Una nave alienígena sobre un auto, recuerdos borrados y un mapa de Zeta Reticuli: el primer relato de abducción que fue noticia

El 14 de diciembre de 1963, el psiquiatra Benjamin Simon comenzó a hipnotizar por encargo de la Fuerza Aérea estadounidense a Betty y Barney Hill, que aseguraban haber sido abducidos por seres de otro planeta tres años antes. Las dudas sobre la historia, un diagnóstico de “falsos recuerdos” y la filtración que convirtió el supuesto hecho en una noticia mundial

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Barney y Betty Hill, la
Barney y Betty Hill, la pareja estadounidense respetada en su comunidad que dijo haber sido secuestrada por extraterrestres en una zona rural de New Hampshire entre el 19 y el 20 de septiembre de 1961 (Grosby)

El prestigioso neurólogo y psiquiatra especializado en terapia de la hipnosis Benjamin Simon no sabía qué esperar cuando la tarde del 14 de diciembre de 1963 recibió en su consulta a Barney y Betty Hill. Tenía algunos datos sobre ellos: formaban un matrimonio interracial – algo poco común en los Estados Unidos de esos tiempos – y tenían una fuerte participación en la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP). Betty, una trabajadora social blanca, y Barney, empleado del correo estadounidense descendiente de etíopes, eran también dos vecinos respetados en la ciudad de Portsmouth, del Estado de New Hampshire, donde vivían, asistían puntualmente a la iglesia y desarrollaban una intensa actividad comunitaria. Barney, además, era miembro de la Comisión de Estados Unidos sobre Derechos Civiles. Simon también sabía que no acudían a consultarlo por problemas de salud ni por conflictos matrimoniales, sino porque querían reconstruir un extraño suceso que habían vivido un par de años antes y que estaba siendo estudiado por el Proyecto Libro Azul, el equipo de investigación OVNI de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Barney y Betty recordaban haber tenido un encuentro con una nave extraterrestre, pero tenían lagunas imposibles de llenar sobre lo que había ocurrido después.

La noche del 19 de septiembre de 1961, el matrimonio volvía a su casa de Portsmouth luego de pasar unas vacaciones recorriendo las provincias de Ontario y Quebec, en Canadá, y después diferentes lugares del interior del estado de Nueva York. Viajaban en su Chevrolet Bel Air modelo 1957 y esa noche iban por la ruta 3, que atraviesa las Montañas Blancas de New Hampshire, cuando ocurrió el hecho que cambió para siempre sus vidas.

Barney, Betty y su perrita Delsey viajaban con tranquilidad. Según su relato, era tarde en la noche y no había casi nadie en la ruta cuando, a la altura del pueblo de Groverton, vieron un punto brillante en el cielo. Primero pensaron que era una estrella fugaz, pero su movimiento era muy extraño: en lugar de caer, pareció subir en el cielo hasta detenerse cerca de donde se veía la Luna, que estaba en cuarto creciente. Betty le dijo a Barney que tal vez fuera un satélite artificial – esos artilugios que el país estaba lanzando al espacio desde hacía unos pocos años – y le pidió que parara a un costado de la ruta para poder verlo mejor y, de paso, dejar que Delsey hiciera sus necesidades.

Bajaron los tres del auto, Betty con unos largavistas que había comprado hacía poco y Barney con una pistola que siempre llevaba. No temía que lo asaltaran en la soledad de la ruta, pero sabía que por esos parajes solían aparecer osos. Mirando con el largavista, Betty siguió el recorrido del punto, que volvió a moverse y a emitir luces centelleantes de diferentes colores. Barney, que estaba vigilando a Delsey, no le prestó mayor atención y le dijo que tal vez fuera un avión común y corriente.

