
Madrid está lleno de lugares con encanto. Más allá de sus puntos más conocidos como el Museo del Prado, el Parque del Retiro o la Puerta del Sol, la capital esconde infinidad de secretos que demuestran la gran importancia histórica y patrimonial que alberga. Así, es imprescindible perderse por sus calles para descubrirlos, pues algunos están a simple vista, mientras que otros se ocultan bajo detrás de monumentos o bajo las mismas calles.
De este modo, en pleno centro de la capital, en una ubicación privilegiada junto al Parque del Oeste, se erige el Templo de Debod, un monumento que transporta a sus visitantes a la antigua civilización egipcia. Este histórico santuario, con más de 2.000 años de antigüedad, no solo es un testimonio tangible de la cultura faraónica, sino también un símbolo de la amistad entre Egipto y España.
El templo fue un regalo del gobierno egipcio en 1968 como muestra de gratitud por la colaboración española en la preservación de monumentos nubios durante la construcción de la presa de Asuán. Esta estructura milenaria, trasladada piedra a piedra desde su ubicación original cerca de Asuán, fue inaugurada en Madrid en 1972 y desde entonces se ha consolidado como uno de los principales puntos de interés cultural de la capital.
Un santuario dedicado a Amón e Isis

Originalmente construido en el siglo II a.C. bajo el mandato del rey nubio Adijalamani, el Templo de Debod fue ampliado y decorado por diversos gobernantes ptolemaicos y romanos. Dedicado a los dioses Amón e Isis, el templo desempeñaba un papel central en los rituales religiosos de la región. Sus muros y relieves, algunos aún visibles, ilustran ceremonias sagradas, como las relacionadas con el año nuevo egipcio y otros rituales solares.
La estructura original contaba con capillas y salas rituales que sirvieron de escenario para ceremonias religiosas durante siglos. Este legado histórico, cuidadosamente preservado, permite a los visitantes actuales imaginar el esplendor de la antigua civilización egipcia en un contexto completamente diferente. Ya en el siglo XX, la construcción de la presa de Asuán en la década de 1960 representó una amenaza directa para numerosos monumentos situados a lo largo del Nilo, incluidos los templos de Nubia. Ante este desafío, la comunidad internacional, incluida España, se unió para salvar este patrimonio.
Como agradecimiento, Egipto donó el Templo de Debod, que fue desmontado, transportado y reconstruido en Madrid con un meticuloso trabajo de ingeniería. La inauguración del templo en 1972 marcó un hito en la cooperación cultural entre naciones y convirtió a Madrid en una de las pocas ciudades fuera de Egipto que alberga un monumento de estas características.
Uno de los mejores atardeceres de Madrid

El Templo de Debod es uno de los pocos monumentos históricos de acceso gratuito en la capital. Aunque su exterior puede admirarse a cualquier hora, el interior está abierto de martes a domingo y festivos, de 10:00 h a 20:00 h, mientras que los lunes y algunos festivos navideños permanece cerrado. Se recomienda realizar reservas con antelación para garantizar la entrada, ya que el aforo es limitado. Sin embargo, si por algo destaca este espacio es por ofrecer una de las mejores vistas de la ciudad.
Durante el atardecer, el templo se convierte en un mirador privilegiado del horizonte madrileño. En ese momento, los rayos del sol tiñen el cielo de tonos cálidos, mientras el reflejo del templo en el agua y su iluminación nocturna crean un ambiente mágico. También es una excelente oportunidad para disfrutar de las vistas panorámicas de la Casa de Campo y la Sierra de Guadarrama desde su ubicación privilegiada.
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