
La economía atraviesa una de las particulares ironías de nuestra historia, como consecuencia de años de corrupción generalizada de parte de la clase dirigente que con indiferencia moral se acepta, sumado a la estupidez masiva de millones de argentinos que nada advirtieron o no quisieron ver, ahora se debe afrontar un altísimo precio que se materializa en el derrumbe de la economía, la fragmentación y enfrentamiento social, la destrucción de la educación y la expansión incontrolada del narcotráfico con sus nefastas realidades de muerte y degradación moral y material.
Las palabras suelen ser insuficientes para describir lo que acontece, ya que para recuperar todo lo perdido y restablecer el orden, la ética, la moral y la justicia, a no dudar, costarán décadas de esfuerzo mancomunado.
Esta dramática y apocalíptica historia se acrecienta y acelera por la pandemia de Covid-19 que irrumpió a comienzos de 2020, hoy magnificada por un desastre climático: la sequía que destruye gran parte de la producción agrícola y castiga a la ganadería, unas de las mayores fuentes de divisas genuinas del país.
Las economías regionales están siendo duramente castigadas por esta coyuntura, así lo expresa Coninagro en su informe de días pasados, 19 son las provincias involucradas. Sin entrar en los detalles, es necesario ya analizar y buscar soluciones para enfrentar esta realidad.
Sin embargo, la dirigencia política dominada y limitada a sus disputas internas, deja en evidencia su incapacidad e indolencia ante tal problema. Esto coloca a todos los ciudadanos comunes al dilema de cómo salir de este laberinto.
Fuente de financiamiento
Una de las dificultades de larga data que afecta a las economías regionales es la dificultad para financiar su normal desenvolvimiento y encontrar socios a riesgo, por ello la necesidad de contar con fuentes alternativas y genuinas para atender estas necesidades.
A no dudar que este problema tiene una solución no inmediata pero sí en el corto plazo ya que los fondos están, son más que suficientes y de seguro acceso.

Entonces ¿Cuál es y dónde está su solución? En los mercados de capitales que hoy están abandonados y despreciados. Pruebas al canto, en la década del 1960 cotizaban en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires 660 empresas, entre grandes y medianas, hoy solo lo hacen 81 y todas mega empresas.
Conclusión y pregunta ¿Qué pasó, porque esta jibarizaría del mercado de capitales? Un solo motivo: las malas políticas que ahuyentaron al capital por la inseguridad jurídica, erróneas políticas económicas, desorden y caudillismo en materia laboral, que solo generan inflación descontrolada.
Si se establece y encaran políticas coherentes, ciertas y permanentes en el tiempo, a no dudar que con esfuerzo y tiempo se puede salir de este caos. Por ello es el momento que se imponga a los dirigentes, los más idóneos y honestos, que no duden en asumir la responsabilidad afrontar y controlar esta situación y ofrezcan y expongan a la ciudadanía sus planes de gobierno en detalle, ya que se debe votar y con el voto definir el destino y el futuro de quienes nos suceden en la vida.
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