
Estamos asistiendo los judiciales a una ofensiva de algunos medios tendiente a que la Justicia funcione “normalmente”, incluso tal campaña se da entre quienes dicen ser “militantes de la cuarentena”. Así es, en una actitud que parece esquizofrénica (pero tiende a aumentar la confusión en la población) algunos comunicadores pasan de denostar a los que hacen colas, usan medios de transporte y ocupan las calles en “violación a la cuarentena”, a reclamar airadamente que la Justicia debe funcionar con normalidad. Obviamente que no es accidental: hay poderosos intereses que operan en esa dirección no sólo respeto a la justicia sino en todas actividades . Ya la experiencia de el Norte de Italia demuestra que no fue una simple negligencia lo que facilitó la extensión brutal de la pandemia, sino la presión de los poderosos complejos industriales que soslayaron la aplicación de medidas preventivas y sembraron de muerte la región más próspera de ese querido país.
Aquí ocurre algo similar. Más allá de una correcta discusión entre la necesidad de defender la salud de la población y el pensar cuáles son las actividades productivas que deben funcionar (tomando los recaudos de prevención que hoy obviamente, de acuerdo a las imágenes públicas, no se ve que se activen como sería debido) no caben dudas que hay que encarar la forma en la cual se irá saliendo de esta cuarentena de acuerdo a las actividades y/o a las distintas regiones o localidades, pero fundamentalmente teniendo en consideración el “cuándo” que tiene que ver mucho con la aproximación del pico de la pandemia en nuestro país y su evolución.
Esta lógica vale también para la Justicia. Los fogoneros de la vuelta (suicida) a la actividad normal, sospechosamente ignoran las condiciones preexistentes en nuestro sistema judicial, agravadas claramente por la pandemia. Es bueno recordar que el Consejo de la Magistratura definió a principios de octubre pasado la Emergencia Judicial. Efectivamente: 1)la precariedad edilicia (dramática en materia de seguridad y en materia de salubridad, incluyendo a lugares de trabajo donde hay verdadero hacinamiento y conviven en espacio para uno o 2 personas entre 4 y 7 agentes,con pasillos, escaleras estrechos y ascensores a mas de estrechos con fallas de seguridad en su funcionamiento) 2)sumada a un sistema de gestión informática colapsado( y que más tiempo está fuera de servicio que en servicio y con necesidad de renovación integral), 3)a la insuficiencia en número de plantas de personal y 4) los escasos insumos (para llevar adelante el trabajo) potenciaron los riesgos de la pandemia en este Poder del Estado.
Obviamente la actividad judicial que de por si genera una circulación humana de 40 mil a 50 mil personas diarias, en esas condiciones estructurales de funcionamiento, se transforma en una aliada impensada del covid 19 para extenderse en la comunidad (sin tomar en cuenta que un porcentaje importante de sus agentes en CABA viven en el GBA, lo que trae un factor adicional en el transporte).
Es obvio, entonces, que la Justicia no puede funcionar “normalmente” mientras el coronavirus amenace a toda nuestra comunidad nacional.
¡Esto no quiere decir que La Justicia no funcione! ¡Todo lo contrario! La Justicia funciona y lo está haciendo, con un aporte valorable de magistrados y funcionarios que concurren diariamente y los miles de judiciales que lo hacen con trabajo remoto desde sus casas. Así se atienden a todas las causas que no admiten demora como son las excarcelaciones, las violaciones a la cuarentena, la situación de los menores, los amparos de salud , la situación alimentaria y de salud de jubilados, pensionados y menores, la violencia doméstica, las insanias, los créditos laborales al cobro y los honorarios de los abogados, los habeas corpus, como así también aquellas en que las Cámaras consideren que se deben tramitar.
Y ahora a partir de las acordadas 11 y 12/2020 de la Corte Suprema mucho más, al habilitarse las presentaciones electrónicas de demandas y otros escritos.
Podemos decir que son innumerables las audiencias en Tribunales Orales que se toman en forma virtual con sólo el defensor presente en la casa de los imputados y fiscal y jueces desde sus domicilios o la sede del Tribunal. De esto diariamente dan cuenta los mismos medios que dicen “la Justicia debe funcionar”. Con la firma digital empiezan a salir sentencias, que firman los jueces pero en muchos casos los proyectos son redactados por funcionarios o empleados. Cómo será que al ser las presentaciones electrónicas enviadas a cualquier hora las jornadas laborales “at home” se prolongan indefinidamente , generando por ello preocupación en nuestra organización sindical.
Y más aún en la decisión de la Jefatura de Gabinete de este fin de semana que amplió las excepciones al “aislamiento social obligatorio”con 11 actividades más, en todos los casos que incorpora, habilita su funcionamiento con la modalidad de delivery; esto es evitando profundizar el tránsito de personas(DA 524 art4to).
Los judiciales entendemos el reclamo de los abogados, incluso estamos en permanente comunicación con el CPACF. Ese reclamo es tan legítimo como el de cualquier profesión liberal y/o trabajador cuenta propista. Ellos seguramente pueden atender a sus clientes por teléfono o por videollamada. Pero si la justicia retornara al trabajo presencial, ellos estarían dispuestos a ir a tribunales, a hacer cola para subir apiñados a un ascensor, en una escalera, o en las mesas de entradas de los Juzgados? Seguramente no.
Entonces, habría que inferir lo que piden es digitalización de la justicia y en eso estamos de acuerdo. Pero convengamos que digitalizar lleva su tiempo y dinero. Si los compañeros y compañeras de la Dirección de Tecnología trabajan hasta los fines de semana, sólo para la actividad actual, imaginemos lo que se necesitaría para lo que se pide.
Entonces, tengamos algo en claro. Para pedir imposibles, pidamos que no exista el coronavirus.
Para todo lo demás, debemos trabajar mancomunadamente, entendiendo las limitaciones, explotando la capacidad creadora y creativa de nuestros agentes y subiendo escalón por escalón. Así tendremos una mejor Justicia y cuidándonos y cuidando al resto venceremos a la pandemia.
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