Coordinación, imprevistos y desafíos en el comercio internacional

Juan Ignacio Martínez, especialista en comercio internacional, repasa las múltiples variables que intervienen en la cadena logística y el rol clave que juega la comunicación con actores de distintos países

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Juan Ignacio Martínez es especialista
Juan Ignacio Martínez es especialista en comercio internacional (Foto: Movant Connection)

Así como comenta Juan Ignacio, “la logística internacional está en un momento muy dinámico” y los profesionales del rubro tienen que adaptarse. Del seguimiento de importaciones al trabajo con operadores logísticos en distintos husos horarios, la coordinación en comercio exterior exige flexibilidad, mirada estratégica y un conocimiento transversal de la cadena productiva.

¿Cómo fue tu camino profesional hasta el presente?

Dentro del rubro de comercio internacional pasé por distintas áreas: logística, comercial, algo de financiero. La carrera en sí está relacionada con todos los sectores de una empresa. Te vinculás con calidad, producción, porque estás atrás de los tiempos de entrega, de arribo, de los pagos para que pueda fabricarse o salir una mercadería.

Siempre sos la cara visible ante la otra compañía con la que se hace la operación, que suele estar en otro país. Sos como un coordinador entre todos los sectores implicados. Cada etapa de una compra o venta internacional tiene particularidades y siempre hay algo en lo que podés aportar o intervenir.

¿Qué responsabilidades incluye tu rol actual?

Hoy estoy a cargo del seguimiento de importaciones y del cumplimiento de plazos para la fabricación. Coordino embarques, emito órdenes de compra, sigo los pagos y trabajo con los agentes logísticos. También realizo estadísticas que ayudan a la toma de decisiones y comparo cotizaciones logísticas. Además, soy responsable de implementar el nuevo sistema de gestión para el área en la que trabajo.

¿Qué complejidades normativas presentan los productos a gas que gestionás?

En todo lo que es certificación de seguridad, especialmente con productos a gas, hay una serie de auditorías, muestreos y pruebas que son obligatorias para importar y comercializar. Algunos insumos, por su posición arancelaria, suelen ir directamente a canal rojo, lo que implica controles más estrictos.

Si el producto no está certificado, hay que hacer ensayos y presentaciones para obtener la matrícula correspondiente. Hoy, el proceso está un poco más ágil: si el certificado está vigente y bien presentado, el trámite aduanero es más directo que en años anteriores.

¿Qué relevancia tiene el comercio internacional en la etapa de aprobación de muestras para la producción?

Cuando se busca certificar un nuevo producto, se coordina con la planta de origen una auditoría. Luego, el ente regulador local solicita muestras. Dependiendo del tipo y urgencia, se elige entre flete aéreo o marítimo, aunque últimamente los envíos suelen ser aéreos y con pocas unidades. Después se ensaya y, si todo está bien, se emite el certificado correspondiente.

¿Este tipo de procesos de importación suelen ser estables o están expuestos a cambios constantes?

La logística internacional está en un momento muy dinámico. Hay muchos factores externos que influyen: conflictos en Medio Oriente, la guerra en Ucrania, feriados como el Año Nuevo chino. Por eso prefiero trabajar con varios operadores logísticos y especializarlos por ruta, para agilizar cada gestión. Así, cuando hay una nueva carga, el operador ya sabe cómo actuar.

De todos modos, las tarifas son muy cambiantes, y eso implica comparar y negociar constantemente. Por ejemplo, hace poco hubo una inundación en Valencia que complicó las operaciones desde España. Son cosas difíciles de prever, y uno tiene que adaptarse lo mejor posible.

¿Cómo se maneja ese equilibrio entre garantizar el abastecimiento y adaptarse a imprevistos?

Siempre se trabaja con planificación, anticipándose unos meses para tener cierto margen. Pero los imprevistos están. A veces hay que pagar más por un flete urgente o tener reuniones fuera de horario con proveedores en otros husos horarios para destrabar procesos.

También implica estar siempre en contacto con el operador logístico, el despachante de aduana o con quien sea necesario para ganar tiempo. Porque si no llega un insumo, se puede frenar una línea de producción, y eso tiene un impacto importante. La idea es hacer todo lo posible para que eso no pase.

En un contexto como el
En un contexto como el actual, donde el comercio internacional es tan dinámico, Juan Ignacio prefiere "trabajar con varios operadores logísticos y especializarlos por ruta, para agilizar cada gestión" (Foto: Shutterstock)

¿Qué valorás en un proveedor logístico?

La comunicación y la anticipación. Los problemas van a surgir, pero lo que importa es cómo se los enfrenta. Se valora que el proveedor dé la cara, que se interese en resolver y que apueste a una relación de largo plazo. Hay muchos que ofrecen tarifas bajas, pero si después no responden cuando hay un problema, no sirve. La confianza y la disposición para solucionar son fundamentales.

Tuviste experiencia en atención al cliente. ¿Qué te dejó?

Me gusta mucho. Me interesa poder explicar una situación, ofrecer soluciones o al menos contar el porqué de algo. Trabajé con clientes de distintos países: argentinos, chinos, europeos, y cada uno tiene sus particularidades. Es interesante poder interpretar eso y adaptarse a cada estilo de comunicación, siempre con respeto. Esa interacción me parece muy rica.

¿Cómo ves hoy el rol del licenciado en comercio internacional?

Creo que, como tiene tantas implicancias, está bueno que cada uno encuentre el área que más le interesa y se especialice. Podés enfocarte en derecho aduanero, logística, desarrollo de negocios, relaciones internacionales, finanzas… Hay muchas posibilidades. Y como es una profesión en constante cambio, el aprendizaje es continuo. Siempre aparecen nuevas tecnologías o maneras de operar. Lo importante es seguir aprendiendo y adaptarse.