A menos de una hora de Barcelona, en lo alto de un impresionante macizo montañoso, se alza una de las construcciones más impresionantes de Cataluña: el monasterio de Montserrat. Este se ubica en el sistema montañoso con el mismo nombre y es uno de los centros espirituales y culturales más importantes de Cataluña.
Fundado en el siglo XI, el monasterio es famoso por albergar la imagen de la Virgen de Montserrat, conocida popularmente como ‘La Moreneta’ por el color oscuro de su cara, patrona de Cataluña y símbolo de devoción para miles de peregrinos que visitan el lugar cada año. Pero esto no es todo, pues esta imagen además ha sido objeto de leyendas que aumentan más si cabe su riqueza espiritual.
La leyenda de la virgen de Montserrat
La leyenda de la virgen de Montserrat, profundamente arraigada en la tradición catalana, es uno de los relatos más emblemáticos del monasterio y remonta sus orígenes al año 880. Según esta historia, un grupo de pastores que se encontraba en la montaña de Montserrat una tarde de sábado, vio descender del cielo una intensa luz acompañada de una melodía celestial. Sorprendidos por la visión, los niños regresaron el sábado siguiente con sus padres, quienes también fueron testigos del misterioso fenómeno. Durante las siguientes semanas, el rector de Olesa se unió al grupo y confirmó la experiencia.
La noticia llegó hasta el Obispo de Manresa, quien organizó una visita al lugar. Durante su inspección, encontraron una cueva donde hallaron la imagen de Santa María, la Virgen de Montserrat. Impresionado por el descubrimiento, el obispo propuso trasladar la imagen a Manresa para darle mayor relevancia. Sin embargo, cuando intentaron moverla, la figura se volvió tan pesada que fue imposible desplazarla. Este suceso fue interpretado como una señal divina, indicando que la Virgen deseaba permanecer en Montserrat. En respuesta, el obispo ordenó la construcción de una capilla en la montaña, iniciando así la veneración de la Virgen de Montserrat en ese lugar sagrado.
El primer texto que hace referencia a esta leyenda data de 1239, lo que evidencia que Montserrat ha sido considerado un lugar de devoción y peregrinación desde tiempos remotos. La aparición de la Virgen y los milagros atribuidos a ella consolidaron la montaña como un centro espiritual de gran importancia, atrayendo a miles de fieles a lo largo de los siglos, quienes continúan visitando Montserrat para rendir homenaje a ‘La Moreneta’, un símbolo religioso y cultural de Cataluña.
Un enclave privilegiado
Más allá de su espiritualidad, la virgen de Montserrat es una “talla románica en madera que data de finales del siglo XII. Su color es el resultado de la transformación del barniz de su cara y de sus manos a causa del paso del tiempo”, explican desde la web del monasterio. En su visita se puede apreciar como sostiene en su mano derecha un orbe esférico, símbolo del cosmos y de la creación, evocando el concepto de perfección universal. Con la mano izquierda, María hace un gesto hacia el hombro del Niño, subrayando que el rey omnipotente es también su hijo.
Por su parte, el Niño Jesús aparece en actitud de bendecir con la mano derecha, mientras que en su mano izquierda sujeta una piña, símbolo de fecundidad y vida eterna. Otro de los aspectos a destacar es su enclave, pues la talla se ubica en el interior de la abadía de Montserrat, un templo incrustado en la montaña y fundado en el siglo XI que durante siglos ha sido un refugio espiritual para monjes benedictinos y un punto de peregrinación.
Además de su función religiosa, ha desempeñado un papel crucial en la preservación de la cultura catalana, particularmente durante los periodos de represión política, y es reconocido por su contribución al estudio y la investigación teológica. Su biblioteca alberga importantes colecciones de textos antiguos, mientras que su escolanía, uno de los coros de niños más antiguos de Europa, añade una dimensión musical que ha dado fama internacional a Montserrat.
Pero esto no es todo, pues el entorno natural que rodea la abadía, caracterizado por sus singulares formaciones rocosas, convierte el lugar en un destino atractivo no solo para los peregrinos, sino también para los amantes del senderismo y la naturaleza. La combinación de espiritualidad, cultura y paisaje hace de Montserrat un enclave único en la región, uniendo historia, fe y naturaleza en un solo lugar.
Cómo llegar
Cabe destacar que solo se puede subir a la abadía de Montserrat en teleférico o en tren cremallera, un viaje a través de la montaña que brinda una experiencia única. Así, desde Barcelona se puede llegar en coche hasta el aparcamiento habilitado a los pies de la montaña en un trayecto de alrededor de 1 hora por la carrera C-58.