Los creadores de ‘La viuda negra’ dan las claves del nuevo fenómeno de Netflix basado en un caso real: “Hubiera sido el crimen perfecto de no ser por este detalle”

Hace tan solo unos días que llegó a Netflix La viuda negra, un nuevo acercamiento por parte de la plataforma a un crimen real cometido en España. Tras casos notorios de gran resultado como El cuerpo en llamas o El caso Asunta, el servicio de streaming recupera una historia algo más reciente, como es la del Crimen de Patraix. Y lo hace precisamente de la mano de los responsables de El Caso Asunta, Ramón Campos y Carlos Sedes, productor y director respectivamente, encargados de trasladar a la pantalla esta nueva historia.

“Vivimos el éxito (de El Caso Asunta) con cierta sorpresa, una semana antes estábamos pensando que a quién le iba a interesar fuera de España un caso así, tan concreto y con personajes tan locales. Y de repente nos dimos cuenta de que interesaba, que las emociones estaban ahí y eran universales", comienza reflexionando Campos sobre el éxito vivido el año pasado con aquella serie protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa, con el que han vuelto a contar para esta producción. Pero, ¿qué diferencias han encontrado a la hora de afrontar esta nueva producción?

“Lo que decidimos traer aquí fue el costumbrismo, contar las cosas desde la cotidianidad, de no hacer algo efectista, sino buscar el mismo tono, que además es un tono con el que nos sentimos muy cercanos”, comentan, aunque señalando que el caso también es muy diferente. En este caso, el Crimen de Patraix fue el asesinato de un vecino de la localidad valenciana en agosto de 2017, un crimen que al principio se consideró homicidio por robo, pero que poco a poco fue dejando pistas que apuntaban a la viuda del fallecido. Sin embargo, no había manera alguna de relacionar a Maje (la viuda) con el presunto asesino. Hasta que todo cambió con una llamada.

“Es un caso súper sencillo, decidieron escuchar y a partir de ahí queríamos situar al espectador en el lugar de la investigación policial, hemos seguido el mismo proceso que ellos”, explica Sedes, quien ya se encargó de la dirección de El Caso Asunta y es autor de otros títulos como El club de los incomprendidos, en el que coincidiría con Ivana Baquero antes de esta película. Sedes emplea una estructura en tres partes para contar las tres versiones de la historia; la policial, la de Maje y la de Salva, el brazo ejecutor del asesinato al que interpreta Ulloa. “La primera parte es ver y sorprenderse, la segunda la de Maje para conocer el personaje y la tercera la de Salva, el momento en que cometen el error. Porque si no habría sido el crimen perfecto, pero si no hubiera sido por ese detalle, el juzgado habría denegado continuar con las llamadas y habría sido muy difícil demostrar que había relación”.

Un trabajo obsesivo

Para dar vida a los involucrados en el caso, La viuda negra cuenta con un reparto de altura formado por Ivana Baquero, Tristán Ulloa y Carmen Machi. Los dos primeros interpretan a los responsables del crimen, Maje y Salva, mientras que Machi da vida a la persona al otro lado del teléfono, la inspectora encargada del caso y basada en la auténtica responsable del caso, Esther Maldonado (Eva en la película), de cuya ayuda se benefició la producción para cincelar al personaje.

“El personaje tenía un instinto, una intuición... Ella lo tenía claro, pero todo tenía mucho que ver con el comportamiento que veían en ella, cómo se comportaba de forma extraña, se ponía a mirar el móvil en medio del interrogatorio”, señala la actriz española, quien vuelve a dar vida a una mujer al servicio de la ley tras su magnífico papel en la serie Celeste. Algo más complicado fue para Baquero ponerse en la piel de la Viuda Negra de Patraix, ya que no pudo contactar directamente con la Maje real, aunque sí tenerla igual de cerca a través de los audios que les facilitó la policía.

“La preparación para mí consistió en tener muchas conversaciones, pero yo luego empecé a hacer mi propio trabajo de investigación con el material del que disponía. Y fue un trabajo muy interesante, nunca lo había abordado así”, relata la actriz que debutó en el cine nada menos que con El laberinto del fauno. “Fue un trabajo prácticamente obsesivo, porque yo iba al gimnasio como el que va escuchando música, pero escuchando los audios (de Maje) para ir preparándome", concluye Baquero.