Shazam! La furia de los dioses (Shazam! Fury of the Gods) es la secuela de la adaptación cinematográfica del personaje de DC Comics realizada en el año 2019. Tal había sido el éxito de la primera película que apenas se estrenó ya se empezó a trabajar en esta segunda parte que llegó en marzo a todo el mundo. El héroe de estas películas es Billy Batson, un adolescente que ha recibido superpoderes y junto con sus hermanastros forman un grupo inusual y no del todo maduro para combatir el mal.
En el largometraje del año 2019, el héroe Shazam recordaba más a Quisiera ser grande que a los justicieros de DC. Mucho humor, simpatía y autoconciencia para mostrar a un adolescente en el cuerpo de un superhéroe o un superhéroe con la mente de un joven. El recuerdo de la serie de televisión y el grito “¡Shazam!” No eran suficientes, pero quedaba claro que se buscaba algo de la ligereza con la cual Marvel hoy domina el género. La búsqueda sigue aquí, pero lamentablemente todo se ha vuelto más grandilocuente, con efectos visuales ruidosos y torpes, y con momentos más serios y aparatosos.

Las Hijas de Atlas, unas mujeres, antiguas diosas, vienen a buscar la magia que les fue robada en un remoto pasado. Hespera (Helen Mirren) Kalypso (Lucy Liu) y Anthea (Raquel Zegler) son estas tres deidades dispuestas a destruir al mundo si no consiguen su objetivo. La batalla con estos personajes, más allá del humor, tiene un tono de película de superhéroes al estilo de las peores producciones de Marvel, aquellas que fallan sin remedio por no poder encontrar una identidad bien definida.
A ¡Shazam! se la menciona como la más “Marveliana” de las películas del Universo DC por su humor y su estilo ligero y multicolor. Pues no es ni una cosa ni la otra, todo queda en un híbrido que exprime los chistes con Zachary Levi en su rol de héroe inmaduro e inseguro, pero ya no tiene de dónde sacar algo nuevo.

Es cierto que la película intentó algo distinto y aún en este secuela plantea cambiar algo, sin embargo, no es sólo un problema de ideas, sino también de eficacia. Tener a Mirren tan fuera de tono y sin ganas debe ser una especie de récord. Una de las más versátiles actrices del mundo, capaz de un drama de época a una comedia de acción sin problemas, acá no es creíble, algo que no imaginaba nadie que a ella le pudiera pasar.
Eso habla de las falencias de una producción que quiere ser liviana pero tiene todo el peso de personajes gigantescos y temas solemnes. Queda alguna sorpresa que no anticiparemos y escenas en los créditos, el resto es una fórmula que en dos películas ya parece completamente gastada.

¡Shazam! La furia de los dioses tuvo su paso por los cines y llegó este 23 de mayo a HBO Max.
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