Estos son los utensilios de cocina que hoy se venden por más de 1.400 euros

La venta de útiles vintage se dispara en páginas webs especializadas

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Foto: REUTERS/Roselle Chen
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Las piezas vintage se han convertido en una prioridad para los grandes coleccionistas. Moda, vinilos, muebles, elementos de decoración y hasta vajillas de porcelana son algunos de los utensilios que componen sus repertorios.

Existe un mercado especializado para la compra-venta de toda clase de piezas retro. Los usuarios que frecuentan estos espacios buscan encontrar las piezas más emblemáticas al mejor precio, preservando gran parte de esa calidad inicial que las caracteriza. Su historia, capital simbólico o estética singular los vuelven irresistibles ante el ojo de los coleccionistas. Los usuarios compran o venden sus piezas vintage ofreciéndoles una nueva vida. Algunos ejemplos de estos espacios son Vinted o eBay.

Una jarra medidora de Pyrex
Una jarra medidora de Pyrex fabricada hacia 1980, con graduaciones tanto en sistema métrico como en sistemas habituales de EE. UU. (Daniel P. B. Smith/Wikipedia)

Algunos objetos que frecuentan estos espacios son piezas de archivo, creaciones originales de épocas específicas, antigüedades y primeras ediciones.

Vajillas vintage y sus precios extraordinarios

Pero a veces lo más sorprendente está en los utensilios más cotidianos. Es el caso de la vajilla vintage que se vende por 1.400 euros.

Foto: REUTERS/Roselle Chen
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En la cocina, los utensilios de los años 50 y 60 son muy populares. Hablamos de instrumentos que usaban a diario nuestras abuelas. Entre ellos los coloridos juegos de la marca estadounidense Pyrex que se venden a precios desorbitados en sitios web especializados como eBay.

Foto: REUTERS/Roselle Chen
Foto: REUTERS/Roselle Chen

“Los juegos de Pyrex vintage valen más de lo que se cree”, explica Amanda Keller, curadora de interiores históricos y accesorios para el hogar de la Fundación Colonial Williamsburg.

¿Por qué los coleccionistas invierten tanto en esta marca?

En este caso no es tanto por la moda o por la estética, sino por su durabilidad. Son irrompibles. Han pasado más de 50 años de su lanzamiento y algunas piezas siguen como nuevas. Esto es debido a la resistencia del vidrio que se puede utilizar hasta en el horno y el congelador.

“Los modelos más valiosos son el Pink Daisy de 1956, el Butterprint de 1957 y el Colonial Mist de 1983″, explica Amanda Keller.

En consecuencia, su reventa asciende a precios de hasta 1400 euros. Actualmente, un juego completo de la edición First Green Fern, compuesto por platos, tazas, cuencos de postre y una salsera, está incluso a la venta por 9143 €.

Un retorno al pasado

El glamour de los años 80 y 90 vuelve más fuerte que nunca. También el de los 2000, conocido en la cultura popular como el Y2K (Year 2000). Esto se debe a que la estética no es línea. Su carácter cíclico propicia su eventual retorno.

Entre los motivos de esta vuelta al pasado se encuentra la mistificación de lo antiguo. De esta manera, las piezas vintage que recuerdan a otro tiempo se sienten exclusivas. También hay una fuerte idea de nostalgia en ellas. Trascienden el periodo en donde fueron concebidas y adquieren una atemporalidad que en el presente propone nuevas formas de expresión. Lo nuevo y lo viejo se fusionan en una ecléctica propuesta desafiando las convenciones sociales.

Carolina Herrera era una cultora
Carolina Herrera era una cultora de la moda y emprendió el camino del diseño con 42. En una producción de Vanity Fair en su atelier de Nueva York

Además, los artistas, reflejo de la cultura de un país, se suelen inspirar en el pasado. Tenemos muchos ejemplos de anacronismo en la cultura popular, como el cine de Derek Jarman: Caravaggio, Isabel II, San Sebastián. El peso de la historia y de la estética acompaña a sus creaciones.

¿Es solo por estética?

En un mundo que avanza a toda velocidad, el mercado vintage se ha consolidado como un espacio donde el pasado cobra nuevo valor. Para algunos será una moda pasajera o un modo de ostentar, para otros sin embargo, es una respuesta a la saturación de lo efímero y desechable. En este sentido no solo tiene una lectura estética sino ética.

Ya sea en moda, cocina, diseño, decoración o arte, lo vintage representa una forma de distinguirse, dando nueva vida a piezas que, lejos de quedar atrás, vuelven con más fuerza.