver. La central esta que fue afectada es mucho más moderna que aquella que tuvo el accidente en el año 1986. Actualmente, los reactores tienen una enorme protección: un domo y un edificio de contención que están preparados para soportar, por ejemplo, que un avión se les caiga encima. Después del 11S todas las centrales del mundo están muy protegidas.

En 1986 había un reactor viejo que no tenía contención ninguna. El núcleo del reactor, donde está el material nuclear, no tenía ningún tipo de protección. Era como entrar a un gimnasio, un gran espacio con el combustible ahí todo junto. Ahora esa situación no se podría dar, pero eso no significa que no haya problemas.

- ¿Qué están haciendo para evitar esos problemas?

- Estamos tratando de lograr principios mínimos, líneas rojas que no se pueden pasar. Hay ciertas cosas que no se pueden hacer nunca para no afectar centrales de esta naturaleza. La primera es obvia: no pegarle, no tirarle misiles. Y después hay otras cosas que son las mas probables: por ejemplo, que se interrumpa el flujo eléctrico a la central. Con ese flujo, la central es refrigerada. Si se cae la electricidad, la central deja de ser refrigerada y a partir de eso se puede derretir el núcleo del reactor con consecuencias gravísimas para el medio ambiente. Este tipo de fenómenos laterales son los que podrían precipitar un accidente nuclear.

- ¿Por qué?

- Los dos países tienen razones distintas. Acá hay un país cuya integridad territorial está comprometida. Nosotros en Argentina tenemos la experiencia de Malvinas y sabemos que uno tiene que cuidarse mucho de no firmar algo que legitime una presencia que considera ilegal. Entonces, los ucranianos están muy cuidadosos de lo que firman. Es un desfiladero angosto.

- ¿Cree que la humanidad corre peligro de una guerra nuclear?

- No quiero banalizar lo que está sucediendo porque es una tragedia enorme, pero las posibilidades de que haya una guerra nuclear son muy bajas porque Ucrania no tiene armas nucleares. No se trata de potencias poseedoras de armas nucleares que se van a las manos, entonces sería poco probable que haya un intercambio de ese tipo.

- Pero en uno de los países si hay un loco que sí tiene armas nucleares.

Bueno, yo estoy negociando con ambos, y como diplomático no podría referirme con esos términos.

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