Ideas para transitar la pandemia

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En los tiempos por venir, los sistemas de justicia deberán afrontar grandes desafíos originados a partir de la emergencia sanitaria.

Por un lado, tendrán que enfrentar las demoras históricas que arrastraban, agravadas por el parate generado por estos días de excepción y, por el otro lado, tendrán que dar una respuesta adecuada y satisfactoria a las crecientes demandas sociales y económicas, que impactará en la tasa de litigiosidad, producto de la crisis generada por la pandemia cuando se restablezca completamente el servicio de justicia.

Por lo tanto, hay que aprovechar este contexto inédito para diseñar e implementar distintas iniciativas, estrategias y acciones que permitan lograr el restablecimiento pleno del servicio de administración de justicia tan pronto como se pueda, consolidar la modernización de los sistemas de justicia y avanzar en forma escalonada y progresiva hacia una nueva forma de prestación del servicio de justicia.

Desde ya que las propuestas que aquí efectuamos son orientadoras pues mal podríamos pretender la adopción de un catálogo único y cerrado de líneas de acción dadas las heterogéneas características de nuestro país y sus sistemas de justicia. Lo que aspiramos es sirvan como motor e impulso de otras, compartiendo como objetivo central el lograr procesos de trabajo más eficientes y eficaces, en los que la incorporación de la tecnología tiene un rol central y resulta una aliada estratégica, en tanto permite una mejor gestión de la carga de trabajo de los sistemas.

Así, una gestión moderna, eficiente y eficaz de los recursos judiciales permitirá contar con recursos disponibles para reducir las barreras de acceso a la justicia, incluir a los sectores más vulnerables y postergados de la sociedad y darles una respuesta satisfactoria.

1. Gestión digital de los casos.

El objetivo es lograr la despapelización de los sistemas de justicia. Esto nos obliga a entender que todos los trámites judiciales deben realizarse a través de los entornos digitales, aún en aquellos casos que se hayan originado en soporte papel.

Debe universalizarse la firma digital remota. Profundizar la adaptación de los sistemas de gestión informáticos para que puedan interoperar entre sí cuando los poderes judiciales y ministerios públicos no utilicen el mismo.

Hay que definir qué hacer con los expedientes iniciados en formato papel y que no se encuentran cargados a los sistemas de gestión informáticos. Un camino es el digitalizar según prioridades (a ser definidas según fuero y criterios objetivos), lo que permitirá que esos casos puedan tramitarse de forma remota y darles respuesta a los mismos de forma más eficiente.

2. Sistema de agenda y turnos para la visita a las dependencias.

El sistema de turnos es ideal y ha demostrado ser efectivo en otros ámbitos de gran afluencia de público ya que permite planificar la labor y ordenar el circuito de trabajo de la dependencia judicial, asegura el contacto del profesional o particular con el caso a la par que permite regular el flujo de personas de acuerdo con las disposiciones sanitarias.

Lo ideal sería contar con un único sistema de turnos que tenga un criterio de asignación que permita regular adecuadamente la afluencia de público para lo cual debería poder coordinarse o combinarse con el calendario de audiencias presenciales y con el resto de las dependencias que se emplacen en el mismo edificio.

3. Nueva organización del trabajo.

Entendemos que la incorporación de tecnología, la gestión digital, el trabajo remoto y la utilización de los horarios escalonados o dobles turnos permitirán avanzar hacia un rediseño organizacional de los sistemas de justicia, donde estas nuevas modalidades de trabajo deberán ser una opción más del catálogo de posibilidades para la prestación del servicio judicial y esto obligará a repensar las estructuras clásicas y el funcionamiento del sistema.

Este rediseño debería ir acompañado de una división de trabajo por funciones adaptando las dependencias con modelos de oficinas de servicios comunes y de apoyo según fuero, instancia, tipo y flujo de los procesos.

Asimismo, hay que repensar la parálisis del sistema que implica la “feria judicial” en términos de privación del servicio de justicia y proponer soluciones que, sin afectar las vacaciones de los trabajadores, permitan una atención continua de todos los asuntos y una más pareja distribución de la carga de trabajo.

4. Plataformas de videoconferencias para las audiencias.

Sin lugar a dudas, el mecanismo de videoconferencias para la celebración de audiencias es una de las prácticas que deberá institucionalizarse y generalizarse cuando se regularice la prestación del servicio de justicia.

