
Las hormigas son insectos con una gran capacidad de adaptación, lo que les permite habitar una amplia variedad de entornos, desde jardines hasta espacios interiores. Según especialistas del INTA, no todas las hormigas afectan de la misma manera a las plantas.
“Algunas pueden causar daños considerables, ya sea alimentándose de ellas o facilitando la proliferación de plagas como los pulgones”. Si bien muchas especies no representan una amenaza directa para las plantas, otras tienen un impacto significativo en los ecosistemas donde habitan.
Por un lado, existen dos tipos principales de hormigas coloradas: con hormiguero elevado y las no picadoras. Sin embargo, ninguna de estas representa un peligro para las plantas.
A diferencia de las hormigas negras, que son las que realmente pueden afectar las plantas, especialmente las verduras y cultivos sensibles. Su impacto negativo se debe a que suelen trasladar y proteger pulgones, insectos que se alimentan de la savia de las plantas y secretan una sustancia azucarada que las hormigas utilizan como alimento.
Por qué aparecen hormigas en mi jardín
La presencia de hormigas en el jardín no es un hecho casual, sino que responde a distintos factores relacionados con la búsqueda de alimento, la construcción de refugios y la interacción con otras especies. Estos insectos cumplen un rol ecológico clave al descomponer materia orgánica y airear el suelo, pero en algunos casos pueden convertirse en una plaga dañina para las plantas.
Las hormigas son atraídas por fuentes de alimento fácilmente accesibles. En el jardín, pueden encontrar néctar y secreciones azucaradas, pulgones y cochinillas, e incluso residuos de alimentos y materia en descomposición como restos de frutas o desechos orgánicos.
Los jardines con tierra blanda y espacios protegidos entre raíces, piedras o estructuras de madera pueden ofrecer condiciones ideales para construir hormigueros. Además, la humedad moderada es otro factor determinante en su elección de hábitat.

Los 5 trucos para evitar que las hormigas ataquen mis plantas
Existen diversas estrategias caseras para mantener a las hormigas alejadas de las plantas sin recurrir a productos químicos que puedan dañar el ecosistema del jardín o afectar a mascotas y otros animales. A continuación, se presentan cinco métodos naturales que pueden ayudar a repelerlas de manera efectiva.
Ajo
Es un método efectivo para ahuyentar hormigas debido a su alto contenido de azufre, cuyo olor resulta molesto para estos insectos. Para utilizarlo, hay que triturar varios dientes de ajo y dejarlos reposar en agua durante 24 horas.
Luego, se debe calentar la mezcla a fuego lento por 15 minutos, colarla y verterla en un pulverizador. Se aplica directamente sobre las plantas afectadas o en las zonas donde circulan las hormigas. Es importante no excederse en la aplicación para evitar posibles daños en las plantas.

Arroz
Este método se basa en la idea de que el arroz, al ser transportado por las hormigas a su hormiguero, fermenta debido al calor interno y afecta la colonia.
Para aplicarlo, basta con esparcir granos de arroz blanco en los caminos que recorren las hormigas. Al verlos, estos insectos abandonan su carga habitual para llevarse los granos al hormiguero. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde su efectividad.

Cáscaras de naranja
Contienen sustancias que resultan molestas para las hormigas, según un estudio de la Universidad Nnamdi Azikiwe, en Nigeria.
Para utilizarlas, basta con picarlas en trozos pequeños y distribuirlas en las macetas o en los caminos por donde transitan las hormigas. Este método, además de ser natural y seguro para las plantas, permite reciclar restos orgánicos.

Levadura
Es considerada irritante para las hormigas, aunque no hay estudios científicos que confirmen su efectividad. Para aplicarla, se debe mezclar 100 gramos de levadura con 1 litro de agua y 100 gramos de azúcar.
Esta mezcla se coloca en envases pequeños y se distribuye en las zonas del jardín donde hay hormigas. Se cree que las atrae y luego las afecta, pero su eficacia sigue siendo cuestionada.

Bicarbonato de sodio
Es un método eficaz para impedir que las hormigas invadan el jardín o la casa. Su aplicación es simple: solo hay que esparcirlo alrededor de las plantas o en los caminos por donde transitan estos insectos.

También se puede utilizar sal o limón para obtener un efecto similar. Ambas opciones son seguras para las plantas y ayudan a mantenerlas libres de hormigas.
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