¿Documental del Vaticano sobre el Papa León XIV tendrá segunda parte?: Esto dijo el realizador del largometraje

La cinta recorre la misión del papa León XIV en Perú a través de testimonios y escenas locales. Su director dejó abierta la posibilidad de una secuela centrada en otra etapa de su vida

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Salvatore Cernuzio, periodista del Vaticano y realizador del documental, relató cómo fue grabar en seis ciudades del Perú en tiempo récord. (Andina Noticias)

Una vida dedicada al servicio. Ese es el corazón de “León de Perú”, el documental estrenado por el Vaticano que narra el recorrido pastoral del actual papa León XIV, Robert Francis Prevost, durante los casi 40 años que vivió y trabajó en el Perú. La producción audiovisual, impulsada por el Dicasterio para la Comunicación, repasa escenas, testimonios y momentos en los que su labor misionera dejó huella en distintas regiones del país.

La cinta no solo se centra en el hombre que llegó al Vaticano, sino en su entrega como sacerdote, formador, párroco y obispo en comunidades peruanas marcadas por la pobreza, la emergencia y el abandono. Desde las zonas rurales de Chulucanas hasta su labor como obispo en Chiclayo, pasando por experiencias complejas como las inundaciones del fenómeno El Niño, la pandemia de COVID-19 o la lucha contra la trata de personas, la cinta recoge la dimensión social y espiritual de su paso por el país.

Disponible gratuitamente en YouTube y en los canales oficiales del Vaticano, el mediometraje está doblado en español, inglés e italiano. Su propósito, según el equipo detrás de la realización, es acercar al público a la humanidad y profundidad espiritual de quien, antes que pontífice, fue misionero.

El papa León XIV durante
El papa León XIV durante su labor pastoral en el norte del Perú, acompañando a comunidades en momentos de emergencia. (Captura "León de Perú" / Vatican News)

¿Habrá secuela del documental del Papa León?

Aunque “León de Perú” se enfoca exclusivamente en la etapa misionera de Robert Prevost en el Perú, la historia del sumo pontífice guarda otros capítulos por explorar. Durante una entrevista con Andina, el periodista y realizador audiovisual Salvatore Cernuzio dejó abierta esa posibilidad al mencionar, entre risas, que espera una segunda parte “en Chicago”, la ciudad donde Prevost nació y comenzó su camino religioso como agustino.

Prevost fue ordenado sacerdote en Estados Unidos, donde también ejerció su ministerio antes de llegar a Perú en 1985. De concretarse una nueva entrega, esta podría centrarse en su formación, su trabajo con comunidades estadounidenses y el proceso que lo llevó hasta Roma.

Por ahora, el largometraje se enfoca en el tramo más extenso y transformador de su vida: el que vivió en Perú, inmerso en las realidades sociales que marcaron su vocación. Y si la historia continúa, como insinuó su director, será para seguir contando la misión desde otras fronteras.

Las misiones que marcaron su trayectoria en Perú

El periodista italiano detalla las escenas más impactantes del documental y el testimonio que más lo conmovió durante el rodaje. (Video: Andina Noticias)

Durante la entrevista, Salvatore Cernuzio compartió cuáles fueron los momentos más significativos de las grabaciones y las acciones del entonces obispo que más lo conmovieron. Una de ellas fue su papel como administrador apostólico del Callao durante la pandemia. En medio de la pandemia, organizó el envío de alimentos, medicinas y agua a familias que enfrentaban hambre extrema. Incluso utilizó mensajes grabados en video para acompañar espiritualmente a los más afectados.

Otro episodio que impactó al equipo de grabación fue el de las inundaciones en el norte peruano. Fotografías del obispo caminando entre el agua circularon en Roma, pero, según Cernuzio, no siempre se comprende la profundidad de ese gesto. Prevost manejaba el camión, distribuía kits de emergencia y visitaba casas para escuchar a quienes lo habían perdido todo. No delegaba: estaba presente.

Entre los testimonios recogidos, uno que quedó grabado en el corazón del equipo fue el de Sylvia, una mujer víctima de trata en Chiclayo. Ella narró cómo Prevost se involucró con las trabajadoras sexuales del lugar, las recibió sin juicios, compartió celebraciones con ellas y las alentó a cambiar sus vidas, abriendo pequeños negocios. Para muchos, lo llamaban simplemente “el padrecito”.

Para Cernuzio, ese tipo de gestos revelan lo más profundo de su vocación. No solo era un obispo, sino un misionero cercano, “de casa”, que caminó al lado de su pueblo. “Había respeto por su autoridad, pero también un cariño sincero por el padre Roberto porque supo conservar su espíritu misionero, propio de quien está inmerso en la realidad social”, concluyó.