Un habitante de Gibsonville, Carolina del Norte, Estados Unidos, cortaba su césped como cualquier otro día cuando, entre el jardín de flores de su esposa, notó una pequeña bola de pelo gris arrastrándose y revolcándose en una esquina. El hombre se acercó a investigar, pues podría ser un animal salvaje, pero al llegar se llevó una grata sorpresa.
La bola resultó ser un gato de aproximadamente un mes de nacido. Rápidamente contactaron con una de sus vecinas, quien es rescatista animal, ella, a su vez, lo trasladó a una clínica para que recibiera todas las atenciones necesarias, ahí, conoció a los voluntarios de Sparkle Cat Rescue (SCR), un refugio local.
Stephanie Grantham, fundadora de SCR, comentó en entrevista para el medio Love Meow que el gato, cariñosamente nombrado Scrunkle, únicamente pesaba medio kilo y “estaba dando vueltas felizmente y presumiendo”.
El gato que rogó por un hogar
Cuando Grantham se encontró con Scrunkle notó que era un gato muy cariñoso, esto se comprobó con su historia de rescate, pues la vecina de quienes lo encontraron en su jardín llegó con una caja para capturarlo, pero no la necesitó, ya que él no huyó ni salió corriendo.
Scrunkle se le acercó voluntariamente a su rescatista y “pidió” ser cargado entre sus brazos. La fundadora de SCR declaró que entonces “llevó al bebé a casa”, donde lo puso cómodo y le dio alimento el día antes de llevarlo a la clínica veterinaria.
Su amorosa actitud le hizo entender a Grantham que lo que Scrunkle más necesitaba era un hogar de acogida, por lo que se lo llevó de la clínica y contactó con un par de cuidadoras.
“No quería estar en el portabebés, así que lo sostuve en mi regazo, envuelto en una toalla todo el tiempo. Lo único que quería era que lo abrazara”, relató la fundadora del centro de rescate felino.
Estaba deshidratado, un poco aletargado y lleno de pulgas, pero eso no le impedía exigirle amor y cariño a sus cuidadores temporales. Tan pronto como solucionaron sus problemas de salud, Scrunkle siguió mostrando su verdadera personalidad.
Grantham contó que sólo necesitó tomar agua, un tratamiento médico y comer bien para adaptarse por completo a su nuevo hogar, donde día a día se convierte en un animal independiente.
“Es un niño muy tierno y cariñoso. Le encanta la gente y quiere que lo acaricien todo el día”, dijo una de sus cuidadoras temporales en el hogar de acogida.
Ahora, la vida de Scrunkle se caracteriza por conmover a sus guardianes al exigirles cariño y no parar de ronronear cuando entran en su habitación. Casi siempre se restriega en sus piernas para pedir un poco de atención.
Vive pegado a su familia adoptiva, le encanta que lo carguen y acurrucarse con las personas. “Es muy dulce y lindo”, según contó una de sus cuidadoras.
Un gato que le robó el corazón a cientos
Su nueva vida está marcada por el cariño y el exceso de amor. Cuando llegó al cuidado de los voluntarios de SCR, una galería fotográfica fue posteada en Facebook. En aquellas imágenes se podía observar la pasión de Scrunkles por los humanos, pues no paraba de mirar a la cámara mientras era sostenido entre los brazos de sus guardianes.
Una de las fotos que más conmovió a los internautas fue en la que el pequeño gato era sostenido entre las manos de su rescatista mientras levantaba sus dos patas delanteras.
Algunas personas estuvieron de acuerdo en que era un “pequeño gato hermoso”, mientras que otras agradecieron la labor del refugio felino.
“Estoy tan contenta de que se salvara, es un amor”, “precioso bebé, estoy tan contenta de que ahora esté a salvo y dentro de un hogar”, fueron algunos de los comentarios con los que internautas expresaron su cariño.