
En su reciente presentación en Avellaneda, la vicepresidenta de la Nación dejó algunas cuestiones en su discurso como puntapié para un muy breve análisis y comparación histórica. Especialmente cuando alude a la identidad peronista, pero también a la identidad kirchnerista como en un rol de leyenda viva de la misma.
En sus palabras se vuelve a traer la histórica antinomia peronismo-antiperonismo, algo que siempre utilizaron ella y su espacio cuando se consideró necesario. O directamente se alude a esta identidad peronista, moneda corriente en épocas duras.
”(…) Hay una patente de impunidad para todo aquel que no sea peronista”. ”Soy peruca y hablamos clarito (…) Miren, el único renunciamiento que tuvo el peronismo fue el de Eva”. Sumándole el recuerdo cuando, en 1956, se publicó el decreto del gobierno de facto donde se prohibía la mención al peronismo en diferentes formas.
”(…) No estemos mirando los peronistas para el cielo esperando que alguien baje mágicamente a decirnos qué es lo que hay que hacer”. Ya en su intervención televisiva posterior a su condena judicial de principios de diciembre, había replicado: ”Condenan el modelo económico del peronismo”.
Como en noviembre pasado, en su mensaje por el día de la militancia peronista dijo: “(…) Suprimir al peronismo, el objetivo de siempre, refiriéndose a un diputado opositor. Lo que le dio pie para aseverar: Sin Cristina, hay peronismo posiblemente dividido, fracturado, enfrentado, inocuo e inutilizado para cualquier proceso de cambio”.
También agregó: “Una sociedad que no sabe lo que pasó difícilmente pueda entender lo que pasa y resulta absolutamente imposible develar el porvenir. Por eso, vaya un primer tributo a ese peronismo que muchos le quieren contar lo que es la libertad y la democracia”.
Nos referíamos a este volver a traer a colación la identidad peronista y el antiperonismo en momentos de crisis. Aunque también, podemos analizarlo como una nueva antinomia: kirchnerismo-antikirchnerismo, nacida allá por 2008 en la crisis con el campo, cuando la identidad peronista fue llamada a resurgir mientras la calle y los medios eran parte del nacimiento de la famosa “grieta”.
Tomamos a M. Dolores Rocca Rivarola, quien trabaja la relación del kirchernismo con el peronismo y con su propia militancia, para ver mejor nuestro análisis. A lo largo de su historia, el kirchnerismo para las elecciones como para el día a día, apeló en menor o mayor medida a la identidad peronista. Cuando fue “transversal” en sus orígenes, apeló poco a las imágenes del movimiento y a las pompas justicialistas (salvo en territorios como La Matanza). Incluso Néstor llamaba a acabar con la famosa antinomia, criticando al pasado reciente del partido y a la burocracia pejotista; a la par de un PJ intervenido.
En 2007 vuelven con los íconos peronistas y el discurso más pejotista, con Néstor erigiéndose como presidente del partido junto a Cristina como Presidenta de la Nación dentro de la coalición (más amplia que en 2003) “Concertación Plural”. Pero el kirchnerismo como identidad propia, ligada a la identidad peronista, se fue transformando en una realidad.
Peronistas desencantados con esta lógica afloraron por todos lados y fueron oposición en elecciones generales o intermedias al kirchnerismo (para después, en muchos casos, volver a unirse como bien sabe el peronismo hacer). En su trayecto histórico ha tenido etiquetas electorales como la “transversalidad” (incorporando a la centro-izquierda, progresistas, el FREPASO residual, peronismo no pejotista, piqueteros y organizaciones sociales convocantes), la Concertación (incorporando a gran parte del radicalismo) y el sello original Frente para la Victoria.
Logró generar conceptos como socialistas K y radicales K. La receta de ampliarse en pos de un objetivo nunca fue ajena al movimiento. Con la derrota en las elecciones intermedias bonaerenses de 2009, se da el fuerte ascenso de La Cámpora, demostrando que el peronismo no está exclusivamente dentro del partido o en las figuras territoriales, sino en los movimientos militantes sociales organizados en estructuras nuevas como el Frente Unidos y Organizados (2012).
Y volviendo al presente, Cristina en su discurso por un nuevo aniversario de YPF en junio pasado mencionaba: “Esto para que no piensen que los peronistas o los kirchneristas estamos contra todo lo que sea privado y solamente queremos al Estado y nada más que al Estado”. ”Porque vos te debés acordar, Alberto. Habíamos ganado las elecciones, la reelección, por una amplísima mayoría, solamente Perón tuvo más votos lo cual me llena de orgullo… Y sí”. Con estas dos últimas frases seleccionadas, notamos la identidad kirchnerista como constante hito en la historia de este espacio nacido allá por 2003 pero presente hoy en el discurso de Cristina Fernández.
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