Julieta Bonanno (29), la abogada de los narcos asesinados en el barrio porteño de Belgrano, fue detenida esta mañana en su casa de Ituzaingó. Las contradicciones en su declaración ante la Justicia y el video que la muestra entrando al edificio de la avenida junto al sicario fueron motivo para que el juez federal Ariel González Charvay ordenara el arresto.
Así, la letrada es señalada como posible cómplice en el doble crimen y ahora deberá ampliar su testimonio para explicar, entre varias cosas, por qué entró al edificio en compañía del hombre que ejecutó al narco Rodrigo Alexander Naged Ramírez (59) y su hijo, John Naged (30).
En su primera declaración, Bonanno dijo que se había reunido con su cliente poco antes del ataque del sicario y que en ese contexto fue abordada por el asesino, quien la maniató y encerró en el lavadero. Minutos después escuchó dos disparos y cuando logró desatarse, salió al comedor, se encontró con los cuerpos de las víctimas con disparos en la cabeza y heridas de cuchillo en el cuerpo.
Según la Policía, la mujer había contado que el sospechoso de la gorra le dijo que era un vecino del edificio y le pidió que si podía entrar con ella porque no tenía las llaves de su casa. Bonanno, al parecer, accedió y después subió con Naged hasta el cuarto piso. Creen que el sospechoso se escondió en las escaleras, fue al palier del departamento y esperó para abordar a las víctimas.
Pero la aparición del video y el relato de la mujer levantaron las sospechas de los investigadores. La filmación muestra el momento en el que Bonanno llegó al edificio, tocó timbre y esperó a que Jhon Naged bajara a abrirle la puerta. En ese instante, el hombre de gorra de unos 30 años se ubicó detrás de la abogada y logró irrumpir en el lugar.
En un momento -según las imágenes- ella habla a su celular y el hombre responde, en un supuesto intento por ocultar que se conocían. Además, Bonanno jamás se mostró inquieta por la presencia del joven -casi encapuchado- detrás de ella.
Hay un dato que llama la atención. En el video se ve a la abogada mientras espera por varios minutos en la puerta hasta que bajan a abrirle y durante todo ese tiempo, el presunto asesino permaneció detrás de ella a pesar de que otros habitantes del edificio entraron y salieron. Es decir, que si efectivamente era un vecino que se olvidó las llaves, alguien lo hubiese dejado entrar. Pero esto nunca ocurrió.
Otro aspecto que motivó la detención es que aún no se entiende por qué el asesino no la mató si era una potencial testigo. Usualmente, explicó la Policía, las personas que son contratadas para este tipo de "trabajos" tratan de no dejar ningún rastro, por lo que haberla dejado con vida elevó las sospechas de los investigadores.
La mujer había representado legalmente a Naged Ramírez y otros tres mexicanos en la causa "Bobinas Blancas" iniciada en el juzgado federal de Zárate Campana en 2017. Se trata de un caso en el que secuestraron casi una tonelada y media de cocaína que iba a ser exportada a Canadá. El narco estuvo detenido, acusado de diseñar el sofisticado mecanismo para ocultar el cargamento en bobinas de acero.
Estuvo preso, pero fue liberado hace pocos meses tras sufrir un ACV. Por eso, los investigadores creen que su muerte está vinculada a un ajuste de cuentas.
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