Qué significa la victoria de Milei para la bolsa argentina y cómo influenciará las elecciones de medio término de EEUU

El repunte del mercado bursátil argentino tras el triunfo legislativo del Gobierno refleja la influencia de la política en los mercados y anticipa posibles repercusiones en los comicios estadounidenses de medio término en 2026

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El presidente Javier Milei
El presidente Javier Milei

Tras caer durante todo el año, desde los mínimos de septiembre, la bolsa argentina se ha disparado un 69,3% en pesos y un 76,1% en dólares. Las pérdidas del 33,5% en pesos hasta ese momento han dado paso a ganancias del 12,5%, y la caída del 53,5% (en dólares) se atenuó hasta el 18,2%.

Detrás de esta evolución se encuentra la victoria de Milei en las elecciones legislativas. Estos resultados reflejan cómo los mercados ponderan la política y presentan un factor que será clave en 2026: las elecciones de medio término en Estados Unidos. Históricamente, esta cita electoral ha sido decisiva para la renta variable del país y de todo el mundo.

Las sorpresas generan las mayores fluctuaciones en los mercados, y el triunfo de La Libertad Avanza fue una bien grande. Milei estaba perdiendo popularidad a principios de año y las expectativas de su derrota se dispararon cuando el partido Fuerza Patria, del opositor Axel Kicillof, ganó las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Todos daban por hecho que Milei perdería las legislativas, como antesala de una derrota en las presidenciales de 2027.

Los resultados reflejan cómo los mercados ponderan la política y presentan un factor que será clave en 2026

Admito que estoy a favor de muchas reformas de Milei. Son duras, pero favorecen la interacción de las fuerzas del mercado, lo que, a la larga, beneficiará a Argentina. Aunque no fuera así, su política es bien conocida, lo que ayuda a mantener el statu quo.

La recuperación de Fuerza Patria implica el riesgo de repetir los giros desestabilizadores que trajeron consigo los cuatro últimos comicios presidenciales, desde el modelo peronista al reformista, y viceversa. Después de los vaivenes regulatorios, de la política cambiaria, de las medidas contra la inflación y de la política monetaria, la amenaza de otro cambio brusco se cernía sobre el país.

Los mercados descuentan los temores y opiniones generalizados, y anticiparon los problemas para Milei. De ahí la caída del Merval antes de octubre. El índice se desplomó el día después de las elecciones locales de septiembre para tocar fondo unos días después. Así, cuando el partido de Milei ganó en octubre, los mercados volvieron a descontar la continuación del statu quo. Un alivio que propició que el Merval registrara el “milagro” que las elecciones de medio término suelen traer consigo.

Por otro lado, 2026 será el segundo año de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, que, en noviembre, celebrará sus elecciones de medio término. Estos comicios tienen importantes implicaciones que ya comentaré en mis perspectivas para 2026.

Los presidentes concentran sus medidas en su primer y segundo año de mandato, antes de que llegue el bloqueo propio de las elecciones de medio término

La dilatada trayectoria bursátil de Estados Unidos y la regularidad de su ciclo electoral revelan la relación entre la política y los mercados. En las elecciones de medio término, el partido del presidente suele perder bancas en el Congreso, lo que da paso a un bloqueo legislativo que impide la aprobación de reformas estructurales y mantiene el statu quo, lo cual es un factor alcista. La gran relevancia de estos comicios recae en el hecho de que marcan un punto de inflexión.

Los presidentes concentran sus medidas en su primer y segundo año de mandato, antes de que llegue el bloqueo propio de las elecciones de medio término. Fruto de ello, el S&P 500 ha subido en el 60% de esos dos años, frente al 92% de los terceros y el 84% de los cuartos. Además, los segundos años, como es el caso en 2026, presentan la rentabilidad media más baja (7,5%), si bien es consecuencia de una gran dispersión de los datos. Los períodos de auge, como 1954 (52%) y 1998 (29%), se ven contrarrestados por otros menos positivos, como 2002 (–22%) o 2022 (–18,1%). Es decir, manifiestan una enorme volatilidad relativa, tanto al alza como a la baja.

El grueso de las caídas tiene lugar justo antes de las elecciones de medio término, tal como ha ocurrido con el Merval este año. En los tres trimestres anteriores a los sufragios de medio término en Estados Unidos, la renta variable ha avanzado históricamente el 48%, el 56% y el 60% de las veces, respectivamente. Pero, en los tres posteriores a estos comicios, se ha obrado el milagro y ha subido el 84% de los cuartos trimestres y el 88% de los primeros y segundos posteriores. El bloqueo de medio término mitiga los riesgos políticos y la incertidumbre, como ha sido el caso en Argentina.

Ahora bien, aunque la política estadounidense sea solo una de las variables de mis previsiones para 2026, es una cuestión de gran relevancia y todo apunta a que los resultados serán muy dispares el próximo año. Dado que las acciones de Estados Unidos guardan una estrecha correlación con las del resto del mundo, es de esperar que lo que pase en la política de ese país tenga repercusión a escala internacional.