La peligrosa dependencia del déficit comercial

Cuando se analizan las perspectivas para el año en curso, no es aventurado prever un crecimiento económico y también de las exportaciones

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En el lado positivo, se puede esperar la mejora de las ventas externas del sector automotriz como consecuencia de la recuperación de Brasil y la continuidad del incremento de la inversión; del negativo, la mala cosecha de la soja debido a inclemencias climáticas, el impacto en el consumo del incremento de los precios de los servicios públicos y, por el lado de las empresas en sectores menos competitivos, el efecto de la competencia por mayor apertura del comercio exterior.

Ya en el mediano plazo se estima un crecimiento económico de entre 3% y 4% durante varios años.

Acecha sobre el esquema económico la persistencia de un déficit de cuenta corriente, hoy 5% del PBI, que necesita ser financiado externamente y que representa una carga que solamente el crecimiento económico puede absorber.

Por lo tanto, es crítico para la sostenibilidad ir tomando las medidas para reducirlo lo antes posible. Ello se logra incrementando las exportaciones, sustituyendo con producción local importaciones y reduciendo el déficit de turismo.

Reducir el déficit de la cuenta corriente se logra incrementando las exportaciones, sustituyendo con producción local importaciones y reduciendo el déficit de turismo

Un factor del que no se toma conciencia suficiente es que, en 2012, la Argentina exportaba por 80 mil millones de dólares, mientras que hoy suma apenas 58 mil millones de dólares, todo esto debido a la disminución del precio de las materias primas agropecuarias y la crisis de Brasil.

Por lo tanto, es fundamental recuperar las exportaciones y defendernos de las importaciones sin cerrar la economía, para eso es necesario que incrementemos nuestra productividad.

Para ello debemos invertir mucho más que los niveles actuales. Hoy la inversión alcanza aproximadamente el 17% del PBI y necesitamos llevarla al 22% lo antes posible, lejos todavía de lo que invierten los países más competitivos y varios en Latinoamérica.

Existe una relación directa entre el incremento de la productividad y el crecimiento económico.

De la observación del cuadro precedente vemos que, a diferencia de una muestra de países que representan diferentes regiones, diferentes sistemas capitalistas y distinta historia, nuestro país no pudo hacer crecer suficientemente su productividad y, en consecuencia, no pudo mejorar el nivel de vida de su gente; al mismo tiempo que mantuvo su economía cerrada.

El camino debería ser claro: incrementar la productividad de la economía mediante mucha más inversión y mantener una apertura del comercio exterior gradual e inteligente.

La Argentina necesita incrementar la productividad de la economía mediante mucha más inversión y mantener una apertura del comercio exterior gradual e inteligente

Nueve requisitos para aumentar la productividad

1. Regenerar definitivamente la confianza.

2. Reducir la inflación a niveles tolerables.

3. Bajar el déficit del sector público.

4. Mejorar la institucionalidad.

5. Disminuir drásticamente la corrupción.

6. Mejorar la infraestructura.

7. Continuar en el camino de la reducción de impuestos.

8. Flexibilizar las normas laborales.

9. Terminar con la litigiosidad laboral sin causa.

Hay sectores que ofrecen importantes oportunidades para la inversión, incluyendo la extranjera directa, que se encuentra en niveles bajísimos: petróleo, gas, energías renovables (estas tres fundamentales para reducir el déficit energético que nos genera necesidad de importación neta) agro-industria, minería, algunos sectores de servicios de alto valor agregado, farmacéutica y biotecnología, entre otros.

No alcanza con el atajo cambiario

Las empresas deben ser conscientes de que no se puede esperar mucho de una mejora del tipo de cambio con la consiguiente reducción de costos salariales, porque una economía con 30% de pobreza no resiste un tipo de cambio mucho más alto.

Una economía con 30% de pobreza no resiste un tipo de cambio mucho más alto

Asimismo, porque la financiación de los déficit gemelos tiende a un tipo de cambio que no se puede apreciar demasiado. Que la concentración, la falta de competencia, el abuso en los precios, en un marco de libertad, no son amigos de un capitalismo aceptado por nuestra sociedad. Y que la mejora de su productividad es el único camino sostenible.

Las reformas estructurales que la economía necesita para incrementar significativamente su productividad son tan relevantes como dificultosas de implementar sin acuerdos políticos. Para ello, el Gobierno debe liderar con el ejemplo y apelar a la racionalidad, la sensibilidad y la capacidad de arbitrar entre intereses diversos, y la oposición debe ofrecer una actitud colaborativa y dejar de pensar en hipotéticos y nefastos helicópteros.

El autor es director de la Unidad de Competitividad de Abeceb.
Twitter: @mascompetitivos