Drama, misterio y descontrol: la historia detrás de la muerte del joven argentino en un hostel de Ecuador

Juan Ignacio Figueroa Stazi, un mochilero de 25 años, fue hallado muerto en una habitación del hostel Kamala, en la localidad ecuatoriana de Montañita. Según la autopsia, murió por un paro cardiorrespiratorio por muerte súbita. El cuerpo estaba sobre una cama y al costado solo había una botella de alcohol vacía. Así, sin mayores datos, la justicia ecuatoriana cerró el caso y le comunicó la noticia a la familia. Sin embargo, el caso aún arroja muchas dudas y sus padres descreen de la investigación de la policía de ese país.

Mercedes Stazi, la mamá del joven, y Fabio Bonamico, el padrastro, dialogaron con Infobae sobre la muerte de Juan Ignacio. Revelaron, entre varias cosas, cómo vivía en Ecuador, las dudas sobre el comportamiento del dueño del hostel y sobre todo del descontrol que reina en la tristemente célebre Montañita, un lugar en el que varios viajeros argentinos fueron asesinados en distintas circunstancias.

"Nacho", como le dice su familia, llegó al hostel en septiembre del año pasado luego de recorrer varios rincones de Sudamérica. Como suelen hacer miles de mochileros, comenzó a trabajar en ese lugar a cambio de techo, comida y algunos dólares que le permitieran seguir con su travesía. Fue así que su vida se convirtió de a poco en un completo descontrol, rodeado de drogas, alcohol y fiesta pero al mismo tiempo, muchas horas de trabajo. Tras la muerte, los padres se enteraron de las condiciones precarias a las que era sometido su hijo por el dueño del establecimiento a cambio de poco dinero.

"Pasaba hasta 50 horas despierto. Decía que tomaba droga para aguantar y después dormía por dos días. Él estaba feliz y estaba a punto de irse, pero en ese lugar pasa de todo. Hay connivencia con la policía y las autoridades. Hay mucha corrupción", denunció Fabio a este medio. El propietario del negocio es un ciudadano de origen australiano identificado como James Ado, quien después del fallecimiento del joven cortó todo tipo de comunicación con la familia. "Nunca me atendió. Me bloqueó", dijo a su turno Mercedes. "Hasta le retuvo el pasaporte", añadió.

Según la mujer, después de que hallaron muerto a Juan Ignacio ocurrieron sucesos extraños que lo único que dejan son dudas. "Nacho se fue con una mochila que nunca apareció y en la habitación no había un rastro de nada. Están ocultando todo. Decían que tenía solo dos bolsas con ropa y que estaba prácticamente en situación de calle, pero no era así".

Resaltó que recibieron mensajes de amigos del joven y de vecinos de la zona, quienes le informaron que en el hostel se manejan en connivencia con la policía y las mafias. Que se dedican a contratar chicos como voluntarios para que trabajen más. "En una oportunidad, un amigo de Nacho le dijo que se fuera de ese lugar. Cuando el dueño se enteró, le mandó un mensaje insultándolo y preguntándole 'por qué se hacía el sindicalista' al llenarle la cabeza. Le ofreció 50 dólares más y lo convenció", contó a su vez el padrastro.

El joven dejó su casa en Rosario en marzo de 2017. Según Fabio, pasó de las computadoras a la fiesta que le ofrecía su nuevo estilo de vida, rodeado de extranjeros, amigos nuevos y acceso a casi todo lo que quería. Estudió la carrera de traductorado de inglés y trabajó como operador en una radio local antes de emprender su nuevo camino. "Yo le decía que se cuidara y él nos decía que tenía todo bajo control pero la calle lo comió. Vivió en pocos años lo que yo hice en varios", lamentó el hombre.

La última noche, la denuncia y las dudas

Es muy poco lo que se sabe de las últimas horas con vida de Juan Ignacio.  Al parecer estuvo en una fiesta la noche anterior a ser encontrado muerto. "Para mí Nachito se pasó. O estuvo con alguien que tomaba más que él y no aguantó", reveló Mercedes. "No sabemos más que lo que nos dicen las personas que nos escribieron", sostuvo.

Con la gran cantidad de irregularidades en torno al hecho, la familia elevó una denuncia ante la Cancillería con dos objetivos: repatriar los restos y las pertenencias del joven, que "misteriosamente" -dicen los padres- aparecieron con el correr de los días, y que se tomen las medidas necesarias para que esto no vuelva a sucederle a otro joven. "A Nacho no lo devuelven más", expresó.

"A partir de la difusión en las redes, nos empiezan, literalmente, a llover infinidades de testimonios de testigos que estuvieron en el lugar, que estuvieron con Nacho hasta último momento, que conocen cómo se manejan en ese lugar y hasta de habitantes de Montañita que pagan las consecuencias de la mala reputación que esta gente les hace. A su vez, hasta nos pidieron que por favor hagamos algo para que este establecimiento se cierre y que rescatemos a otro chico que no es ciudadano argentino, quien también en este momento está al borde de la muerte en las mismas condiciones físicas que mi hijo", denunció Mercedes.

En la denuncia, los familiares señalaron que "sugestivamente", la policía no encuentra rastros de droga en la habitación donde, teóricamente, encuentran a Nacho. "Digo teóricamente la habitación porque previamente trataron de sacar del lugar su cuerpo en un taxi, pero al no poder subirlo por la rigidez del mismo, al reconocer el taxista que mi hijo se encontraba muerto, se niega a trasladarlo; por lo que deducimos que, o bien limpiaron la habitación o lo trasladaron a otra, para que cuando llegara la policía no hubiera restos de drogas", aclaró la madre.

La lucha por los restos, la solidaridad y el momento de la trágica llamada

Mientras elevaron el reclamo por esclarecer el episodio, sus padres iniciaron una campaña en las redes sociales para recaudar fondos para repatriar los restos del joven. "Pensamos que Cancillería se iba a hacer cargo pero no fue así. Nos dijeron que teníamos que pagarlo nosotros y nos dieron dos presupuestos. De 2 mil y 4 mil dólares. Yo tengo un recibo de 19 mil pesos. ¿Cómo me voy a hacer cargo de eso?", criticó Fabio.

Gracias a un amigo de Juan Ignacio, juntaron 2700 dólares australianos (unos 2000 dólares americanos) a través de una página de internet. Finalmente, el gobierno de la provincia de Santa Fe informó que se hará cargo de los costos del traslado, que iniciarían el miércoles. El dinero será donado a una organización que lucha contra la violencia de género.

"Yo me voy a traer las cenizas porque no me da el cuero para pedir por más plata para traer el cajón", dice Mercedes con una entereza que conmueve. "La Cancillería debió hacerse cargo de todo. No nos llamaron ni para darnos el pésame. El día que nos enteramos fue por un mensaje de Facebook de un policía de Montañita. Apenas supo, mi mujer se desmayó y empezamos a averiguar qué hacer. No pensamos que nos iban a dejar solos", relató a su turno Fabio.

Los trámites para repatriar el cuerpo comenzaron esta semana, pero están esperando el dinero de la Gobernación. Ambos coincidieron en decir que no van a avanzar en una denuncia para que se investigue porque saben "que se enfrentan a poderes muy densos". "Sabemos que a  Nachito no lo vemos más y no queremos ahondar en eso. Si Cancillería quiere hacer algo de oficio está bien, pero no nosotros. Nos derrumbaron la vida", finalizó la mamá.

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