
Hace poco más de un año hablábamos de que las redes sociales estaban dejando de serlo para transformarse en plataformas de entretenimiento y que cada vez más entrábamos a mirar el contenido de otros y no a compartir cosas de nuestra vida personal. No sólo eso, también decíamos que la grieta mundial no estaba ayudando a que esas plataformas sean lugares amenos, sino que todo lo contrario y que, si bien es algo muy atractivo al principio, puede traer algunos costos. Y, por último, decíamos que se venía una ola gigantesca de contenido generado por IA que iba a inundar e iba a interesarle a poca gente.
Bueno, está pasando.
Si las redes sociales no son tan sociales ni tan redes porque ellas mismas están enfocándose en los algoritmos de recomendación, es bastante lógico que la gente deje de interactuar y veamos lo que estamos viendo ahora donde el engagement va cayendo sistemáticamente en todas las plataformas y esto es básicamente porque ya no es tan divertido pasar tiempo en ellas. La polarización reinante y el contenido brainrot hace que terminemos de pasar por las redes y terminemos más aburridos, más nerviosos o más enojados cuando en realidad lo que queríamos hacer era pasarla mejor.
Seguimos teniendo redes sociales principalmente porque queremos estar en contacto con nuestros amigos y familia
Según el estudio de We Are Social seguimos teniendo redes sociales principalmente porque queremos estar en contacto con nuestros amigos y familia, pero muy cerca de eso es para pasar el tiempo libre, ¡y nadie quiere pasarla mal en su tiempo libre!
El ejemplo más evidente es Twitter, que pasó de ser un lugar para debatir, discutir, mirar cosas en tiempo real, generar memes y pasarla más o menos bien, a una plataforma de odio, bronca y fake news impulsada principalmente por su dueño y sus (ahora ex) amigos. Y esa búsqueda tiene sus consecuencias, según este estudio, Twitter cayó casi un 25% en usuarios diarios dentro de Estados Unidos en el último año, TikTok cayó casi un 10% e Instagram un 5 por ciento. ¿Saben cuál no cayó? Facebook.
Tiene bastante sentido que Twitter sea la primera en caer porque es donde el cambio fue más drástico y más notorio, lo que posiblemente la lleve al ostracismo total o le abra la oportunidad a algún Jack Dorsey de recomprarla y hacerla buena de nuevo: Make Twitter Great Again.
A esto se le suma lo que dijo no hace mucho Adam Mosseri, CEO de Instagram, que lo más usado por los adolescentes hoy son los Dm’s (mensajes directos), después las Stories y después recién el Feed. Es decir, ¡están usando Instagram para comunicarse, como una red! Y, sin embargo, lo más desarrollado son los Reels, la Tiktorización del todo.

Entonces lo que estamos viendo es que esa tiktorización de la Internet pública dejó de lado a la conversación y la socialización y se enfocó en parecerse más a la televisión (que tanto criticaba) y se fue alejando cada vez más de la posibilidad de la interacción y la sociabilización. Pero la conversación sigue siendo un motor humano necesario y cuando nos encontramos que las plataformas evitan el intercambio, aparecen alternativas: el uso de DM’s de Instagram, los grupos cerrados de Facebook, la proliferación de los grupos en Telegram y el crecimiento de Discord no son casuales, son la respuesta a esa falta de diálogo que estamos encontrando en otros ámbitos. ¡Hasta el uso de ChatGPT como amigo o psicólogo es una respuesta a eso!
La internet pública parece estar en un momento de crisis y cambio que la asemeja más a la televisión tradicional que a la promesa que habían traído las redes sociales, pero desde acá tenemos una mirada optimista sobre internet y sobre lo que viene. Como decíamos, la búsqueda de la conversación y la conexión real es algo humano y que busca soluciones todo el tiempo y desde ahí nacen cosas nuevas. Los grupos cerrados, las comunidades de Telegram o Discord, los podcast y los newsletters son herramientas que crecen año a año como solución a esa internet pública. Hasta las marcas están entrando en substack porque entienden que es un lugar para construir empatía y cercanía con sus usuarios.

Estamos seguros de que veremos mucho más de eso este año, algo que genera un desafío gigante para las marcas de consumo masivo, ya que las obliga a meterse en lugares medio cerrados, pero que les permitirá generar comunidades fuertes que las harán crecer y crear fidelidad.
El autor es CEO de Be Influencers y miembro de la Comisión Directiva de Interact
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