Betty y Barney Hill en
Betty y Barney Hill en su casa de Portsmouth (AP)

Entonces volvieron a subirse al Chevrolet y, avanzando a poca velocidad, siguieron la luz, que a su vez parecía seguirlos a ellos. Por momentos quedaba oculta detrás de los picos de las montañas, pero después reaparecía, cada vez más cerca. En un momento, les pareció que el objeto – suponían que había algo que emitía la luz – pareció aterrizar sobre la montaña Canon, pero despegó de pronto y se acercó al auto rápidamente.

Un encuentro con ET

Así llegaron a las afueras de Indian Head, un pequeño pueblo, y vieron que lo que había sido un punto luminoso en el espacio descendía hasta unos 20 o 25 metros sobre el auto. Casi enceguecido por la luz que llenaba todo el campo de visión del parabrisas, Barney frenó de golpe. Estaba realmente asustado. A pesar del miedo, bajaron del Chevrolet y el hombre enfocó el largavista en el objeto que emitía la luz. Vio una nave en forma de disco con ventanillas, a través de las cuales divisó entre ocho y once seres de forma humanoide que los miraban a ellos. Creyó ver que esos seres empezaban a manipular un tablero con instrumentos, mientras uno de ellos, que seguía mirándolos desde la ventana de la nave, le dio una orden que supuso telepática: “Quedate donde estás y seguí mirando”, sintió que le decía el ET.

Petrificados, Betty y Barney vieron como la nave se acercaba todavía más, hasta ponerse unos 15 metros sobre sus cabezas. No supieron tampoco cómo reaccionaron, pero como si se hubieran puesto de acuerdo, los dos corrieron hasta el auto. Después, Barney recordó que le gritó a Betty: “¡Nos van a capturar!”.

Quizás ese grito los hizo reaccionar, porque corrieron al auto, Barney lo puso en marcha y salieron disparados mientras el objeto – o la nave – seguía sobre ellos hasta que desapareció. Entonces escucharon una serie de sonidos mecánicos que hicieron vibrar el auto y después otros que parecían ser “bips”. Después, nada. Ni Betty ni Barney recordaban cómo llegaron a su casa esa misma noche.

Los días que siguieron se comportaron de manera errática. Tenían compulsión a ducharse a cada rato, tiraron toda la ropa que habían usado en el viaje y empezaron a dibujar compulsivamente la nave y Betty, especialmente, se despertaba todas las noches en medio de horribles pesadillas que no podía recordar.

La hipnosis del doctor Simon

No entendían qué les pasaba y unos días más tarde Betty decidió llamar por teléfono a la base Pease de la Fuerza Aérea e informó sobre el encuentro con la nave extraterrestre. Menos de 24 horas después, los visitó el mayor Paul W. Henderson, que conversó con ellos durante media hora. En su informe, fechado el 26 de septiembre de 1961, el militar escribió que posiblemente hayan confundido al planeta Júpiter con un plato volador. De todos modos, la información fue enviada a equipo del Proyecto Libro Azul, que se hizo cargo del caso.

Dibujos de los extraterrestres según
Dibujos de los extraterrestres según el relato de Barney y Betty Hill durante la hipnosis (Grosby)

Fue precisamente por sugerencia del grupo de la Fuerza Aérea especializado en el fenómeno OVNI que Betty y Barney llegaron al consultorio del doctor Benjamin Simon para tratar de reconstruir hasta los más mínimos detalles de aquel posible contacto cercano del tercer tipo. Así, durante un período de seis meses, el psiquiatra hipnotizó en varias sesiones por separado a Betty y a Barney. Fue entonces, en estado de hipnosis regresiva, que ambos recordaron casi lo mismo para llenar el bache desde que la nave desapareció, sintieron la vibración en el auto y llegaron a su casa. Un período que tenían borrado de sus memorias.

Contaron que cuando el auto empezó a vibrar fueron secuestrados por los tripulantes de la nave extraterrestre, que los sometieron a varias pruebas y les reprogramaron la mente para que no recordaran lo que les había ocurrido. También coincidieron en sus descripciones de los alienígenas: medían alrededor de un metro y medio, tenían la piel color gris y una cabeza grande y calva en forma de pera invertida, con ojos grandes y nariz y boca pequeñas.

