En memoria de Juan López, ambientalista hondureño asesinado por defender los territorios, el agua y las comunidades como muchos otros defensores de una ecología integral en América Latina
El Papa Francisco en sus encíclicas Laudato Si’ y Laudate Deum nos convoca a “cuidar y defender la vida en todas sus expresiones, es decir, cuidar la vida de las personas y sus territorios, de la naturaleza, de la vida animal y vegetal, del agua y del aire y otras manifestaciones de la vida”.
También invita, en especial a los católicos, discípulos y misioneros a que, “con alma y corazón de pastores del Pueblo de Dios, levanten fuerte su voz y se unan al clamor del Obispo de Roma.
A las personas de buena voluntad: ‘Quiero pedirles en nombre de Dios a las grandes corporaciones extractivas —mineras, petroleras—, forestales, inmobiliarias, agronegocios, que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas, dejen de contaminar los ríos y los mares, dejen de intoxicar los pueblos y los alimentos’.
“Las empresas llegan, extraen y se van, pero la gente se queda, a menudo sin alternativas” – dice Dom Beto Breis, arzobispo de Maceió, Brasil
Gran manifestación de fe de los obispos latinoamericanos en favor de los pueblos afectados por los abusos de la minería
De abril a octubre se celebraron dos importantes reuniones entre los obispos latinoamericanos bajo la luz de las enseñanzas de Laudato si y Laudato Deum del Papa Francisco y la DSI: Aparecida y Panamá.
I.- El Episcopado brasileño a través de la Comisión de Ecología Integral de Minería reunió a los obispos en Aparecida
En la asamblea convocada por la Comisión de Ecología Integral y Minería de los obispos de Brasil durante la 61ª Asamblea General de la CNBB, que concluyó el 19 de abril de 2024, se intercambiaron experiencias y reflexiones sobre el apoyo pastoral a las comunidades afectadas por la minería.
La Comisión de Ecología Integral y Minería (CEEM), en colaboración con la Red Iglesias y Minería, lanzó, en esta ocasión, el Atlas de las Iglesias en el cuidado de la Casa Común, un mapeo de los conflictos causados por las empresas mineras en Brasil y de la presencia de la Iglesia Católica junto a las comunidades.
De los 844 conflictos identificados por el Informe de Conflictos Mineros 2021, iniciativa del Comité de Defensa de los Territorios contra la Minería, un total de 318 conflictos (37%) fueron registrados con seguimiento directo por parte de entidades eclesiásticas.
La presencia de la Iglesia es particularmente significativa en las regiones fronterizas, o entre los pueblos indígenas y comunidades tradicionales. Dom Vicente Ferreira, obispo de Livramento de Nossa Senhora (BA) y presidente de la CEEM, destaca que el principio fundamental asumido por la Iglesia es la proximidad a las víctimas de sistemas económicos que generan muerte. Proximidad que implica compasión, consuelo y solidaridad, pero también un grito de denuncia y exigencia de reparación integral, ante las violaciones que sufren las personas y territorios afectados por el extractivismo depredador.
“Las empresas llegan, extraen y se van, pero la gente se queda, a menudo sin alternativas” – dice Dom Beto Breis, arzobispo de Maceió (AL), destacando que en la provincia minera de Juazeiro (BA), donde era obispo, la mayoría de los emprendimientos son extranjeros, de Canadá y China. “Las comunidades son consideradas invasoras de sus propias tierras; cuando se quedan en los territorios es como si estuvieran interfiriendo en los negocios de los grandes”. Al ser nombrado arzobispo de la capital de Alagoas, Dom Beto encontró nuevos conflictos provocados por la minería. La empresa Braskem opera en Maceió desde la década de 1970, generando graves impactos, incluida la expulsión de 60,000 personas en barrios considerados en riesgo debido a las minas subterráneas de sal gema. “Es un escenario de vaciamiento y de guerra” – describe el obispo.
La experiencia enseña que después de la acción depredadora se profundiza la pobreza: “No hay una segunda cosecha”
“Aún no hemos aprendido la lección de Niquelândia” – comenta Dom Giovani Caldas, obispo de Uruaçu (GO). Una ciudad deprimida y reducida después de un fugaz auge tras la instalación de una multinacional minera.
“Lo mismo ocurre en la Amazonía” – añade Dom Bernardo Bahlmann, obispo de Óbidos (PA). Las grandes empresas de bauxita de la región del río Trombetas dominan el territorio, imponen sus reglas y muchas veces dividen a las comunidades, debilitando su resistencia. Las economías locales están asfixiadas por estos grandes proyectos. La ilusión del desarrollo a costa del equilibrio ambiental impide comprender que “la minería no tiene una segunda cosecha”, como advierten comunidades que ya pasaron por esto.
