“Antropoceno: la huella humana”: el último libro del ambientalista colombiano Ernesto Guhl Nannetti

Fue uno de los ambientalistas con más trayectoria de Colombia. Su última publicación fue un libro en el cual reflexiona sobre las crisis que enfrenta el planeta y el camino que, como humanos, nos puede ayudar a resolverlas.

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El profesor falleció en Bogotá el 25 de julio. Foto: Rodrigo Sepúlveda.
El profesor falleció en Bogotá el 25 de julio. Foto: Rodrigo Sepúlveda.

Al atardecer del 25 de julio de 2022, falleció en Bogotá, como lo hiciera hace unos años su padre, de mismo nombre, salvo por el segundo apellido, el ambientalista Ernesto Guhl Nannetti, uno de los hombres más comprometidos con la búsqueda de soluciones para hacerle frente al cambio climático en Colombia.

Guhl Nannetti era ingeniero civil, hijo del alemán Ernesto Guhl Nimtz, quien emigró a Colombia durante los años de la Segunda Guerra Mundial y se destacó como geógrafo y humanista. A día de hoy, sigue siendo uno de los referentes de la geografía en Colombia. Guhl Nimtz se casó con Ana Luisa Nannetti, colombiana de padre italiano, y fruto de esa relación nacieron cuatro hijos: Susana, Isle, Felipe y, el mayor, Ernesto.

Exdecano y vicerrector de la Universidad de Los Andes y miembro de la Academia de Ciencias Colombianas y de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, entre otros muchos títulos, Guhl Nannetti se comprometió desde muy joven con los temas ambientales. Durante el gobierno de Ernesto Samper Pizano, en el periodo comprendido entre 1994 y 1997, fue Viceministro de Ambiente.

Autor y coautor de un buen número de artículos y libros sobre ambientalismo, el profesor Guhl Nannetti tuvo su mejor momento, en cuanto a producción académica se refiere, en 1972, cuando hizo parte del ‘Club de Roma’, una organización no gubernamental fundada en Roma, en el año 1968, por un pequeño grupo de personas entre las que había científicos y políticos que tenían como fin mejorar el futuro del mundo a largo plazo de manera interdisciplinar y holística.

Fruto de sus discusiones es el informe Los límites del crecimiento, un clásico de la literatura científica que llamaba la atención sobre el deterioro ambiental de la época y que ha tenido varias actualizaciones desde su publicación en 1972, encargado al MIT, poco antes de la primera crisis del petróleo. Al respecto, en una entrevista con El Espectador, el profesor señaló que la escritura del informe surgió porque “nos dimos cuenta de que había unos límites; que la naturaleza era limitada”.

Durante la pasada edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Guhl Nannetti fue homenajeado por su recorrido y aporte al ambientalismo, con motivo de la publicación de su libro más reciente, editado por la Pontificia Universidad Javeriana, en colaboración con la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Aquel título fue el último de Guhl Nannetti, su último intento por llamar la atención sobre los problemas que nos acogen como ocupantes de este planeta. “Se trató de un proceso muy valiente por parte de él, pues en medio de su enfermedad discutía sobre los mapas y textos; revisaba pruebas y al final, increíblemente asistió a todos los lanzamientos. El libro queda como un verdadero testamento intelectual”, señaló en redes sociales el editor Nicolás Morales, director de la editorial de la Puj.

Antropoceno: la huella humana. La frágil senda hacia un mundo y una Colombia sostenibles, expone el planteamiento de un reto inalcanzable hasta el momento: vivir con la naturaleza y no en la naturaleza.

Cortesía: Siglo del Hombre Editores.
Cortesía: Siglo del Hombre Editores.

La tesis central del libro sostiene que la humanidad ha llegado a ser la más poderosa fuerza trasformadora del planeta,con lo cual ha creado un nuevo periodo: el Antropoceno o la “era humana”. Aquí, lo normal son, y serán, los paisajes cambiantes, la incertidumbre y las condiciones inestables, como las que estamos experimentando en estos días.

Hemos generado unas nuevas condiciones climáticas y ambientales, que han puesto en peligro de extinción a muchas de las especies con las que compartimos el planeta. Además, estamos alterando el clima y el delicado funcionamiento de los sistemas terrestres y marinos al contaminar las aguas y los suelos y al adoptar un modelo económico insostenible que nos ha conducido a una crisis socioambiental de tal magnitud que puede hablarse de una crisis civilizatoria.

Sin embargo, este libro no pretende unirse al coro catastrofista alrededor de la crisis que hemos producido como especie. Por el contrario, busca contribuir a superarla a partir de una revisión de cómo hemos llegado hasta el punto de amenazar la civilización y la existencia de la humanidad, describiendo los intentos por comprenderla y mitigarla, identificando las causas de su fracaso e invitando a utilizar para ello las excepcionales capacidades y los maravillosos logros de la humanidad.

Asimismo, propone rescatar el principio de sostenibilidad como fin último de las sociedades, mediante un profundo cambio de valores y de estilos de vida, que permitan una nueva relación más respetuosa y comprensiva con la naturaleza. En estas páginas, el lector encontrará no solo una mirada global y generalista del problema, puesto que el libro también se enfoca en Colombia como un ejemplo que ilustra la gravedad de desconocer las múltiples realidades territoriales del planeta, como lo hacen las fallidas y vagas políticas ambientales vigentes.

Dedicado “a los jóvenes que deben enfrentar el Antropoceno”, el libro cuenta con prólogo del escritor Juan Esteban Constaín. En él señala que el gran acierto del trabajo de Guhl Nannetti reside en su aproximación rigurosa a los temas de los que se ocupa y resalta: “Los tiempos de crisis necesitan libros importantes, y este sin duda lo es (...) Este libro, no sobra decirlo, debería leerlo todo todo aquel que quiera entender el mundo de hoy. Y, sobre todo, el mundo de mañana, porque en él están las últimas posibilidades -la última esperanza- de serlo algún día”.

Con la partida de Guhl Nannetti, Colombia ha perdido a uno de los bastiones de la esperanza en el progreso, “un verdadero sabio de la tribu”, defiende Constaín, “vocero siemprer de la causa más noble, la de nuestro planeta, la de nuestra especie y todas las demás”.

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