Deberá definirse cuál es el mejor sistema de videoconferencia teniendo en cuenta los aspectos de seguridad informáticos y las particularidades de cada fuero. Asimismo, sería de gran utilidad el diseño de protocolos o manuales de aplicación uniforme en las jurisdicciones que adopten la misma solución tecnológica. En tal sentido, los ámbitos institucionales de la Junta Federal de Cortes y del Consejo Federal de Procuradores asoman como adecuados para desarrollar esa tarea.

Deberán buscarse alternativas para dar respuesta a la brecha digital que existe en nuestra sociedad y facilitar espacios para garantizar el acceso a las herramientas tecnológicas a quienes no las tienen y necesitan utilizarlas.

5. Mesas de entradas virtuales.

Una alternativa para interactuar con la dependencia judicial es el lanzamiento de mesas de entradas atendidas a través de plataformas de videoconferencia.

Los usuarios realizan consultas al mail institucional y se les otorga un turno y el link para que se conecten a la plataforma en una franja horaria determinada y allí se habilita un canal de diálogo entre el profesional o usuario y la dependencia y se le da al profesional o usuario las respuestas a sus consultas.

Asimismo, este mecanismo es útil para coordinar audiencias y ofrecer soluciones desformalizadas que permitan agilizar el trámite de los casos.

6. Capacitación.

Un elemento central es el diseño y establecimiento de planes de capacitación obligatorios vinculados con las herramientas tecnológicas que se pongan en uso tanto para los integrantes de los sistemas de justicia de forma tal de evitar el uso incorrecto o incompleto de las herramientas, como así también para impedir que sean desvirtuadas por un mal uso y reducidas en su eficiencia y finalidad.

La labor formativa y de cambio de paradigma debe ser emprendida en forma conjunta por todas las instituciones que integran la administración de justicia, pues es el único camino para consolidar los avances y superar las resistencias.

Es vital que los Colegios de Abogados se sumen a la capacitación de sus asociados y que los planes de formación sean diseñados en forma conjunta con los de los sistemas de justicia.

7. Otras propuestas

Todos los organismos (sistemas policiales y penitenciarios, administración pública nacional, provincial y municipal, y todas las instituciones privadas) que se comuniquen con los sistemas de justicia deberán hacerlo en forma digital.

Deberá lograrse conectividad estable, de calidad y con ancho de banda suficiente para poder mantener los sistemas de videoconferencias y poder subir al sistema informático de gestión todo el contenido audiovisual que se genere.

También se pueden sumar asistentes virtuales a las páginas web de los sistemas de justicia, de forma tal de poder orientar adecuadamente a los usuarios y generar derivaciones adecuadas.

Si bien el principio es que toda presentación debe ser realizada en formato digital, lo cierto es que aún y por un tiempo existirán presentaciones que tengan que seguir siendo realizadas en soporte papel.

En tal sentido, aparece como una respuesta adecuada establecer mesas de entradas únicas por fuero o por edificio para realizar las presentaciones en soporte papel y así se evita la circulación de personas por distintas dependencias y se liberan los turnos de la agenda para la compulsa de expedientes.

Palabras de cierre

Estamos convencidos de que no hay soluciones mágicas para mejorar la administración de justicia de un día para el otro, sino que hay procesos de búsquedas de alternativas, con éxitos y fracasos, pero con un horizonte claro: una justicia eficiente y accesible para todos.

En un escenario imprevisto y lleno de contingencias diarias y mutaciones permanentes, se ha podido observar un gran esfuerzo institucional y de los actores del día a día en los sistemas de justicia orientado a esa búsqueda.

Destacamos la importancia de generar espacios para trabajar en la construcción, en forma conjunta, de herramientas para satisfacer las necesidades comunes y ponerlas a disposición de los sistemas de justicia que lo requieran.

En definitiva, estas ideas son un aporte a ese esfuerzo y esperemos que sirvan para abordar el desafío de pensar en la justicia del día después.

Director Ejecutivo de Unidos por la Justicia. Abogado (UBA). Magíster y Especialista en Derecho Penal (Universidad Austral). Diplomado en Gestión Judicial (Universidad de San Andrés).