El té argentino ha dado un paso clave en su reconocimiento y protección internacional. La Secretaría de Agricultura de la Nación otorgó oficialmente la Indicación Geográfica (IG) al té producido en Misiones y Corrientes, dos de las principales provincias productoras de esta bebida típica del país.
La Indicación Geográfica es un sello distintivo que certifica la calidad y el origen de un producto, reconociendo no solo sus características distintivas sino también el impacto de la región en la calidad del producto. En este caso, el té producido en las provincias de Misiones y Corrientes adquiere así un marco legal que lo identifica como un producto de calidad, cultivado en un entorno geográfico único.
Este reconocimiento oficial tiene como principal objetivo proteger el té argentino y promover su producción, resguardando tanto su autenticidad como su origen. Además, se busca asegurar que los productos que obtienen esta certificación cumplan con altos estándares de calidad, al tiempo que fomenten prácticas agrícolas responsables que respeten el medio ambiente y la biodiversidad de las regiones productoras.
Indicación Geográfica, trazabilidad y autenticidad
La Indicación Geográfica también representa una oportunidad para los pequeños productores locales, ya que permite que el té de Misiones y Corrientes se posicione en mercados internacionales con el respaldo de un sello que avala su trazabilidad y autenticidad. Esto, a su vez, abre nuevas puertas para exportaciones y para fortalecer la economía regional, al poner en valor el trabajo de las familias productoras que hacen posible esta bebida tan representativa de la cultura argentina.
La certificación también tiene una clara dimensión de sostenibilidad, ya que promueve el uso de técnicas de cultivo responsables con el entorno natural. En este sentido, los productores estarán incentivados a seguir prácticas que no solo mejoren la calidad del té, sino que también contribuyan a la preservación del medio ambiente y al desarrollo económico local.
La solicitud para la aprobación de esta Indicación Geográfica fue presentada por la Asociación Abierta sin Fines de Lucro “Consejo de la Indicación Geográfica Té Argentino”, un organismo que agrupa a productores y otros actores del sector con el fin de promover este tipo de certificaciones y resguardar la identidad del producto.
El Código Alimentario Argentino establece que el término “té” se refiere exclusivamente al producto obtenido del procesamiento de las hojas, yemas, pecíolos y tallos tiernos de la planta Camellia sinensis. El proceso de preparación, que varía según la cultura, va desde el té hervido hasta el molido y el infundido. La última técnica es la más común y consiste en verter agua caliente sobre las hojas del té, lo que da lugar a la bebida tan característica y apreciada en todo el mundo.
El té es una de las bebidas más consumidas en el mundo
El té es una de las bebidas más consumidas en el mundo, solo por detrás del agua. Su origen se remonta al sur de China y el sudeste asiático, donde comenzó a cultivarse en el siglo XVIII a.C. Desde allí, la planta se expandió a otras partes de Asia, África y América del Sur, gracias al intercambio cultural y comercial. En la actualidad, más de 40 países en diversas regiones tropicales y subtropicales alrededor del mundo, producen té, y el mercado global sigue en expansión.
La planta que da vida a esta bebida es la Camellia sinensis, cuyas hojas y brotes son utilizadas en la elaboración de diferentes tipos de té. Se trata de un árbol pequeño, perenne, que puede crecer entre 1 y 9 metros de altura. Sin embargo, cuando se cultiva para la producción de té, se suele recortar para que no sobrepase los 2 metros.
Verde, blanco, negro, amarillo, rojo…
El té como bebida ha evolucionado a lo largo de los siglos, y hoy en día se puede encontrar en diversas variedades, como el té verde, blanco, negro, oolong, amarillo, Pu-erh o rojo, todas dependiendo del grado de fermentación y oxidación que se aplique a las hojas. Esta diversidad ha dado lugar a una rica tradición de ceremonias y rituales asociados al té en diferentes culturas del mundo. El consumo de té se ha consolidado como una práctica social en numerosos países.
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