“No es fácil resistirse a la ilusión de este falso progreso, que ofrece empleo inmediato e impactos a largo plazo” – reflexiona Dom José Ionilton Lisboa, obispo de la Prelatura de Itacoatiara (AM) desde hace siete años. En esta región de Amazonas los proyectos extractivos son de gas y petróleo. “La misión de la Iglesia es promover la educación ambiental, dando a conocer experiencias que fueron desastrosas para el medio ambiente y la población, para que no se repitan los mismos errores. Mi expectativa es que la Campaña de Fraternidad 2025, que será precisamente sobre Ecología Integral, pueda ayudar en este proceso de educación ecológica y de alerta sobre los daños causados por la minería y la exploración de petróleo y gas” – concluye Dom José Ionilton.
La peregrinación de Nuestra Señora del Agua Sucia
Varias comunidades cristianas celebran el misterio de la vida y el cuidado de la Creación con creatividad y devoción popular. Dom Francisco Cota, obispo de Sete Lagoas (MG), presenta la conmovedora experiencia de la peregrinación de Nuestra Señora del Agua Sucia, patrona de los afectados por la minería, que acompañó al pueblo de Dios en las celebraciones por los cinco años del crimen de la empresa Vale S.A. en Brumadinho. Romería de la imagen por las cuencas contaminadas por la minería.
Caminando juntos para fortalecer a las minorías abrahámicas
Dom Lauro Versiani, obispo de Colatina (ES), recuerda la Peregrinación Agua y Tierra que las comunidades celebraron, junto con obispos de Minas Gerais y Espírito Santo, en la desembocadura del río Doce, reuniendo a habitantes de todo el territorio contaminado por el lodo del desastre criminal del colapso de la represa de Vale, en Mariana (MG). “Tuvimos seminarios de reflexión y debate, escuchamos a los pueblos indígenas y momentos de celebración: son procesos eclesiásticos inclusivos y dialógicos, que fortalecen a las “minorías abrahámicas”, como nos enseña el difunto Dom Helder Camara” – considera Dom Lauro.
¿Qué hacer?, se pregunta el obispo de Aracuaí de Minas Gerais
“Necesitamos avanzar en el debate legislativo, reflexionando con las comunidades y luchando por la aprobación de leyes que limiten la acción depredadora de las empresas mineras y hagan prevalecer los derechos de quienes viven en la región, protegiendo a las comunidades y territorios” – insiste Dom Esmeraldo Barreto, obispo de Araçuaí (MG).
La complicidad entre funcionarios del Estado y las empresas multinacionales o “la arquitectura de la impunidad”
Uno de los temas que es necesario profundizar en el debate legislativo y judicial es la lucha contra la impunidad dice Dom Norberto Foerster, obispo de Ji-Paraná (RO) y recuerda que la Comisión publicó un libro sobre “La arquitectura de la impunidad”, que “muestra la complicidad que muchas veces existe entre el Estado y las empresas, a la hora de proteger a las empresas de grandes capitales de cualquier tipo de responsabilidad.”
II.- La Cumbre de los obispos de comunidades afectadas por la minería en Panamá
Antes de referirnos a la Cumbre una breve alusión a la homilía del Arzobispo de Panamá en ocasión de la última celebración del Corpus Christi.
Monseñor Ulloa, Arzobispo de Panamá había dicho que estaba preocupado frente a “algunas acciones que amenazan con convertir a Panamá en un país minero”. Fue el domingo 6 de junio, solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo José Ulloa Mendieta celebró una Misa en la parroquia San Francisco de Asís Casco Antiguo y después de recordar la acción del Señor según la cual “Jesús nos hizo entrega de su Cuerpo…” (y) de su presencia… en la Eucaristía” formuló esa denuncia que puede hacerse extensiva a todo el territorio de Latino y Centro América.
“Atender el clamor de las comunidades y nuestros movimientos pastorales. Hoy más que nunca debemos estar unidos para cuidar nuestra Casa Común, es la única herencia que podemos dejar a nuestros hijos un país donde cada uno de los ciudadanos protejamos nuestra tierra, agua y los bosques. Que sea la ética del cuidado que guíe la política de nuestro país”, concluyó Mons. Ulloa y convocó a abrir un espacio auténtico al diálogo.
El encuentro fue alentado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral que preside el Cardenal Michael Czerny SJ, Prefecto y a propósito de eso la hermana Alessandra Smerilli, FMA, secretaria del Dicasterio hizo llegar en representación del área vaticana un mensaje del que transcribimos brevemente algunos párrafos.
“Pastores del Pueblo de Dios, levanten fuerte su voz y únanse al clamor de los pueblos”
En su mensaje, la religiosa señala que una de las prioridades para el Dicasterio al Servicio del Desarrollo Humano Integral es la definición de una estrategia pastoral para las Iglesias locales que abordan los problemas de la minería, el petróleo, el gas, acaparamiento de tierras.
