Cruces entre Nación y el gobierno mendocino por el traslado de dos elefantes a Brasil

Desde el año pasado se viene preparando el viaje hasta el Mato Grosso. Allí está Mara, la primera elefanta en dejar Argentina para vivir en un santuario con animales de su especie

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El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible resolvió consultar a la Justicia de Mendoza por el tema (argentina.gob.ar)
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible resolvió consultar a la Justicia de Mendoza por el tema (argentina.gob.ar)

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional resolvió consultar a la justicia mendocina sobre la decisión de trasladar a dos elefantas a un área protegida privada de Brasil. La solicitud se efectuó en base a una inspección que realizó en el país vecino la Brigada de Control Ambiental (BCA) de ese ministerio en febrero al Santuario de Elefantes de ese país, ubicado en las afueras de Cuiabá, en el estado de Mato Grosso.

La finalidad de la visita fue ver allá mismo las características de las instalaciones del establecimiento y las condiciones sanitarias en las que se encuentran los animales. Allí por ejemplo habita la elefanta Mara, trasladada desde el Ecoparque porteño en mayo de 2020 y es por eso que era imprescindible tomar conocimiento directo de las condiciones del lugar

Luego de la fiscalización se realizó una capacitación de los agentes del cuerpo de control argentino, brindada por el nombrado organismo brasileño de control en materia de cooperación internacional para la lucha contra el tráfico ilegal de vida silvestre.

Por su parte, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) constató que “el espacio donde vivirían las elefantas no se encontraba registrado como santuario sino que estaba caracterizado como criadero”.

“Una de las condiciones requeridas para trasladar a estos animales es que sean dirigidos a lugares en los que esté expresamente prohibida su reproducción”, detallaron desde la cartera de Ambiente en un comunicado.

Además, según informó la agencia Télam, explicaron que la inexistencia de la categoría de santuario para el espacio de acogida constituye un “llamado de atención” y motiva el planteo postulado por el Ministerio a la Justicia.

En virtud de esta consulta, deberá ser la Justicia provincial la que defina si los ejemplares deben ser trasladados a un santuario en Brasil o a otro dentro del territorio argentino. Pero las miradas con la gestión provincial son contrapuestas.

La inspección de la Brigada de Control Ambiental argentina al Santuario de Elefantes Brasil, ubicado en las afueras de Cuiabá, en el estado de Mato Grosso (argentina.gob.ar)
La inspección de la Brigada de Control Ambiental argentina al Santuario de Elefantes Brasil, ubicado en las afueras de Cuiabá, en el estado de Mato Grosso (argentina.gob.ar)

El diario local El Sol informó que la Provincia de Mendoza denunció en la noche de este miércoles “trabas de Nación” para que las elefantas que quedan del viejo zoológico puedan ser transportadas al santuario en cuestión.

A través de su secretario de Ambiente, Humberto Mingorance, acusaron a la cartera nacional por no habilitar las autorizaciones correspondientes para el traslado.

Contamos hace meses con todas las autorizaciones correspondientes para hacer efectivo el traslado a Brasil, que significa una mejor calidad de vida para las elefantes”, explicó el funcionario provincial.

La elefanta Pocha de 56 años llegó a Mendoza en 1968 y fue allí donde nació su hija, Guillermina que nunca experimentó la vida fuera del zoológico. El diario mendocino detalló que el 30 de agosto del año pasado el gobierno nacional había autorizado el traslado por el paso fronterizo Puerto Iguazú en la provincia de Misiones y se esperaba que proximamente los animales dejaran la provincia.

Sin embargo, a pesar de la resolución firmada desde Ambiente y publicada en el Boletín Oficial, las elefantas no pudieron ser trasladadas. En marzo llegaron al distrito los contenedores en donde Pocha y Guillermina dejarían el Ecoparque con destino al santuario brasileño donde vive Mara.

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