Betty recordó que podían comunicarse con ellos telepáticamente, pero que, en algún momento del proceso, el que parecía el jefe del grupo les habló en inglés. Betty también transmitió una supuesta información que le dio el líder de los extraterrestres, en base al cual se pudo confeccionar un mapa estelar del sistema binario Zeta Reticuli, a 39 años luz de la Tierra, de donde provenían los tripulantes del OVNI. Barney, en cambio, no recordaba nada de eso.

La conclusión del doctor Simon fue que tanto Betty como Barney tenían falsos recuerdos, que habían sufrido una especie de amnesia y que habían creado involuntariamente toda la historia para llenar ese hueco en sus memorias. En su informe al Proyecto Libro Azul dijo que no podía confirmar que los relatos que hicieron bajo hipnosis fueran auténticos. Lo mismo les dijo a ellos.

Una filtración indeseada

Hasta entonces todo el proceso había sido mantenido en secreto, tanto por ellos como por los investigadores del Proyecto Libro Azul. Después de sus entrevistas con el doctor Simon, Barney y Betty intentaron retomar sus vidas comunes y corrientes, pero alguien filtró la historia de su posible secuestro por extraterrestres.

El 25 de octubre de 1965 el Boston Traveler publicó en su portada un artículo titulado: “¿Fueron secuestrados por un OVNI terrorífico?”. Poco después, el periodista John Lutrell, del Traveler, consiguió las notas de las entrevistas que el doctor Simon había tenido con Betty y Barney. La noticia recorrió el mundo poco después, cuando la agencia de noticias UPI compró la historia escrita por Lutrell y la ofreció sus medios abonados.

Entonces la tentación fue más fuerte que la reserva de la intimidad y los Hill se asociaron con el hasta ese momento escéptico doctor Simon y el escritor John G. Fuller para darle forma al libro The Interrupted Journey sobre el caso, donde además se incluyó una copia del “mapa estelar del sistema Zeta Reticuli” dibujado por Betty. La obra se convirtió en best seller.

La noticia recorrió el mundo
La noticia recorrió el mundo cuando alguien filtró la historia a los medios: “¿Fueron secuestrados por un OVNI terrorífico?”, titularon (Grosby)

Barney Hill murió de una hemorragia cerebral el 25 de febrero de 1969. Después de la muerte de su esposo, Betty fue alejándose paulatinamente de la exposición pública e, incluso, llegó a denunciar el “espectáculo comercial” y el “circo mediático” en el que se había convertido el tema de los ovnis. Sin embargo, volvió al ruedo en 1995 con la publicación del libro “Una aproximación a los ovnis desde el sentido común”.

Betty murió de un cáncer de pulmón el 17 de octubre de 2004, a los 85 años. En su testamento, donó sus notas, las grabaciones de sus entrevistas y otros objetos relacionados con su supuesta experiencia con los alienígenas para que se montara una colección permanente en la biblioteca de la Universidad de New Hampshire. Para entonces, el caso de los Hill había pasado a la historia como el primer caso de abducción hecho público y uno de los mejor documentados.

La historia de los Hill cambió la forma en que la gente veía los encuentros con extraterrestres al agregarles elementos de horror, como alienígenas de piel gris con grandes cabezas y ojos negros, periodos sin memoria y sesiones de hipnosis para reconstruir los hechos. Algunos de estos detalles se convirtieron en elementos básicos de películas como Encuentros cercanos del tercer tipo y programas de televisión como Los expedientes secretos X. El supuesto contacto que tuvieron con seres de otro mundo también llegó al cine con dos películas: The UFO Incident, de 1975, y Abducción extraterrestre: La odisea de Betty y Barney Hill, de 2013.

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