Si no es ahora, ¿cuándo?; si no somos nosotros, ¿quiénes?

Tenemos en nuestras manos la posibilidad de revertir décadas de fracasos en materia energética, y con el nivel de consenso actual en todo el sector energético, tanto renovable como fósil, no podemos permitir otra vez que las decisiones en materia energética sean incorrectas ni tardías

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Molinos eólicos
Molinos eólicos

En este tema sí que no hay grieta ni discusión. El sector que conforma la industria de energía, y sobre todo las renovables, sabe exactamente lo que hay que hacer para que Argentina logre el autoabastecimiento energético. El ahorro económico que implicaría dejar de importar combustibles ha sido históricamente de los mayores déficits en el PBI que impacta directo en nuestra economía.

Finalmente estamos viendo un alto grado de consenso transversal dentro del sector energético respecto a un futuro más sustentable, en el cual hay acuerdo que son necesarias más renovables y también el gas de Vaca Muerta en la transición para asegurar nuestro abastecimiento energético, pero que por sobre todo nos permitirá ser nuevamente un país exportador de energía y hacer crecer a nuestra economía.

Desde la Cámara Eólica Argentina, presentamos en abril de este año, un trabajo que dimensionó el impacto financiero que representa la compra de combustibles como el gas y GNC, frente a un escenario de autoabastecimiento. El estudio concluyó que, “a los precios actuales, la generación eólica permitirá evitar pagos al exterior por 3.250 millones de dólares”, sólo en 2022. Es probable que estas cifras pudieran ser mucho mayores, si se garantizaran mejores condiciones de infraestructura para la industria. Pero tampoco consideraba aún todos los efectos de la invasión rusa en Ucrania, y en las últimas semanas estamos viendo mayores incrementos en los precios internacionales porque ahora está en disputa la seguridad energética de los países.

El ahorro económico que implicaría dejar de importar combustibles ha sido históricamente de los mayores déficits en el PBI que impacta directo en nuestra economía

Sabemos cuáles son las inversiones que hay que hacer, cuáles deberían ser los próximos pasos a seguir para que Argentina deje de depender de terceros. Debemos iniciar de inmediato la construcción de líneas de alta tensión que permitan mayor interconexión en el sistema, de manera tal de poder seguir inyectando energía renovable que reduce el costo medio del sistema, y además nos permite desacoplarnos de los precios internacionales de los combustibles fósiles. El recupero de las inversiones para optimizar la matriz, se repagaría en tiempo récord, siempre y cuando se lleven adelante las obras necesarias. El ahorro de divisas que representaría contar con un sistema robusto de transporte, generadores de energía, campos eólicos, entre otros, podría ser destinado al desarrollo de otras industrias que puedan seguir agregando valor e inyectando dólares a nuestro sistema financiero, y a su vez crear mayor empleo local durante la construcción de las líneas de alta tensión.

La crisis energética global nos abre una posibilidad enorme para convertirnos en exportadores de energía a mercados como Europa y Asia. Pocas veces hemos tenido oportunidades tan claras, principalmente, la que se nos da por el conflicto entre Rusia y Ucrania. En Argentina, la ley de Energías Renovables 27.191, sin dudas fue un gran impulso en 2015. Sin embargo, nunca antes se nos había presentado un contexto como el actual. Adicionalmente, quedan menos de diez años para lograr la materialización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por las Naciones Unidas y aún tenemos mucho camino por andar.

Debemos iniciar de inmediato la construcción de líneas de alta tensión que permitan mayor interconexión en el sistema

Estamos completamente convencidos que el futuro energético debe ser sustentable y construirse sobre fuentes renovables que posibiliten la independencia energética de los países donde operamos; y Argentina es un mercado privilegiado por sus recursos naturales.

Tenemos en nuestras manos la posibilidad de revertir décadas de fracasos en materia energética, y con el nivel de consenso actual en todo el sector energético, tanto renovable como fósil, no podemos permitir otra vez que las decisiones en materia energética sean incorrectas ni tardías. No dejemos pasar esta oportunidad, optimicemos nuestros recursos naturales, el talento y experiencia de nuestros profesionales, capitalicemos experiencias y buenas prácticas que en otros mercados similares han dado óptimos resultados. Seamos agentes de la transformación. El momento es ahora y somos nosotros.

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