
Entre enero y septiembre, las ventas de maquinaria agrícola, que incluyen tractores, cosechadoras, sembradoras e implementos, alcanzaron un total de $2 billones, según señala un informe del el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este monto, ajustado por la variación de precios, refleja un leve crecimiento de 0,1% respecto al mismo período del año pasado, aunque aún se mantiene un 4,8% por debajo de la media de los últimos cinco años. A pesar de este leve aumento, las cifras generales evidencian una caída en términos históricos.
En volumen, las ventas totalizaron casi 13.000 unidades, lo que representa un aumento del 11% en comparación interanual, pero un retroceso del 9,5% respecto al promedio quinquenal.
Este crecimiento interanual, sin embargo, se desaceleró en el tercer trimestre del año. Entre julio y septiembre, las ventas de maquinaria agrícola cayeron un 10,6% en comparación con el mismo trimestre de 2024, y los valores facturados registraron una disminución significativa del 19,5% en términos reales.

El panorama de ventas, condicionado por diversos factores económicos, revela una tendencia creciente de cautela entre los productores y una ralentización de las inversiones. La volatilidad cambiaria y la incertidumbre económica generada por las tensiones electorales recientes afectaron la confianza de los actores del mercado, quienes se mostraron más cautelosos al momento de financiar la compra de equipos.
A pesar del freno observado en el tercer trimestre, las proyecciones hacia finales de año muestran un leve optimismo. Los últimos reportes de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) indicaron que en octubre y noviembre se patentaron más de 1.000 unidades de maquinaria agrícola, aunque todavía con una caída interanual del 17,2%. Sin embargo, si la situación macroeconómica logra estabilizarse y se concretan mejores perspectivas de cosecha, el sector podría experimentar una reactivación en los próximos meses.

Otro dato relevante en el informe del INDEC es la creciente participación de las máquinas de origen extranjero. A pesar de que las unidades nacionales siguen siendo mayoría, las importaciones de maquinaria agrícola alcanzaron el 16% del total de ventas, un incremento significativo respecto al promedio histórico.
Desde una perspectiva sectorial, la evolución en las ventas de tipos de maquinaria revela tendencias mixtas. Los implementos lideraron las ventas con el 44% del total, seguidos por los tractores con el 39%, mientras que las sembradoras y cosechadoras representaron una menor proporción del total vendido. Sin embargo, en términos de valor, los tractores se destacaron como el segmento de mayor facturación, dado su precio unitario más elevado.

Entre los segmentos más dinámicos, los implementos vieron un repunte de 22% respecto al mismo período de 2024, aunque todavía se encuentran por debajo de los niveles promedio de los últimos años. Los tractores, por su parte, mostraron una leve mejora de 1% en relación al año anterior, pero un claro estancamiento frente al promedio histórico.
A pesar de este panorama, el sector enfrenta desafíos estructurales que impiden una renovación profunda del parque de maquinaria en el país. Según la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), un porcentaje significativo de los equipos en uso tiene más de 10 años, lo que limita su eficiencia y encarece los costos operativos.
Las causas de este envejecimiento son diversas, pero se destacan la falta de financiamiento accesible y estable, así como la carga fiscal elevada y la competencia con maquinaria importada, que complican la modernización del parque. De cara al futuro, AFAT también hizo énfasis en el rol estratégico que la innovación tecnológica desempeñará para mejorar la eficiencia y competitividad del sector, señalando que las máquinas más avanzadas, como aquellas con sensores autónomos y aplicaciones de inteligencia artificial, pueden reducir significativamente los costos operativos y mejorar los rendimientos.

El presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Hernán Zubeldía, por su parte, puntualizó: “estamos trabajando en forma transversal con el resto de las instituciones que forman parte del ecosistema agro, y podemos demostrar que en la Argentina la agroindustria es una amalgama entre agro e industria que permite que ambos sectores de potencien, logrando que nuestro país sea el más eficiente del mundo en términos agrícolas”
En cuanto a las perspectivas para el sector, puntualizó: “por un lado, estamos realizando el análisis de precios de nuestras máquinas respecto de lo que valen en Brasil y EEUU, que son nuestros mercados de referencia. Y por el otro, estamos haciendo un detalle muy fino de cada uno de los pasos de la cadena de valor para ver cuáles son los costos que tiene cada uno”
Zubeldía consideró que los industriales de maquinaria agrícola son “muy eficientes puertas adentro”, pero tienen “una gran ineficiencia del portón de la fábrica hacia afuera”.

Desde CAFMA, además, trabajan en el desarrollo de la marca sectorial AGRINOVA para certificar a las empresas que cumplen con los criterios establecidos para la maquinaria agrícola nacional, fortaleciendo así la identidad del sector. Esta herramienta permite el seguimiento de la participación de la producción nacional en las ventas y de su impacto económico en las regiones donde se desarrolla la industria.
Desde CAFMA explican que para ser considerados de fabricación nacional, los productos deberían respetar un Contenido Máximo Importado (CMI): 40% en implementos, instalaciones y maquinaria de arrastre; 45% en autopropulsadas; y 50% en equipos de agricultura de precisión.
El objetivo es promover que la mayor parte del valor provenga de piezas, mano de obra y procesos locales, acompañado por requisitos de servicio postventa, garantía documentada y presencia digital activa para garantizar respaldo al cliente.
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