Martinoli confesó que ya probó las licuachelas

El cronista deportivo cayó en una de las tendencias en redes sociales y se unió a las personas que han consumido una peculiar manera de preparar micheladas

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Christian Martinoli confesó que ya probó las licuachelas (Foto: Instagram/@cmartinolimx)
Christian Martinoli confesó que ya probó las licuachelas (Foto: Instagram/@cmartinolimx)

El ingenio del mexicano ha dado paso a la creación de diferentes inventos culinarios y de bebidas, tal fue el caso de las licuachelas, las cuales son micheladas preparadas en un vaso de licuadora que tomaron popularidad en redes sociales. La fama de estas bebidas alcohólicas llamó la atención de Christian Martinoli, narrador deportivo de Azteca Deportes.

El cronista de futbol reveló que siguió con la moda de las juventudes y se animó a probar la famosa licuachela, así que contó cómo fue aquella primera experiencia con una licuachela. Para el canal de YouTube del Doctor García, Martinoli dio los detalles de la primera vez en la que probó tal bebida.

Aunque la mayoría de estas bebidas se popularizaron en la Ciudad de México, en otras entidades también llevaron la moda, por lo que Martinoli aseguró que la probó fuera de la capital del país. Fue en Monterrey que se animó a comprar una licuachela.

En redes sociales se popularizó la licuachela (Foto: Twitter/@carlo_mont32)
En redes sociales se popularizó la licuachela (Foto: Twitter/@carlo_mont32)

Pero, a pesar de lo exótico y glamuroso del preparado, el creador de la frase “por el amor de Deusconfesó que no pudo terminársela pues consideró que era demasiada cerveza para una sola persona.

“En Monterrey tomé una vez y, güey, tomé tres tragos porque eran tres litros, ¡era un galón!, una ma*****a”, relató.

Describió qué lo orilló a probar la popular bebida; aunque no dio los detalles de qué hacía en Monterrey, aseguró que en su paso por el estadio regio, un comercio le llamó la atención por la manera en la que tenía exhibidas las licuachelas, así que accedió a detenerse y comprar una.

Los llamativos colores y la decoración de los vasos lo animaron a pedir una, pero no esperaba que la bebida fuera de casi tres litros, según narró Martinoli, ya que confesó que no consume bebidas alcohólicas.

Los llamativos colores y la decoración de los vasos lo animaron a pedir una licuachela a Martinoli (Foto: Instagram/ @cmartinolimx)
Los llamativos colores y la decoración de los vasos lo animaron a pedir una licuachela a Martinoli (Foto: Instagram/ @cmartinolimx)
“Es que no tomo, pero me llamó mucho la atención cómo las tenían distribuidas. Era de noche y era un changarro, un zaguán en su momento, y de pronto todo era fosforescente. Tú veías de qué eran las cosas que te vendían, pero fosforescentes, y era como un antro, música y decías ‘¡no espérenme aquí!’”, narró.

Pero, cuando hizo su orden y vio el tamaño de la licuachela, se asombró pues no esperaba que fueran de tal tamaño. “De pronto sacaban los de unicel de este p***che vuelo y como si fuera ... una cosa así”, agregó.

Cuando le cuestionaron cómo preparó su licuachela, Christian Martinoli aseguró que pidió la sencilla y que solo era cerveza. Pero lo que más le sorprendió fue que también ofrecían otro tipo de preparados de licores, por lo que se burló de la condición en la que se va la mayoría de los clientes de aquel lugar.

Era cerveza y luego podías pedir, ya sabes, cocteles, güey, coctelería. Ya sabes, con Oso negro y dices ‘madre santa’, lo que tu quieras. Hay de todo y la neta sí hay una variedad cab*****na, para quien le gusta chupar. Pues digo, corres el riesgo que no sé si después de dos cuadras puedas seguir avanzando porque es una ma***e de este vuelo”, expresó.

Por último, su experiencia con las licuachelas las comparó con la venta de licuados y jugos, ya que detalló que le tocó tomarse el refill de su cerveza, a pesar del tamaño del envase, tuvo que consumir lo que restaba de la botella de cerveza, así que se burló de esa peculiar manera de tratar al cliente.

“Sí, es como cuando ibas al licuado y te dicen ‘todavía le sobra’ y te daban otro como refill, ’tómale tantito’ porque a parte ya está otro güey pidiendo”, expresó.

Aunque no agregó si volvería a repetir su experiencia, sí se llevó una gran sorpresa con tal bebida exótica.

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