Fernando se encerró para ser el notario más joven de España, pero el día que lo logró fue “de los peores” de su vida: “Verla hundida fue un palo gordo”

Este madrileño ya ejerce en Cedeira, en Galicia, donde ha montado su despacho. En una entrevista cuenta todo lo que ha sacrificado para conseguirlo

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Fernando Frías, el notario más
Fernando Frías, el notario más joven de España, entrevistado en 'Con P de Podcast'.

Fernando Frías es notario. Fernando Frías tiene 24 años. Las dos anteriores son correctas. Aprobó el examen en un año y nueve meses y ya tiene un futuro próspero garantizado. Madrileño, ejercerá en Cedeira, A Coruña, en Galicia. Hace unos días fue noticia, salió en los informativos por su precariedad. Ahora, en una entrevista en Con P de Podcast, ha contado cómo fue el breve pero duro camino.

Él lo llamó “el plan”. Un “encierro total”. En eso consistió su camino hasta lograrlo. Asegura que de pequeño no sacaba grandes notas y que “algún examen” suspendió. Fue en la ESO cuando despegó, hasta haber conseguido en tiempo récord una plaza que al grueso de mortales lleva entre cinco y siete años. Agradece a dios lo sucedido: “Él me ha dado lo que no me da el mundo”, afirma.

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Frías estudiaba entre 14 y 15 horas al día. “Las relaciones sociales eran nulas, no salía de casa. Lo hacía más o menos una vez cada 20 días. A cenar con mi padre de 22:30 a 23:30 y otra vez a casa hasta dentro de otros 20 días, pero ni pisar la calle, nada. Literalmente, no veía a nadie. El teléfono no lo cogía durante las horas de estudio”.

En el paro pese a aprobar una oposición: 50.000 sanitarios valencianos esperan desde 2021 la resolución de plazas públicas.

Acúfenos, pérdida de pelo

A su familia la veía para comer, y solo lo hacía una vez al día. Apenas abandonaba la habitación para beber agua o ir al baño, asegura. Y tomaba vitaminas. Empezaron a pitarle los oídos y a día de hoy aún tiene acúfenos. También se le empezó a caer el pelo y a perder musculatura. “Empecé a quedarme como un espagueti. Me acuerdo de un paseo con mi padre de una hora, estuve tres días con agujetas”, relata.

Necesitaba “apagar el cerebro durante unas horas”, pero hasta durmiendo “soñaba con los temas” o se despertaba sobresaltado “pensando que ya era la hora de estudiar”. Es de suponer entonces que el día que al fin supo que había aprobado la oposición, además como número uno, sería si no el día más feliz de su vida, uno de gran alegría y alivio. Según él, fue al contrario.

“Fue una mierda”, responde coloquialmente. “Lo recuerdo como uno de los peores días de mi vida. Yo estaba con mi hermana, aprobamos los dos primeros exámenes juntos, llegamos al dictamen y al final ella suspendió en la última prueba. Estaba toda mi familia en casa, el novio de mi hermana. Ese momento como que me fue robado”.

Fernando Frías, el notario más
Fernando Frías, el notario más joven de España, entrevistado en 'Con P de Podcast'.

“Cancelé las celebraciones”

“Siempre estás pensando, joder, cuando me digan que seré notario haré esto o lo otro -continúa-. Y de repente llega el momento y claro, con la unión que tengo con mi hermana, ver que está así, fastidiada, hundida, que el examen es cada dos años y tenía que empezar de cero, que no guardan la nota. Fue un palo tan gordo que fue uno de los peores días. Cancelé las celebraciones”.

Frías lanza una reflexión a la gente que considera que un notario es caro, que mete “palos”. Somos funcionarios, pero a todos los efectos somos autónomos. Lo que no se ve es que hay un background de contratar a empleados, pagar los seguros sociales, pagar el local, el renting de los ordenadores, la alarma, el papel timbrado, los muebles... Yo parto en negativo porque hay que hacer una inversión".

Preguntado por cuánto cobra un notario, ni una pista. Primero de todo porque es “variable”. Trabajan para el Estado, pero su retribución depende de varios factores, el primero de ellos el lugar. Dice que no ha sufrido “ninguna falta de consideración” por su edad, que la gente “se sorprende” al verlo “pero no dicen nada por respeto” y valora que lo importante es que se marchen satisfechos con su trabajo.