La verdadera historia detrás de las barras de color blanco, azul y rojo en las barberías

Hoy en día pasar por una barbería es tan común como lo es el clásico poste azul, blanco y rojo que se puede encontrar en la fachada de estos establecimientos. Al verlo, nuestro cerebro automáticamente reconoce el local como el idóneo para realizar ese corte de cabello deseado o simplemente recibir un servicio relacionado a la estética.

Algunos tienen este poste implementado con su versión giratoria, otros, con un poco menos de presupuesto, optan por la simpleza de una buena pintura. Pero en todos los casos, este elemento va más allá de una decoración, ya que tiene sus orígenes en tiempos de antaño y está ligado a la práctica médica medieval.

Es importante mencionar que su uso data del siglo XVII, es decir, épocas medievales en Europa, donde el oficio de barbero no se limitaba únicamente a labores de embellecimiento y cuidado de la estética, sino que estos realizaban algunas tareas ligadas a la medicina, como la extracción de muelas o cirugías menores, por lo cual se les conocía también como cirujanos barberos; toda una profesión que llegó a realizar otros procedimientos como la preparación de ungüentos, colocación de huesos, amputaciones, enemas, entre otros.

Sin embargo, también hubo otro grupo de hombres que se encargaban de estos menesteres mucho antes de los barberos. Estos eran los monjes o clérigos, quienes realizaban procesos como las sangrías.

Sin embargo, en el año 1163 el papa Alejandro III prohibió que estas prácticas se llevaran a cabo por miembros del clero, dejando la puerta abierta para que finalmente los barberos incluyeran las sangrías dentro de su oferta para el público, ya que los médicos no se hacían cargo de procedimientos que consideraban demasiado ‘sencillos’.

Se dice que tradicionalmente se mantuvieron únicamente estos dos colores, sin embargo, en América se agregó el color azul, que podría ser un guiño a la bandera de Estados Unidos. No obstante, también se cree que el azul podría representar a las venas y el uso de un poste no sería casual, ya que algunas teorías apuntan a que este se usaba por los pacientes para apretarlo y marcar la vena que sería objeto de la sangría.

Lo cierto es que los negocios de barbero eran reconocidos desde la antigüedad por estos postes que tenían amarrados los pañuelos con el color rojo, blanco y azul. Sin embargo, a mediados del siglo XVI en Inglaterra se emitió una prohibición para evitar que los barberos realicen ciertas intervenciones quirúrgicas y con el paso del tiempo las sangrías fueron desacreditadas por los nuevos avances de la medicina, quedando solo como un recuerdo.

Incluso en Perú se luchó por mucho tiempo contra la informalidad en la medicina, especialmente cuando las personas solían acudir a curanderos, charlatanes y, por supuesto, barberos. Afortunadamente estos profesionales volvieron a sus labores habituales, pero en muchas partes del mundo siguen llevando esta particular decoración que forma parte de su larga historia.

El costo de una barra blanca, roja y azul de las barberías puede variar dependiendo de varios factores tales como el tamaño, los materiales utilizados, si es manual o automática (con movimiento giratorio y luz incorporada), y el lugar de compra. También es importante considerar que los precios pueden cambiar en función de los costos de envío cuando la compra se realiza a través de internet.

En estos canales digitales, se pueden encontrar diversas opciones de precios que se adaptan al presupuesto o a las necesidades de los barberos. Por ejemplo, en la página web de Mercado Libre, es posible adquirir el producto por S/406. Mientras tanto, en AliExpress, el precio disminuye a S/251, lo cual se debe a que el producto es más pequeño en comparación con los ofrecidos en el primer portal.

Las barras rojo, blanco y azul en las barberías son un símbolo reconocido internacionalmente, utilizado en muchos países alrededor del mundo. Esta tradición, que tiene su origen en Europa y su uso data del siglo XVII, se ha expandido globalmente con el paso de los siglos.

En Perú, cada vez más empresarios que emprenden un negocio de barbería optan por colocar un cilindro multicolor en el frontis de sus locales. Es importante aclarar que nuestro país no es el único que adopta esta práctica. En naciones de Latinoamérica, como Argentina, así como en países europeos, como España, instalan estas peculiares barras. Esta costumbre también ha llegado a Asia, específicamente a Corea del Sur y Japón.

La diferencia principal entre un barbero y un peluquero radica en los servicios que ofrecen y en la formación que reciben para especializarse en el cuidado del cabello y del vello facial.

Un barbero se especializa principalmente en el corte de cabello masculino y el afeitado o arreglo de barba y bigote. La tradición de la barbería se centra en técnicas específicas para el manejo del vello facial, incluyendo el uso de navaja para el afeitado. Además, algunos barberos ofrecen servicios complementarios como limpiezas faciales o masajes en el área del cuello y hombros, enfocándose en un ambiente más orientado hacia el público masculino.

Por otro lado, un peluquero o estilista ofrece servicios de corte, coloración, peinado y tratamiento del cabello tanto para hombres como para mujeres. Su formación abarca un conocimiento más amplio sobre las distintas técnicas de estilizado, uso de color y cuidado del cabello, adaptándose a las tendencias actuales en peinados y cuidados capilares. Los peluqueros también están capacitados para realizar análisis de cabello, brindando asesoramiento sobre los tratamientos más adecuados según el tipo y la condición del cabello.