Apenas a una hora de Lisboa y a orillas del río Tajo, se alza uno de los pueblos más singulares de Portugal. Esta localidad es un rincón mágico que cautiva al viajero gracias a su situación privilegiada y a sus calles empedradas, pues se enclava en lo alto de una colina haciendo de mirador natural. Así, ofrece unas vistas únicas del valle del Tajo, todo ello combinado con un casco histórico medieval que parece haberse detenido en el tiempo. Por ello, cuenta con una herencia patrimonial que data de hace siglos y que a día de hoy se puede contemplar en cada uno de sus monumentos.
Es por ello que visitar Santarém es un viaje al Portugal de la Edad Media, donde la huella del pasado está todavía latente, de hecho, la villa es conocida como la capital del gótico portugués. Algo que no es de extrañar, pues a cada paso se encuentran iglesias y monumentos que hacen referencia a este precioso estilo arquitectónico. Además, se enclava en la región de Llezíria y formaba parte de las tierras de la Orden de Cristo, que apoyó financieramente los descubrimientos de los portugueses.
Una dilatada historia

Santarém es una de las ciudades más antiguas de Portugal, siendo un enclave estratégico desde tiempos remotos. Ubicada en la región del Ribatejo, a orillas del río Tajo, su posición geográfica y la fertilidad de la “Lezíria”, terrenos que son inundados cíclicamente por las crecidas del río, favorecieron el asentamiento humano desde la antigüedad. Así, bajo el nombre de Scalabis los romanos la convirtieron en una de las ciudades más importantes de la provincia de Lusitania, marcando el trazado urbano que aún se percibe en la actualidad.
Posteriormente, en el siglo VIII, el dominio musulmán reforzó su valor estratégico-militar y renombró la ciudad como Chanteren, un antecedente del actual Santarém. En 1147, el rey Afonso Henriques logró conquistarla, consolidando su avance en la Reconquista cristiana y tomando Lisboa ese mismo año. Durante la Edad Media, se convirtió en una de las ciudades predilectas de la monarquía portuguesa. Su actividad comercial y el establecimiento de la nobleza impulsaron su desarrollo económico y social, reflejado en la riqueza de sus monumentos.
A su vez, entre los siglos XIV y XV, la ciudad albergó diversas reuniones de las Cortes y llegó a ser capital del reino entre 1325 y 1357. Sin embargo, su declive comenzó en 1491, cuando el infante D. Afonso, hijo del rey João II y heredero al trono, falleció en un accidente en la Ribeira de Santarém. Este hecho marcó el distanciamiento de la familia real y redujo la inversión en la ciudad, limitando su protagonismo en la historia del país.
Un paseo por el gótico portugués

A pesar de ello, algo que es ineludible es que la ciudad sigue siendo un referente del patrimonio portugués. Su casco histórico alberga un notable conjunto de iglesias medievales, que le han valido el reconocimiento como “capital del gótico” en Portugal. Así, la mejor forma de descubrir todos sus secretos es recorriendo cada una de sus calles a través de un viaje en el tiempo que lleva al visitante al medievo. Desde la web de Turismo de Portugal recomiendan comenzar la visita en el Jardim das Portas do Sol, la antigua alcazaba árabe que conquistó el rey Afonso Henriques en la toma de la ciudad.
Desde este punto se pueden contemplar una de las mejores vistas de la ciudad y es donde se encuentra el Centro de Interpretación UrbiSacallabis. En dirección al centro histórico, la Torre del Reloj es otro de los monumentos más singulares. Data del siglo XIV y es actualmente el Núcleo Museológico del Tiempo. Pero la verdadera esencia de Santarém comienza con la iglesia de San Juan de Alporão, seguida de la iglesia de Nuestra Señora de Marvila, con su característico revestimiento de azulejos del siglo XVII. En la iglesia de Nuestra Señora de la Gracia se puede admirar el gótico flamígero, además de albergar la tumba de Pedro Álvares Cabral, descubridor de Brasil.
Junto a ella, se encuentra la casa de Brasil, residencia de la familia del navegante y actualmente un espacio cultural. El recorrido por el gótico en Santarém se completa con la iglesia de Santa Clara, que representa una vertiente más austera de este estilo, acorde con la orden religiosa de las Clarisas. En las inmediaciones se encuentra la iglesia del Santísimo Milagro, construida en el siglo XVI y considerada una de las más significativas para los habitantes de la ciudad.
Pero esto no es todo, pues el centro histórico de la localidad ofrece también un paseo por calles en las que se mezclan influencias renacentistas. La praça Sá da Bandeira es uno de sus puntos neurálgicos, donde se ubican la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, actual sede catedralicia de Santarém, y la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad. No muy lejos, el convento de San Francisco, del siglo XIII, ha sido recientemente restaurado, tras haber experimentado varias destrucciones y reconstrucciones a lo largo de su historia.
Cómo llegar
Desde Lisboa, el viaje es de alrededor de 1 hora y 15 minutos por las carreteras A1 y A13. Por su parte, desde Coimbra el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 25 minutos por la vía A13.
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