También indica que el Dicasterio ya ha iniciado un trabajo similar en África, y busca replicar estas iniciativas en América Latina y el Caribe con el apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), para acompañar pastoralmente a las comunidades afectadas. Y bendice y envía sus buenos deseos de éxito a todos los participantes del Encuentro.
Síntesis del Encuentro de Panamá
Digamos que la reunión contó además con el apoyo de las instancias de Ecología Integral del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y de la Conferencia Episcopal Panameña.
Monseñor Manuel Ochogavía, obispo de la Diócesis de Colón Kuna Yala, Panamá entre otras consideraciones hizo mención a la actual crisis que se vive en el país causada localmente por el contrato con una Minera denominada Panamá -pero que poco tiene de panameña- con el gobierno, y resaltó la necesidad de garantizar el Estado de Derecho y las decisiones de las comunidades que han sido sencillamente burladas.
El obispo Paz de Latacunga, Ecuador denunció “una justicia corrupta”
Monseñor Giovanni Paz, obispo de la Diócesis de Latacunga, Ecuador, expuso la grave situación que enfrenta su país después de 50 años de explotación petrolera en la región del oriente ecuatoriano. Señaló los efectos devastadores que “esta actividad ha causado en el medioambiente y en las comunidades locales, en particular a los campesinos e indígenas, quienes han sufrido enfermedades como el cáncer debido a la quema de gas en los mecheros.”
“La sentencia fue que se deben apagar los mecheros, pero más abajito; en líneas cortas dice ‘esto va a empezar en el año 2030′, nos damos cuenta que vivimos una verdadera justicia corrupta y una negligencia judicial”, lamentó el obispo y, citando al Papa Francisco, comentó: “parece ser que para ser político en Latinoamérica hay que aprobar la materia de corrupción” (¡¡¡!!! Los signos nos pertenecen).
El obispo dijo que a pesar de que en Ecuador se realizó una consulta popular en la que la población rechazó la explotación petrolera en áreas protegidas como el Yasuní y el Chocó andino, el gobierno ha dilatado el proceso de implementación de este mandato popular: “…nosotros, lo que siempre haremos es defender los derechos del pueblo, los derechos de la naturaleza”, exclamó el obispo.
El prelado expresó su solidaridad con el pueblo panameño en su rechazo a la minería. Cuestionó los beneficios que la minería promete a los países, señalando que las regalías que ofrecen las empresas mineras son “migajas que no contribuyen ni al desarrollo ni al bienestar de nuestros pueblos”.
Monseñor Bernabé Sagastume, obispo de la Diócesis de San Marcos, Guatemala
“La ley de minería no protege la población, sino da todos los beneficios a estas empresas extranjeras. En Guatemala, oficialmente es el 1% de regalías”, puntualizó, y lamentó que tampoco se cumplan las exigencias ambientales, como los estudios de impacto ambiental.
“Latinoamérica vale más sin minería”, dijo el Padre Bossi de la Red Iglesia y Minería
El sacerdote Bossi dijo que la Red Iglesia y Minería continúa abogando por territorios libres de minería, especialmente en áreas frágiles, donde los bienes comunes son escasos: “Creemos mucho que es necesario escuchar a la gente y proteger a los defensores”, dijo.
Citó las palabras del Papa Francisco, quien ha denunciado las violaciones de derechos humanos, la violencia, las amenazas y la corrupción asociadas a la minería. “El Papa sabe que existen otras formas de garantizar una vida plena para nuestros pueblos. Panamá y Latinoamérica valen más sin minería”, expresó Bossi.
“El déficit fiscal no lo tiene que pagar el pueblo aceptando cualquier cosa y menos una minería destructiva”, dice el obispo Ochogavía
El obispo Manuel Ochogavía de Panamá, tomando el caso de este país que es el de muchos países del centro y sur de Latinoamérica, en una síntesis a la prensa dijo:
“Hay un déficit en el presupuesto del Estado y ahora lo tiene que pagar el pueblo panameño aceptando una minera; creo que esto es injusto para el pueblo, creo que esto es un engaño más, yo creo que esto se vuelve intolerable”, expresó.
Lo primero es la persona humana y la sustentabilidad del medio ambiente
El prelado recordó que no se puede hablar de desarrollo sin poner al centro a la persona humana y la sostenibilidad del medioambiente, “nos estamos jugando el futuro de la humanidad”.
También dijo que junto a esta explotación surgen vicios en la población, como la prostitución y el alcoholismo, además de un alto índice de población enferma de cáncer: “Es necesario que como país tomemos la decisión, o la vida o la muerte, esto es blanco o negro, no es cuestión de grises”.
La consulta popular siempre, la transparencia en las concesiones, la acción del Estado para detener la minería destructiva
La reflexión concluyó con un llamado a la consulta popular, a la transparencia y a la acción urgente del gobierno para detener el avance de la minería destructiva.