El criminal que escapó caminando de la cárcel de Olmos estaba preso por matar a un hombre por un televisor roto

La insólita salida de Víctor Torres Barrera terminó con funcionarios removidos. Después de escapar, pidió trabajo en una rotisería cercana a la penitenciaría

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Una de las últimas imágenes de Barrera antes de escaparse
Una de las últimas imágenes de Barrera antes de escaparse

Víctor Manuel Torres Barrera, el hombre que se escapó caminando de la cárcel de Olmos el viernes pasado, es una persona irascible y violenta. Eso es, al menos, lo que demostró el 30 de octubre del 2017 cuando tomó una pistola y asesino de un disparó en el abdomen a un comerciante de San Martín. El motivo del crimen es tan insólito, que roza lo bizarro: el ahora prófugo se enojó por la venta de un televisor que no funcionaba.

Por ese crimen, Barrera está procesado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, a disposición del Tribunal Oral N°7 de San Martín. Luego de pasar por algunos penales bonaerenses, el delincuente de 45 años recayó en Olmos, todavía sin condena como más de la mitad de los detenidos en penales en la Argentina.

Según documentos a los que accedió Infobae, el 30 de octubre del 2017, a las 19.30, Barrera tomó una pistola y se subió a su auto. Ya estaba dispuesto a matar. Manejó hasta la calle Las Violetas, en el barrio Libertador, del partido de San Martín. Allí vivía un hombre llamado Roberto Carlos Monzón, con quien había realizado un negocio que salió mal: le había comprado un televisor, que estaba fallado.

Aquella tarde, Barrera estaba furioso por esa situación. Quería vengarse porque, evidentemente, sintió como una ofensa algo tan normal y corriente como un electrodoméstico que no funcionaba. Lo cierto, es que esperó en su vehículo, hasta que Monzón salió de su casa. En ese momento, el ahora prófugo bajó del auto y le disparó al abdomen para luego escapar. La víctima murió al llegar al Hospital Castex.

El barrio Libertador, de San Martín,  donde Barrera asesinó a un hombre
El barrio Libertador, de San Martín, donde Barrera asesinó a un hombre

Una de las personas en declarar en ese expediente, fue el hermano de Monzón, que clarificó los motivos del asesinato. Lo conocemos desde hace tiempo, porque tiene un local de compra venta de celulares en Avenida del Libertador. Este tipo le tenía bronca a Roberto. Habían hecho una transacción por un televisor que no funcionaba. Había mucha bronca entre este tipo y mi hermano”, afirmó. No pasó mucho tiempo hasta que Torres Barrera fue detenido y acusado del homicidio de Monzón.

Según investiga el fiscal Juan Mennucci, de la UFI N°5 de La Plata, a cargo de esclarecer la fuga, el viernes por la mañana, Barrera se sentó a tomar una clase de matemática en el colegio secundario que funciona intramuros. Al lugar habían llegado varios docentes, que ese día dieron clase normalmente.

Al finalizar la jornada, cerca del mediodía, Barrera se puso de pie junto a los profesores, y comenzó a caminar junto a ellos rumbo a la salida. No tenía guardapolvos ni nada por el estilo. Simplemente emprendió la caminata junto a los maestros.

De esa manera, aunque parezca insólito y surrealista, pasó cinco controles y traspasó la entrada principal hasta la calle. Una vez fuera de la cárcel, caminó hasta desaparecer.

Una de las aulas del la cárcel de Olmos.
Una de las aulas del la cárcel de Olmos.

Ahora, ¿qué hay detrás de Víctor? ¿Dinero? ¿Una estructura criminal? ¿O un montón de viveza criolla?

No es un tipo picante, ni forma parte de ninguna banda. Todo lo contrario, no tiene un mango. Por lo tanto, no creemos que haya coimeado a nadie. Aparte imagínate que, si hubiese tenido dinero para darle todos los que lo dejaron salir, se habría guardado algo para irse en un remise, al menos. En este caso salió y se fue caminando”, dice una fuente penitenciaria a este medio.

¿Entonces cuál es la hipótesis más firme que tiene la Justicia? Simple: desidia e incompetencia de los carceleros. Si bien no se descartan otras posibles explicaciones, esta es la más concreta cuando el evadido lleva más de cuatro días fuera del penal.

Evidentemente nadie controló, nadie lo vio, estaban todos en otra, nadie vio las cámaras. Suena ilógico, pero, hasta ahora, los elementos que tenemos nos llevan a pensar eso”, dice a este medio uno de los investigadores, tan anonadado como enojado con la situación.

Por esto, las autoridades del SPB decidieron decapitar a la cúpula de la cárcel de Olmos. Además, se inició un sumario administrativo para determinar la responsabilidad de los agentes y directivos. Así, se dictó el pase a disponibilidad preventiva de diez oficiales y ocho suboficiales.

Los imputados en el sumario, que lleva Asuntos Internos, son los agentes que cumplían funciones en la guardia el último viernes en los puestos de control -que van desde la escuela, ubicada en el sector intramuros- y el acceso al establecimiento carcelario. También se relevó a dos subdirectores.

Por eso, este lunes asumió el nuevo director, el inspector mayor Fernando Reserna, en reemplazo de Fabián Gómez.

La entrada al penal de Olmos.
La entrada al penal de Olmos.

Hay varios datos llamativos en la investigación sobre la fuga. Muchas de las cámaras del penal de Olmos no funcionan, tal como ocurrió en la fuga del penal de Ezeiza en 2013. Con esto se encontraron los empleados judiciales, que llegaron con la orden de secuestrar cualquier tipo de material fílmico. Las que sí funcionaban no pudieron ser retiradas. El servicio de filmación esta tercerizado, por lo tanto, se requería de la participación de personas externa para poder descargar el contenido. Eso todavía no se llevó a cabo.

Sin embargo, algunos enviados de la UFI N° 5, pudieron, al menos, ver los vídeos. En las cámaras se ve, efectivamente, al preso Barrera caminando junto a los maestros, apenas unos metros más atrás. Como si fuese uno más de ellos.

En la causa que se inició declararon los educadores que fueron identificados. Todos coincidieron, llamativamente, en que les pidieron DNI tanto para ingresar como para salir. Entonces, ¿cómo no controlaron a Barrera?. Por el momento, es un misterio.

Barrera sigue siendo buscado por efectivos de la Policía Bonaerense. No volvió al domicilio que tenía antes de ser detenido ni pasó por la casa de ningún familiar, afirman investigadores.

Un último dato le suma a aun más incoherencia a toda la secuencia. Una vez que Barrera pisó la calle, lo primero que hizo fue ir a buscar trabajo. Antes de desaparecer, pasó por una rotisería que queda cerca del penal y solicitó empleo. Es más, dejó el celular que solía utilizar en el pabellón como numero de contacto.

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